jueves, 21 de mayo de 2015
De repente, ganas irreprimibles de decirlo todo, de expresarlo todo. Sin estrategia, sin cálculo. Aunque solo sea una forma de justificar el instante cotidiano, una tregua para superar este tiempo sin tiempo en que cualquier empresa totalizadora se antoja imposible, quimérica. Cauce libre a la ocurrencia, al talento fragmentario, al apunte satisfecho de sí mismo, al esbozo que no quiere ser vago borrador ni proyecto demorado, sino el arco y la flecha y el impacto de su verdad inmediata.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario