lunes, 16 de enero de 2017

A muy pocas jornadas para agotar mi año cuarenta y nueve, dos modestas certezas: la primera, que no ser joven no significa ser viejo; la segunda, que no ser viejo no significa ser joven. Todavía.

1 comentario:

Juan Ballester dijo...

Y, con permiso, una tercera: que el tiempo siempre te coloca en su lugar.