lunes, 29 de enero de 2018

Últimamente vivo en una como ausencia de mí. La vida discurre alrededor a tal velocidad que poco a poco se me evidencia más ajena, más banal que nunca, más inaprehensible para mis talentos aturdidos. Me cuesta emprender cualquier acción, y cualquier iniciativa o atisbo de proyecto nacen ya censurados por mi escepticismo y mi pereza. Todo se me antoja inútil o insulso, falto de verdad, innecesario. Noto que me arrastra la inercia de los tiempos, a veces zarandeado y a veces remansado, casi siempre remolcado, renqueante, a rebufo, sin otra vocación que sobrevivirme. Y a fe que lo consigo.

1 comentario:

Alejorro Rosa dijo...

Sensaciones compartidas