lunes, 27 de marzo de 2017

De la precocidad de Camus dan fe las constantes intuiciones que jalonan sus diarios. A los veinticuatro años, en agosto del 38, ya anticipa los primeros párrafos de El extranjero, que se publicó en 1942, y desliza notas sobre su versión teatral de Calígula, de 1944. La agudeza y la lucidez, a menudo incisivas, nos salpican aquí y allá desde las primeras páginas: "No se piensa sino por imágenes. Si quieres ser filósofo escribe novelas"; "El placer nos aparta de nosotros mismos"; "La necesidad de tener razón, signo de un espíritu vulgar"; "Uno se determina a lo largo de su vida. Conocerse perfectamente es morir"; "Cultura: grito de los hombres ante su destino"; "Soledad, lujo de los ricos"; "Encontrar una desmesura en la mesura"; "El cinismo, tentación común a todas las inteligencias"; etcétera.

No hay comentarios: