martes, 23 de mayo de 2017

Un día llegará en que echemos de menos las prisas, los horarios, el estrés sucesivo, las inútiles quejas, las páginas de una agenda desierta y sin eventos, la guillotina del sueño en la alarma del despertador, las tareas que no admiten plazo ni excusa, este tiempo agujereado por sus cuatro puntos cardinales, tanta frustración elemental, tanto destiempo.
¿Llegará un día? ¿Lo echaremos de menos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te lo puedo asegurar.