PLM acudió al llamado de la musa y emborronó sus primeras
rimas al filo de los quince. A los veinte completó La sonrisa del ahorcado, especie de nouvelle que un cuarto de siglo
después da título a un manojo de cuentos. Poco después se atrevió con Descripción de la huida, doscientas
páginas rechazadas por dos veces diez editores. En esos años conoció a Jorge
Martínez de Paco, malogrado autor de El
verdadero artista (seguido de un experimento), de Poemas a Lesbia y Poemas de
la inercia, y de la novela El recodo
perverso, todos bajo su custodia, todos inéditos. Como poeta, PLM no ha
abandonado su ambicioso plan de ópera omnia, Presente sin fábula, que reúne hasta hoy una serie de títulos cuyos
versos, en su mayor parte, no conocen más gloria que la que vive en la sombra: Geografía del origen, Poemas sin remedio, Materiales de construcción, Identidades,
pertenencias, Después de aquel otoño,
Memoria del Po, Primavera de signos, A quien
conmigo va, Cuando el tiempo nos
borre… En el camino fue perdiendo sucesivamente los premios Adonais,
Hiperión y Loewe, Herralde, Nadal y Planeta, entre otros. Hace un par de
inviernos, PLM echó el resto para terminar La
novela de Turín, antiguo proyecto de ficción que también se ha topado,
hasta el día de hoy, con la severa tradición del no, esto es, del “no entra
dentro de nuestra línea editorial, lo cual no implica un juicio negativo de la
obra”, etc. Tanta desventura, no obstante, lo ha bendecido con el tiempo
y el aplomo que hacen falta para insistir periódicamente en las revisiones
mejoradas de aquellos viejos proyectos, revisiones que ya se cuentan por decenas, y para poder recrearse y solazarse en
el paradójico placer de la perfección, que no admite más fin que su propio
espejismo.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
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3 comentarios:
Me ha encantado este curriculum de un ser tozudo, fuerte, soñador...
Perdona, no he pretendido ser galante. Me ha gustado la forma que has elegido de mostrar la dificultad del oficio de escritor. Escritor no es sólo aquella persona que llega a ser publicada varias veces, quizás todo lo contrario ¿no?
Algo así, Marian: tozudo y soñador quizá sí, pero también con muchos momentos de debilidad y con una incertidumbre atroz. Por ahí andamos. Gracias por moverte, de nuevo, por aquí. Salud!
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