viernes, 28 de octubre de 2011
EL CARRO DE LA CELEBRIDAD
"Mario Vargas Llosa a almorzar en casa, con Patricia y sus dos hijos. Uno de los tantos encuentros esporádicos, en los últimos años, desde que, digamos, subió al carro de la celebridad. Difícil comunicación, a pesar de la presencia de Alfredo Bryce. En MVLL hay una afabilidad, una cordialidad fría, que establece de inmediato (siempre ha sido así, me doy cuenta cada vez más) una distancia entre él y sus interlocutores. Noté esta vez, además, una tendencia a imponer su voz, a escuchar menos que antes y a interrumpir fácilmente el desarrollo de una conversación que podía ir lejos. Quizás esta especie de indiferencia o de olímpica capacidad de flotación -estar presente y al mismo tiempo no estarlo- sea un privilegio del talento. Todo esto naturalmente hace de él una persona impenetrable. Tengo la impresión de que cuando uno alcanza cierta fama vive más para los artículos, las relaciones mediatas de la nota, la correspondencia, el coloquio multitudinario de un congresso literario, la entrevista, etc., que para la relación directa de persona a persona. Entre el hombre célebre y el mundo se tiende o se extiende un mundo de papel, una cortina libresca, letresca, de comentarios, citas, glosas y exégesis que en definitiva contienen y aíslan al hombre de la realidad para colocarlo en una especie de Olimpo del cual es difícil hacerlo descender para situarlo en el plano de la simple humanidad. Todo esto unido, claro, a un gran aplomo, una seguridad que convierte en apodícticas las más leves de sus observaciones. MVLL da la impresión de no dudar de sus opiniones. Todo lo que dice, para él es evidente. Él posee o cree poseer la verdad. No obstante, conversar con él es casi siempre un placer por la pasión y el énfasis que pone al hacerlo y su tendencia a la hipérbole, lo que hace de su discurso algo divertido y convincente".
sábado, 22 de octubre de 2011
CAÍN SEGÚN SARAMAGO
jueves, 20 de octubre de 2011
AÑOS DE VIDA
Esa tarde tuve la certeza de haber perdido varios años de vida.
lunes, 17 de octubre de 2011
CATA FAVORABLE
El texto que sigue lo leí hace poco, en internet, buscando aposta referencias sobre su autor, de quien no tenía ninguna noticia hasta que me llegó su nombre por un par de vías fiables. Es el misterio del boca a boca, supongo, porque esta breve muestra captó de inmediato mi atención, me sedujo con una naturalidad contagiosa, y ahora soy yo quien pasa el relevo y la voceo a mi modo. Al parecer, Iñaki Uriarte escribe diarios:
"He estado en la cárcel, he hecho una huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo eso me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos".
viernes, 14 de octubre de 2011
CAQUIS
miércoles, 12 de octubre de 2011
OYERON PASSAR PAXAROS
lunes, 10 de octubre de 2011
CONCURSOS
Cuántas veces habré sucumbido a ese proceso en el que no creo, en el que jamás creí, y cuántas me habré jurado que nunca más, que mis versos y mis narraciones nacen de la necesidad íntima del arte con mayúscula y que no debiera exponerlos a la trampa de la competencia, chuleándolos por una triste cifra o por una mala publicación.
Pero el tiempo pasa con la impasibilidad de la sentencia latina, y la hora del reconocimiento no llega ni se atisba, y los agentes que todo lo negocian van retrasando su juicio, y los que se llaman editores ni siquiera responden a esas cartas donde nadie más que yo parece apreciar la cuantía de mi talento. Y entonces uno se resigna entre comillas, y uno se vuelve a ilusionar entre paréntesis cuando le caen en las manos las bases del enésimo concurso, y se somete al mismo ritual y a la misma farsa con espíritu renovado, y, mientras se sienta a esperar lo que ya no tiene espera, una punzada le confirma que su alto sueño de juventud ha caído otro escalón: aquel sueño ya vive casi a ras de la tierra que lo vio surgir.
sábado, 8 de octubre de 2011
¿ALGÚN SENTIDO?
Sé que no significa nada que pueda ir más allá de una mera coincidencia, pero yo mismo lo presidí ayer en una clase y estoy seguro de que sus dos protagonistas lo habrán comunicado con sus familias y que se pasarían la tarde del viernes y buena parte de este sábado dándole vueltas y tratando de encontrarle algún sentido, porque su juventud todavía ignora que el azar y la casualidad se alimentan de lo que no tiene un sentido.
Es un grupo de treinta y un alumnos y alumnas de entre doce y trece años, pero hay que constatar una ausencia: como se sientan por parejas, se advierte de un vistazo que una chica de la última fila está sola y que en la primera fila también se quedó soltera otra chica, así que el profesor invita a aquella a tomar asiento junto a esta, la de delante, para que nadie quede aislado, al menos por este día. La clase transcurre según lo previsto, de modo que cuando faltan unos diez minutos se retoma el tema de las autobiografías, un proyecto de creación que se inició con la semana y que se ha de continuar con un segundo capítulo, ese que versa sobre "El día en que yo nací". Aclaradas las dudas acerca del aspecto formal de los escritos, del enfoque que hay que darles, de los contenidos que se pueden aprovechar, de cómo se organizará la información recabada tanto de los propios padres como de las bases documentales de Internet -esa enorme hemeroteca-, suena el timbre de las once y todos se levantan para bajar al patio de recreo.
Todos, sí, excepto las dos alumnas que reunió el azar en la primera fila, quienes apenas se conocen y de repente han sabido que las dos nacieron el 10 de abril de 1999, el mismo sábado en que la ciudad clausuraba sus fiestas con el tradicional Entierro de la Sardina. ¿A qué hora se produjeron los nacimientos respectivos? ¿Sucedería el parto en el mismo hospital, con la misma comadrona, por manos del mismo ginecólogo...? Admitir la probabilidad de un sí sería excesivo, una concesión tal vez demasiado literaria. El próximo lunes lo sabremos.
martes, 4 de octubre de 2011
VINDICACIÓN DE LEÓN FELIPE
"Así es mi vida, piedra, como tú”…
Embotado, incapaz de emprender cualquier tarea, tullido para imponerme un orden de prioridades y asumirlas funcionarialmente, salí de camino al centro y la misma inercia de antaño me condujo hasta ese último rincón, entre expositores y anaqueles y columnas, que un librero de la ciudad reserva aún a las publicaciones de poesía, donde se respira un aire clandestino, casi mórbido.
…“como tú, piedra pequeña”…
De pronto se afianzó en la palma de mis manos el ejemplar de Visor con todos los poemas de León Felipe, el mismo volumen que tantas veces estuve a punto de adquirir y que siempre se me resiste, no sé explicarme por qué ni por cuánto tiempo aún.
…”como tú, piedra ligera”…
Lo transité con la parsimonia embelesada de otra vida, poseído por un resto de aquella fe de juventud que ya no volverá a pertenecerme como entonces, degustando el discurrir sencillo de una voz que siento gemela, deteniéndome en los mismos versos de siempre, repitiéndome para mí y para nadie que nunca he dejado de conectar con este hombre, con este nombre que hace tanto se debate en el limbo de nuestra memoria poética, un hombre y un nombre que, apenas de tarde en tarde, me apetece reivindicar ante los más legos.
…“como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas"…
Regresé con las manos vacías, mas regocijado en la música de aquellos versos.
domingo, 2 de octubre de 2011
NO REGRESES, ULISES
Volver para contarlo, para no ceder al olvido: el regreso -de Ulises, de Totó, de tantos otros- solo se justifica en el relato, a través del relato.