martes, 30 de noviembre de 2010

JORGE MARTÍNEZ DE PACO: PENSAMIENTOS INÉDITOS

Hoy hace nueve años que dejó el mundo de los vivos, el mismo día y casi a la misma hora en que yo leía mi tesis de doctorado ante un quinteto de profesores de ojos saltones. Supe de la extraña coincidencia algunas semanas más tarde, resistiéndome a juzgar esa torpe ironía del destino. Después, la generosidad de su hermana Mariola puso en mis manos sus cuadernos, los viejos papeles, las notas sueltas que fue dejando aquí y allá este hombre con hechuras de escritor, o viceversa. El libro que compilé y que aún sigue inédito -el desdén editorial es un artefacto que a más de uno que yo me sé le estallará en el rostro cuando el legado vea la luz- habrá de titularse, se titula ya, El verdadero artista. Hoy, al vencer el noveno aniversario de la muerte de Jorge, he querido rememorarlo aquí y subrayar su talento con un manojo de pensamientos buscados en el bazar de sus palabras. Helos:

De ahora en adelante ya no hablaré de autores, sino de obras.

Bienaventurados los poetas inéditos, porque existen ajenos al despótico juicio de los vivos y reposan en la fe de una verdad más alta.

Lo primero que ha de hacer un artista es expatriarse; y lo segundo, inmediato, no olvidar sus orígenes.

La contradicción es hija de la intuición y madre de la verdad.

Quien nada en la abundancia corre el riesgo de ahogarse en su miseria.

A escribir se aprende escribiendo: para honrar al infinitivo hay que humillarse ante el gerundio.

Su rencor compartido fue tan largo y tan mutuo que ya no les dio tiempo a "rencorciliarse".

Publicar con seudónimo tiene que ser como volver a nacer.

Un suicida es el colmo de la soberbia.

No hay artista cabal que no encarne y consuma el orgullo generoso, la soberana humildad del artesano.

Los espíritus más rebeldes suelen ser también los más transigentes. ¿Por qué?

Si te comes el mundo, como dices, acabarás solo y sin nadie a quien contarlo, acorralado por la indigestión o por el vómito.

Si poesía es humildad, el enemigo mayor de la poesía es el mismo que se dice poeta.

Guárdate el ingenio de una frase si oculta el horizonte complejo del discurso; así esos árboles soberbios que aniquilan la belleza solidaria del bosque.

¿Es lícita la autocita, o nace deslegitimada y en pecado original?

En arte, no se trata de competir, sino de llegar: sólo la mediocridad se rebaja a la competición.

El atributo "perfecto" siempre habría que ponerlo entre comillas.

Editar es una concesión, acaso debilidad, casi derrota.

Después de leer mis poemas me ha llamado ingenioso. Ingenioso ha dicho, no genial. También aquí la lengua es justa, y cruel, y concluyente.

¿Hay soberbia en la continua vindicación de la humildad como valor sustantivo del artista?

viernes, 5 de noviembre de 2010

LEÍDO AYER

"¿Qué discusión hay aquí? ¿Qué necesidad hay aquí de ayuda? ¿Creen ustedes que estoy en el mundo para dar consejo? Esa es la ocupación más tonta que se puede emprender. Que cada cual se dé consejo a sí mismo y haga lo que no puede dejar de hacer. Si le sale bien, alégrese de su sabiduría y de su suerte; si le va mal, entonces yo estoy a mano. Quien quiere librarse de un mal, siempre sabe lo que quiere; quien quiere algo mejor de lo que tiene, está como ciego. ¡Sí, sí, ya pueden sonreír!, juega a la gallina ciega, y quizá da en el clavo, pero ¿qué? Hagan lo que quieran: ¡es lo mismo! He visto salir mal las cosas más razonables, y salir bien las más disparatadas. No se rompan la cabeza, y aunque de un modo o de otro salga mal, tampoco se la rompan".

J. W. Goethe, Las afinidades electivas (Cap. II)