jueves, 7 de junio de 2012

SALIR DEL ASOMBRO

Ojeo y hojeo los titulares y las páginas de los diarios, oigo y escucho el vocerío que autoriza la democrática falacia en el universo masmediático, y se me remueve por dentro ese hastío visceral -esa indignación sin alas, ese silencio al acecho- que crece al ritmo vertiginoso de las peores previsiones macroeconómicas. Pero hay un instante de tregua en que la pereza que me invade saca fuerzas de no se sabe dónde y busca unas pocas palabras que puedan dar voz a la perplejidad, que me reconcilien con mis convicciones tratando de encontrar sentido y luz, o acaso un breve rastro de inteligencia en la tromba de despropósitos que el poder y su alargada sombra siembra cada día en las cloacas de la actualidad. Me arrepiento de no haber anotado en las últimas semanas y meses esas afirmaciones de risa, esos comentarios de circo, esas contradicciones absolutas en que incurren los que gobiernan nuestro devenir de ciudadanos anónimos. Muchas veces no doy crédito, y otras razono para mí que la próxima estupidez no puede llegar tan lejos como esta, que es imposible; pero me equivoco, sé que ya mismo hay alguien desmintiendo mi asombro, y que esta tarde lo escucharé en los medios, y que mañana lo leeré en los titulares de los diarios como si fuera lo más normal del mundo. Os pido disculpas por los amplios intervalos, por los paréntesis que últimamente engarzan el collar de estos retales: para mí es tan difícil salir del asombro...