martes, 2 de enero de 2018

Ayer escribí un poema que hoy estuve retocando y que acaso mañana me termine de convencer. O no, quién lo sabe. De dónde viene el rapto y a quién van destinados unos versos sigue siendo todavía un misterio para mí. Si lo supiera, dejaría tal vez de acechar la ocasión, de indagar luego la palabra exacta, de torturar mi cerebro con mil alternativas por una sílaba de más o de menos, de sentirme en plenitud mientras lo escribo. Un juego, el juego solitario de hacer versos...

No hay comentarios: