miércoles, 26 de diciembre de 2018

El día que mi padre se convierte en octogenario, lo veo hacer tres hoyos a golpe de azada, en el huerto que flanquea la casa, para plantar tres árboles frutales: un manzano, un peral y un ciruelo. La escena, coronada por ese nieto de diecisiete que ha heredado su nombre, se abastece de un simbolismo expansivo, inevitable, que todavía me conmoverá en algún recodo del inminente futuro.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Hoy ostento la voluntad de inhibirme, de abstenerme, de pasar de puntillas, de no planificar ni emprender nada que acabe colapsando mis expectativas, de limitarme a mirar alrededor y observar el discurso de los días sin más esfuerzo ni vocación, como si lo contemplado ya hubiera dejado de pertenecerme. Silencios y quietudes, tan solo eso... En los meses que promete el nuevo año me conformaría con menos: aprender por fin a fijar prioridades y a prescindir de lo accesorio; hacer verdadera limpieza por fuera y por dentro; poner orden.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Ayer, elecciones en Andalucía.
Se avecinan tiempos de intolerancia, de fobias e ismos varios, de estupefacción y de fronteras. También de miedo -pienso en esos alumnos de mirada inocente, pienso en mis hijos-, de fantasmas que los de mi generación creíamos superados pero que siempre estuvieron ahí, agazapados tras nuestro adormecido bienestar, al acecho de la incultura más propicia, golosos de insensibilidades sin escrúpulo.
Se avecinan tiempos de vergüenza, de mucha pena y vergüenza.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Si hay dios, a la mujer y al hombre solo tendría que pedirles cuentas por el tiempo perdido, esto es, por los paréntesis de vida empobrecida en el amplio bazar de las vulgaridades circundantes.
Salvo que el único y verdadero Dios -el que exige la mayúscula- es la conciencia de cada cual, el sentido íntimo de lo correcto y lo incorrecto.