viernes, 17 de noviembre de 2017

Sentados en la sala de espera, mi madre, desesperada, me preguntó cuál de las dos puertas que nos quedaban de frente era la nuestra, y yo le contesté que en esa de ahí pone traumatología y en esta de aquí pone geriatría, así que esa de ahí es para las roturas de huesos y esta de aquí es para cosas como la memoria; por lo tanto, la nuestra es esta. Se sorprendió, porque no se acordaba de que la cita de hoy fuera para la memoria, y yo no pude menos que sonreír mientras le aclaraba que precisamente por eso estábamos aquí sentados.
Dado que era la primera visita, la doctora indagó algunos datos sobre la paciente -más bien la impaciente-, datos que yo le fui facilitando en un estilo cómplice, salpicado de vocablos y expresiones que la cultura de mi madre no sabría interpretar, de sobrentendidos que la doctora encajaba afirmando con la cabeza y sin dejar de mirar la pantalla del ordenador. Después avisó de que le iba a hacer algunas preguntas, a modo de prueba: su fecha de nacimiento (¡sí!), el nombre y los apellidos de sus padres (¡sí!); en qué sitio estamos (¡sí!), en qué ciudad (¡no!), qué día de la semana es hoy, qué día del mes y qué mes (¡no, no y no!); quién es el actual presidente del gobierno (duda y... ¡correcto!), quién lo fue antes que él (silencio sostenido en la punta de la lengua); cuántos euros me quedan si tengo veinte y te doy tres (¡sí!), y cuántos si te vuelvo a quitar cuatro (¡casi!); y alguna más. La irregularidad de los aciertos dejaba claro que, por lo general, se acuerda mejor de las cosas antiguas que de las más recientes, y también -he aquí el diagnóstico: demencia del tipo alzhéimer- que la enfermedad, aunque de naturaleza irreversible, se halla en un estadio muy primario todavía.
A los pocos minutos, cogida de mi brazo en medio del pasillo, mi madre se detuvo y me detuvo para decirme una sola palabra: ¡Zapatero! Y a continuación, casi ofendida, muy digna ella: ¡Si es que yo me acuerdo de más cosas de las que os pensáis...!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y los hijos serán padres...y los padres serán hijos. Eterno retorno de lo mismo...