sábado, 23 de septiembre de 2017

Me puse a pensar una lista de cosas que puede hacer un colega (un colega que admitió cierta desorientación para afrontar lo inevitable) en su primer día de jubilado, y la lista pronto se convirtió en una enumeración caótica que alternaba lo sensato y lo insensato en su amalgama lírica, así que finalmente aquella pretendida lista acabó siendo una letanía en verso libre al estilo de alguno de los poemas que debemos a Borges. Lo pensé y no lo escribí, pero he dejado la puerta entreabierta, por si un día de estos me asistiera el ánimo de hacerlo.

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