jueves, 26 de enero de 2017

"Un suceso es algo que ocurre en un punto particular del espacio y en un instante específico del tiempo".
"El concepto de tiempo no tiene significado antes del comienzo del universo. Esto ya había sido señalado por san Agustín. Cuando se le preguntó qué hacía Dios antes de crear el universo, él no respondió; estaba preparando el infierno para aquellos que preguntaran tales cuestiones. En su lugar, dijo que el tiempo era una propiedad del universo que Dios había creado, y que el tiempo no existía con anterioridad al principio del universo".
"No sabemos qué está sucediendo lejos de nosotros en el universo, en este instante: la luz que vemos de las galaxias distantes partió de ellas hace millones de años, y en el caso de los objetos más distantes observados, la luz partió hace unos ocho mil millones de años. Así, cuando miramos el universo lo vemos tal como fue en el pasado".
"En la teoría de la relatividad no existe un tiempo absoluto único, sino que cada individuo posee su propia medida personal del tiempo, medida que depende de dónde está y de cómo se mueve".

De los clásicos más populares -más divulgativos, más asequibles-, tanto de la ciencia como de la filosofía -dos disciplinas a las que siempre me acerco con mucho pudor intelectual-, me interesan sobre todo su honestidad de diccionario y la pulcritud de sus apreciaciones inabarcables, pero también sus treguas metódicas, el descenso esporádico a la arena de la subjetividad, el pecadillo inesperado de una sugerencia ambigua o de una ironía, el desliz poético. Eso es lo que subrayé en libros como el Tractatus de Wittgenstein o, ahora, en Historia del tiempo, de Stephen W. Hawking.

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