lunes, 8 de enero de 2018

El error fue pretender escribir una novela abasteciéndome en tan amplio porcentaje de materiales del recuerdo. Ahora comprendo, al cabo, que hubiera sido más práctico y sensato acotar y articular lo vivido y presentarlo como lo que fue, como una memoria, y sobre esa base facilitar las transiciones narrativas echando mano de algún guiño o licencia, de alguna concesión a la imaginación. Nadie lo sabría; pero, dada la sutil truculencia de los hechos, cualquiera lo acabaría leyendo como novela.

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