domingo, 5 de enero de 2014

SI ES OMNISCIENTE

Dios supremo que todo lo contempla sin rebajarse a la clemencia ni elevarse al castigo, el Narrador, si es omnisciente, no tendrá una edad ni tendrá un sexo ni tendrá una patria ni tampoco una idea predeterminada del mundo, cuidándose de marcar bien las distancias con el Autor desde la primera línea del primer párrafo, y manteniéndose en su sitio, inalterable, impertérrito, hasta la última palabra. Quién de los dos busca al otro para contar la historia en el tono que exige, quién se sirve de quién para remar hacia el milagro definitivo del texto, es una bonita incógnita que solo se despejará, para bien o para mal, en la conciencia soberana del Lector.  

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