jueves, 19 de octubre de 2017

Enemistada con la vida, sin ninguna voluntad de sobreponerse, irreconciliable hasta con su propio pasado: así es como la veo y como la siento, y también así es como la quiero.
Y no me puedo permitir que el recuerdo futuro que alentaré de ella cuando ella ya no esté se instale en este desvarío crepuscular, en este declinar indigno, en estas miserias.
Tendré que volverme otra vez niño para restaurar su verdad en mi memoria.
Ella, mi madre...

No hay comentarios: