tag:blogger.com,1999:blog-38603950048076655122024-02-21T03:27:01.016+01:00Retales de mi alforjadietario abiertoPedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.comBlogger1114125tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-54389515405268903852023-04-22T10:02:00.008+02:002023-04-22T10:05:16.391+02:00LUZ EN LA NADA (ED. RENACIMIENTO, 2023)<p><span face=""Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #050505; display: inline; float: none; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: pre-wrap; widows: 2; word-spacing: 0px;">Ha tardado en llegar, pero ahí está. Después de varias idas y venidas, el repartidor dio al fin con la calle, con el número, con el piso y con la puerta, pulsó el timbre, requirió desganadamente una firma, hizo la entrega y se fue por donde vino. Al sacarlo de su envoltorio y rozarlo con mis dedos por vez primera me ganó una sensación extraña, paradójica, a medio camino entre el orgullo y la renuncia y la indiferencia, como si se hubieran roto los lazos que tanto nos unían </span><span face=""Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #050505; display: inline; float: none; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: pre-wrap; widows: 2; word-spacing: 0px;">hasta ayer mismo, como si los cincuenta y un poemas que lo sustentan ya hubieran dejado de pertenecerme. Lo puse con delicadeza junto a sus hermanos, en el hueco previsto de la estantería, y me esforcé en encontrarles algún parecido, alguna señal de estirpe que fuese más allá del nombre y los apellidos del padre, porque es claro que cada uno de los cinco se gestó y nació de una madre bien distinta. Hace un rato, al bajarlos de su altar y ponerlos ahí para la foto, los he notado más unidos que nunca, y, pese a mis recelos iniciales, he observado que toleraban y aplaudían el protagonismo circunstancial del recién llegado.</span> <br /></p>Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-85077211758058038612023-01-13T18:37:00.000+01:002023-01-13T18:37:11.573+01:00NADA DE LAFORET<p>Transcurrieron treinta y nueve años entre el primer impulso de leer <i>Nada</i>, de Carmen Laforet, y la determinación de hacerlo. En el instituto y después en la universidad, como alumno, y más tarde en los sucesivos trienios como docente, me rondó varias veces una voluntad que poco a poco se difuminaba mientras deslizaba sobre mi conciencia cualquier excusa. Satisfice esa deuda de lectura, al fin, entre el 22 y el 25 de agosto de 2022, y fue verosímilmente porque manoseé al azar una edición barata cuya nota introductoria de diez páginas venía firmada por un tal Eduardo Theirs. ¿Theirs, Theirs Whitton, Eduardo Theirs Whitton? Indagué unos minutos en Internet y... sí, se trataba, en efecto, de aquel profesor argentino que me regaló verdaderas clases de literatura en el lejano Curso de Orientación Universitaria (COU), un maestro al que le había perdido la pista en algún recodo de la vida. Así que aquella complicidad ahora renovada se me impuso como una obligación que disfruté intensamente: nada descubro si añado que <i>Nada</i>, la novela de 1944, sorprende por la madurez de su entonces joven autora, y que aquella obra se instaló ya para siempre como documento imprescindible en el itinerario de la narrativa española de posguerra. Transcribo algunos fragmentos:</p><p>"¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia que habían transcurrido desde mi llegada me pesaban encima, cuando arrastraba los pies al volver de la Universidad. Me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro".</p><p>"Aquel iba a ser un día de esos que en apariencia son iguales a los otros, inofensivos como todos, pero en los que, de pronto, una ligerísima raya hace torcerse el curso de nuestra vida en una época nueva".</p><p>"La vida volvía a ser solitaria para mí. Como era algo que parecía no tener remedio, lo tomé con resignación. Entonces fue cuando empecé a darme cuenta de que se aguantan mucho mejor las contrariedades grandes que las pequeñas nimiedades de cada día".</p><p>"Tal vez el sentido de la vida para una mujer consiste únicamente en ser descubierta así, mirada de manera que ella misma se sienta irradiante de luz. No en mirar, no en escuchar venenos y torpezas de los otros, sino en vivir plenamente el propio goce de los sentimientos y las sensaciones, la propia desesperación y alegría. La propia maldad o bondad..."</p><p>"Me parecía que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida".</p><p>"Si aquella noche -pensaba yo- se hubiera acabado el mundo o se hubiera muerto uno de ellos, su historia hubiera quedado completamente cerrada y bella como un círculo. Así suele suceder en las novelas, en las películas, pero no en la vida... Me estaba dando cuenta yo, por primera vez, de que todo sigue, se hace gris, se arruina viviendo. De que no hay final en nuestra historia hasta que llega la muerte y el cuerpo se deshace..."</p><p>"Bajé las escaleras, despacio. Sentía una viva emoción. Recordaba la terrible esperanza, el anhelo de vida con que las había subido la primera vez. Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces".<br /></p><p><br /></p>Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-26941831980146611342023-01-10T20:16:00.004+01:002023-01-12T19:22:25.059+01:00DEFENSA DE SÓCRATES<p>Leí la <i>Defensa de Sócrates</i>, de Platón, en traducción de Francisco García Yagüe, entre los días 7 y 8 de marzo de 2021. Subrayé fragmentos con azul y otros con rojo, según mi costumbre y criterio; he aquí un manojo de ellos:</p><p>"En efecto, temer la muerte no es otra cosa que creer ser sabio sin serlo, pues es lo mismo que creer saber lo que no se sabe: nadie sabe ni siquiera si la muerte es para el hombre el mayor de todos los bienes, y, no obstante, la temen como si tuvieran la certeza de que sea el mayor de todos los males. Y en verdad, ¿cómo no va a ser una especie censurable de ignorancia la que consiste en creer saber lo que no se sabe?"</p><p>"Hombre de Atenas, la ciudad de más importancia y renombre en lo que atañe a sabiduría y poder, ¿no te avergüenzas de afanarte por aumentar tus riquezas todo lo posible, así como tu fama y honores, y, en cambio, no cuidarte ni inquietarte por la sabiduría y la verdad, y por que tu alma sea lo mejor posible?"</p><p>"[...] que no nace la virtud de la fortuna, y, en cambio, la fortuna y todo lo demás, tanto en el orden privado como en el público, llegan a ser bienes para los hombres por la virtud".</p><p>"Ni Meleto ni Anito pueden ocasionarme perjuicio alguno; ni siquiera sería posible, pues no creo que la justicia divina permita que un hombre de superior condición sea dañado por otro de inferior". </p><p>"[...] necesario será que el que quiera verdaderamente luchar en defensa de lo justo, si pretende sobrevivir algún tiempo, por poco que sea, actúe en privado y no en público".</p><p>"¿Creéis, pues, que yo habría vivido tantos años si me hubiese dedicado a la política; si, atendiendo a ella como corresponde a un hombre bueno, hubiese acudido en ayuda de lo justo, y hubiese tenido esto, como es debido, en mi mayor estima? Ni mucho menos, atenienses. Ni ningún otro hombre".</p><p>"[...] que el mayor bien para el hombre consiste en hablar día tras día acerca de la virtud y acerca de las restantes cuestiones con relación a las cuales me oís discurrir y examinarme a mí mismo y a los demás, y que, en cambio, la vida sin tal género de examen no merece ser vivida".</p><p>"Y mucho me temo que no sea esto lo difícil, atenienses, rehuir la muerte, sino que resulte mucho más difícil escapar de la maldad, que es cosa que corre más ligera que la muerte. Y ahora yo, por ser lento y anciano, he sido alcanzado por la más lenta, mientras que mis acusadores, fuertes y rápidos, han sido atrapados por la más ligera, la maldad".</p><p>"es posible que lo que me ha ocurrido sea un bien, y en modo alguno discurrimos rectamente cuantos consideramos que el morir es un mal".</p><p>"La muerte es una de estas dos cosas: o es como no ser nada y no tener ninguna sensación de cosa alguna, o, de acuerdo con lo que se dice, es un cambio y una migración del alma de este lugar a otro. Si no existe sensación alguna, sino que es como el sueño del hombre que, dormido, no sueña en absoluto nada, admirable ganancia sería la muerte".</p><p>"[...] hay una cosa cierta, y es que al hombre bueno no alcanza ningún daño, ni en la vida ni en la muerte, y que sus asuntos no son descuidados por los dioses. Tampoco este desenlace mío de ahora ha sobrevenido de manera casual; lejos de eso, yo veo claro que el morir ya y quedar libre de trabajos era mejor para mí".</p><p>"Y no digo más, porque es hora de partir; yo he de marchar a morir, y vosotros a vivir. ¿Sois vosotros, o soy yo quien va a una situación mejor? Eso es oscuro para cualquiera, salvo para la divinidad".<br /></p><p><br /></p>Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-14786287024803037742019-11-25T19:09:00.002+01:002019-11-25T19:09:26.725+01:0018XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi padre, con la cabra que le regalaron a los seis o siete años.<br />
<b>Texto</b>: Hay personas cuyo trato nos reconcilia a cada instante con la vida.
Seguramente porque se muestran como son, sin estridencias ni falsos
heroísmos, ebrias de un sentido común que ya no se estila, hechas a sí
mismas, con esa inusitada virtud que cotiza a medio camino entre la
humildad y el orgullo. Solo por haberlas conocido, por dejarnos asistir
al cotidiano ejemplo de su discreta sabiduría, de su autenticidad y su
honradez, sentimos que mereció y que aún hoy merece la pena este mundo.<br /> Me refiero, ahora, a mi padre; pero a él nunca le he dicho lo que aquí estoy diciendo.<br />
<br />
19XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Dos sombras que parecen abrazarse.<br />
<b>Texto</b>: Parecen dos cuerpos que se palpan en la noche, la silueta de un abrazo
lento y el beso eternizado al que se entregan. Pudo ser hace días o
semanas, meses o quizá años que muy pronto se medirán por lustros y
quién sabe si también por décadas. Sucedió entre dos cuerpos, entre dos
bocas que tal vez se acercaban con la punta respectiva de sus lenguas.
He aquí su certeza prolongada: donde yacen las sombras, reinó la luz.<br />
<br />
20XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Instante de circulación en hora punta.<br />
<b>Texto</b>: Cada mañana es la repetición de la anterior, salvo que toque sábado o
domingo o la semana traiga una tregua extraordinaria. La misma hora y el
mismo circuito y tal vez las mismas detenciones, los mismos coches con
las mismas matrículas, las mismas prisas. Por un lado evaluamos el
sinsentido de este ritmo que nos envuelve y nos mata, nos quejamos del
semáforo y del tiempo que se emplea y del ruido y la contaminación que
provocamos; por otro, nos alivia que todo sea igual, casi calcado en sus
minucias, ningún percance, ninguna concesión al azar, la sacrosanta
puntualidad de todos los días.<br />
<br />
21XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Mancha multiforme en el tronco de un árbol.<br />
<b>Texto</b>: En cuanto lo vi acaparó mi atención poderosamente. Era lo que era y nada
más, un enigmático producto de la propia naturaleza, una amalgama de
colores vivos que hubiera hecho las delicias del azar en la brocha de un
pintor de la más rabiosa vanguardia. Pero su relieve, su textura
expresiva -la fuerza de la sugerencia o la mera superstición-, hubieran
podido remitir a otros fenómenos más improbables si el mío fuese un
espíritu predispuesto al delirio religioso y a las necedades de la fe:
un rostro, por ejemplo, el rostro ensangrentado de cualquier profeta.<br />
<br />
22XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi propia sombra en una pantalla mientras la fotografío con el móvil.<br />
<b>Texto</b>: La obsesión de la imagen es ya, en los mundos que nos habitan y en esos
futuros sin porvenir que se vislumbran, una certeza inversamente
proporcional a la obsesión de la lectura como fuente de placer. A más
imágenes y formatos que las reproducen -inmediatos e intuitivos, fáciles
y egocéntricos-, menos inquietud textual, menos índice de inmersión en
la extraordinaria cultura del libro, menos ganas y menos fe en
desentrañar el íntimo y secreto encuentro -intransferible y radical- con
la imaginación literaria. Y las pedagogías innovadoras no saben nada de
Platón ni de lo que significa su caverna. Más razones aún para el
escepticismo y el silencio.<br />
<br />
23XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Visión de la calle desde la puerta de la casa donde nací.<br />
<b>Texto</b>: A mi derecha está la puerta de la casa de la que acabo de salir, y a mi
izquierda el corral donde encierra sus cabras un vecino. El suelo que
piso es de cemento, no de adoquines, y la distancia entre las dos aceras
se me antoja más amplia porque yo soy pequeño. La Dolores la Virgen
barre su escalón y la Anica la Trapitos el suyo. Ahora llamaré a mi
primo Fede, que vive ahí, y juntos bajaremos la cuesta, giraremos a un
lado y a otro, compraremos un dulce en la tienda de la Carlota y luego
atravesaremos todo el pueblo por la calle Mayor para llegar al colegio.
Vivimos en marzo de 1972; hace un par de noches que nació mi hermana.<br />
<br />
24XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Escalinata de París, con turistas y gente que mira su teléfono móvil.<br />
<b>Texto</b>: Mi resistencia a esta y a otras redes de mensajería cruzada -múltiple,
global- se había mantenido incólume, a raya, hasta comienzos del último
verano. Fue entonces cuando caí en la dulce tentación y me apliqué a
colgar a diario, disciplinadamente, sin una sola mella, esa imagen y ese
texto que se exigen entre sí y se retroalimentan, procurando no
sucumbir del todo -o eso entiendo, pero quién sabe- al vasto surtido de
frivolidades y de vanos narcisismos que acompañan a este medio. Hasta
hoy...<br /> Fuera de la pantalla, al fondo, abajo, a nuestra espalda, el
maravilloso pulso de la vida, la realidad que fluye y se escapa,
ciudades para andarlas y sentirlas y mirarlas. Como París.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-21830971513290861712019-11-18T19:46:00.000+01:002019-11-18T19:46:18.889+01:0011XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Luz matutina desde una ventana con barrotes.<br />
<b>Texto</b>: Se mire desde donde se mire, e incluso aunque no se mire, el Sol suele
aparecer todos los días del mundo con puntualidad cósmica, felizmente
ajeno a nuestros velos y desvelos, a nuestros aires y desaires, a
nuestro vivir y a nuestro sinvivir. Ilumina y calienta las mismas
extensiones de ayer y de siempre, las mismas que alumbraba y calentaba
cuando no había un solo cuerpo humano sobre la Tierra. Ahí está de
nuevo, al otro lado de los barrotes, posándose en el paisaje y en las
cosas con vocación de eternidad, ebrio de luz cálida como el primer día.
Lo que pasa es que hay días... y días.<br />
<br />
12XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Nota manuscrita: "Una coartada para el fracaso".<br />
<b>Texto</b>: Aunque mis voluntades tienden al orden y a la aplicación de un cierto
criterio de simetría, la evidencia -acuciante y terrible para mí, lo sé-
es que cada día soy menos dueño, no ya de mi espacio y de mi tiempo,
sino sobre todo de mis textos, de lo que escribo y extravío y olvido
casi sin transición. Mi mente, creo, se ha dejado arrastrar por el
torbellino de la inmediatez, lo que le impide someterse a la constancia
de cualquier método o disciplina. <br /> Revolviendo en mis papeles me
sorprende un absurdo bazar de títulos probables, de recortes que juzgué
necesarios, de atisbos que no prosperarán, de versos inconclusos y
aislados, de notas crípticas sin fecha de nacimiento ni estirpe que las
reclame. Y es abrumador.<br />
<br />
13XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Visión de mi madre, con la mirada ya perdida entre el suelo y el cielo.<br />
<b>Texto</b>: La vida es lo que fuimos o creemos haber sido, lo que aún seremos o el
sueño que nos resta, ese paréntesis de luz entre dos cifras; y es
también lo que oímos y vemos y nombramos, cuanto nos ama y cuanto
amamos. Sin ella -sin la vida- no obraría en nosotros la conciencia del
tiempo y su milagro, el misterio íntimo de una fuga enloquecida que más
pronto que tarde devorará el olvido. Sin embargo, el ahora que somos
siempre acaba encontrando su razón. <br /> Es urgente regresar al silencio.<br />
<br />
14XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Aula vacía.<br />
<b>Texto</b>: En la ciudad que elegí o me eligió para ver crecer a mis hijos, dos de
cada diez electores han votado a la ultraderecha. En una cafetería, en
un paso de peatones, en la cola del supermercado, en un atasco
circulatorio, en una sala de urgencias, en un concierto de música, en el
ascensor de mi edificio y, potencialmente, en cualquier aula de un
centro de secundaria, dos de cada diez ciudadanos y vecinos han votado
la xenofobia y la homofobia, la intolerancia fascista, el nacion<span class="text_exposed_show">alismo
excluyente y la nostalgia del franquismo, el machismo, el racismo, el
rechazo y la criminalización de la pobreza, el odio... O acaso uno de
cada diez ha votado eso y el otro ni siquiera sabe muy bien lo que ha
votado. Últimamente miro más alrededor y hago cálculos inquietantes: no
es improbable que dos de cada diez me odien simplemente porque tengo
nómina de funcionario público. Últimamente me pregunto en qué saco roto
han caído mis sueños y desvelos por enseñar a leer a varias generaciones
de alumnos.</span><br />
<br />
15XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Gaviotas en Essaouira, en la costa atlántica de Marruecos.<br />
<b>Texto</b>: La amplitud del cielo es a menudo la mejor alegoría de la libertad. Los
poetas del mundo lo saben y lo cantan, pero son las gaviotas las que lo
experimentan con su batir de alas o el planeo grácil sobre la superficie
marina en busca de comida. <br /> Algunas veces, sin embargo, todo cobra
de repente un tono plomizo, todo se impregna de augurios malos y de
turbias señales, y el trasiego de las aves enloquece y se torna caótico,
se ensaña con la luz y con el propio espacio, y rasga el aire su
escándalo de alas que amenazan.<br /> Entonces es legítimo el miedo, y es noble guarecerse.<br />
<br />
16XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Escalera metálica con niño en lo más alto.<br />
<b>Texto</b>: Si el tiempo nos hace adultos, la vida que lo contiene nos adultera sin
remedio. Poco poco nos salimos de nosotros, nos apartamos, nos alejamos,
nos disfrazamos de otro, extraviamos la perspectiva de aquella
inocencia primigenia en la que tal vez aún persista la verdadera
identidad. Y llega un día en que querríamos regresar pero no damos con
las señales, se han borrado o no sabemos verlas porque vivimos
aturdidos. ¿Cuántos peldaños hemos de subir para volver a ser nosotros,
para ser al fin el rostro inconfundible que nos dieron?<br />
<br />
17XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Dentro del vagón, en una línea del metro de Madrid.<br />
<b>Texto</b>: Las infraestructuras de transporte masivo de pasajeros fueron y serán un
fascinante campo de experiencias para la imagen fotográfica. Todo cabe
en ese marco detenido que captura con su dedo el azar, y todo cobra en
ese marco un repentino prestigio de metáfora viva, de verdad efímera. La
poesía evocadora de un simple raíl y la innegable sugestión de objetos
en movimiento preconiza el vértigo inmediato, la incertidumbre
colectiva, la dulce promesa de mudar de sitio para -oh ingenuos-
creernos convertidos en otros. La velocidad hace el resto.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-47626630185811390152019-11-15T08:35:00.002+01:002019-11-15T08:35:52.733+01:0004XI2019<br />
<b>Imagen</b>: En el retrovisor, los dos picos de la sierra de los Frailes.<br />
<b>Texto</b>: Me fui del pueblo a los dieciocho, y desde entonces no hago otra cosa
que regresar para volverme a ir. Llevo casi dos tercios de mi vida
yéndome y volviendo, volviéndome y yendo, arrastrando conmigo emociones
cada vez más contradictorias pero rigurosamente lógicas, como en aquel
verso cuyo ritmo se instala en mi cerebro cuando tomo la primera curva a
la izquierda y necesito echar un último vistazo por el retrovisor: "Me
voy, me voy, me voy, pero me quedo"... Hay paisajes que viajan en
nosotros.<br />
<br />
05XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Esqueleto de un modesto rascacielos que no llegó a concluirse. <br />
<b>Texto</b>: Hice esta fotografía como casi todas las que hago: guiado por el
generoso impulso de la intuición, sin plan previo ni discurso que
desencadenase mi objetivo, pero con la ligera certeza de que detrás de
esa estructura detenida en sus veinte plantas de cemento acechaba un
determinado ánimo, una emoción secreta y contenida, un disgusto íntimo.
Ahora la contemplo de nuevo y sé que, inconscientemente, cuando la hice,
en realidad estaba justificando una palabra que no acababa de
encontrar: "sórdido", "sordidez".<br />
<br />
06XI2019<br />
<b>Imagen</b>: El libro más antiguo de mi biblioteca, en Cátedra. <br />
<b>Texto</b>: Este ejemplar de "Verso y prosa" en edición de su autor, Blas de Otero,
fue, si no me engaño, el primero que entró de mi mano en la casa
paterna, el que inauguró mi modesta biblioteca allá por el año 1979.
Poco a poco fueron llegando más, al principio con moderación
presupuestaria, después con avaricia de bibliófilo, compulsivamente, y
desde hace un tiempo con renovada sobriedad y criterio. De aquel libro
aún me emociona tocar su cubierta, acariciar sus páginas. De él podría
recitar unas cuantas estrofas de memoria.<br />
<br />
07XI2019<br />
<b>Imagen</b>: ¡Buenos días, buenos días!<br />
<b>Texto</b>: Recuerdo con bastante pulcritud que estaban jugando sobre la jarapa de
su cuarto, verosímilmente a finales de 2001. A Helena la tumbé de
espalda, y Federico, que aún no se mantenía en pie, se lo senté encima
con la advertencia de que lo tuviera bien sujeto. Busqué el ángulo
propicio, les dije que me miraran y apreté el botón de aquella cámara
traída desde Tenerife. Ahora esa fotografía impremeditada y esos ojos de
entonces que me miran y sonríen son los que me saludan cada mañana,
cada despertar, cuando se hace la luz en el lado izquierdo de la cama.<br />
<br />
08XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Escalera de acceso a un parque de Turín.<br />
<b>Texto</b>: Es un misterio la inspiración -esa eterna aliada de la oportunidad y del
talento-, pero lo es más su permanencia sostenida. En alguna página de
Kafka y en alguna nota autobiográfica de Pessoa se desvela el trance
definitivo de cierta noche irrepetible, el delirio perfecto de unas
pocas horas en que, sin transición, se insinuó la idea y se gestó la
obra. <br />
Hoy, con fulgor inefable, mientras preparaba desayunos, se me
encendió una luz con hechuras de novela: no una trama, no aún, sino una
tesis simbólica que solo aguarda la excusa de unos personajes que la
ejecuten, de una peripecia digna. Como aquella otra que imaginé hace
lustros y que no me decido a escribir, también esta merecería el pulso y
la tenacidad, o tal vez la ciega convicción, de algún Saramago.<br />
<br />
09XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Parra podada de la casa de mis padres, figurando cornamenta.<br />
<b>Texto</b>: Me preguntas si votaré mañana, y qué voy a votar. Te digo que sí, que
votaré mañana, y que depositaré mis papeletas con mucha más inquietud
que otras veces. Creo que la madurez política se logra cuando uno
termina de saber dos cosas que ya intuía: de qué mundo viene, en lo
personal y en lo social, y qué mundo y qué clase de país sueña para sus
hijos.<br />
Así que votaré, y lo haré según principios que para mí son o deberían ser universales. Votaré contra la intolerancia y la exclu<span class="text_exposed_show">sión,
contra los privilegios sin escrúpulos, contra la falacia identitaria,
contra el totalitarismo represivo y regresivo, contra la sospecha y la
amenaza y la persecución, contra la ignorancia bárbara, contra la fuerza
bruta. Votaré contra los muros, contra las alambradas, contra el horror
y contra el miedo. Votaré contra el olvido.<br /> Votaré, sí, aunque solo sirva para, por unas horas, contrarrestar mi pesimismo.</span><br />
<br />
10XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Lámpara esférica en un restaurante de moda.<br />
<b>Texto</b>: La realidad tiene demasiadas caras, demasiados puntos de vista, ángulos,
perspectivas, recovecos, lagunas, pliegues, apariencias, engaños,
invenciones. No se muestra tan fácil, no se quiere fija en un lugar
concreto, y a menudo incluso se camufla en la ficción, su mejor aliada. O
quizá existe en todas partes a un tiempo y se alimenta de sus mil
matices, de sus contrastes y antagonías, de sus íntimas contradicciones,
de la excitante amalgama de promiscuidades que, al cabo,
inopinadamente, la consagran como Verdad.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-71819785483162425762019-11-11T16:43:00.001+01:002019-11-11T16:43:35.727+01:00<div dir="ltr">
28X2019<br />
<b>Imagen</b>: Dos ciervos en la transición del día a la noche.<br />
<b>Texto</b>: Parecían sombras chinescas sobre la línea horizontal del suelo, mostrándose a contraluz en el lienzo celeste de un anochecer de otoño. De repente sentí mi cuerpo atravesado por el frío amable de la creación, suspendido en la nostalgia de la eterna quietud, esa que siempre fue anterior a mí y que será, también, sucesora de mi ser, para siempre. Tomé la cámara, apunté al objetivo, posé el índice, se oyó un chasquido lejano y ajeno.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
29X2019<br />
<b>Imagen</b>: Cometa típica moratallera, fabricada por mi padre.<br />
<b>Texto</b>: Todo era artesanal, todo fabricado a mano y con materiales baratos y sostenibles. <br />
Cuando llegaba la época de las cometas (creo que a finales de agosto, pero no lo hago cierto), los muchachos buscábamos las cañas, las arreglábamos a medida y las armábamos con hilo bramante; luego, en la tienda, comprábamos papel de color, lo cortábamos y lo adheríamos cuidadosamente con una masa de agua y harina; por fin, le añadíamos flecos de adorno alrededor, le anudábamos una larga cola de jirones de tela pesada y, con una buena madeja de hilo enrollado en un palo, peregrinábamos al cerro más próximo. <br />
Y volaban, ya lo creo. A veces se alejaban cientos de metros y permanecían horas en lo alto, serenas y orgullosas; o bien cesaba el viento de repente y teníamos que correr a la contra para elevarlas y que no cayeran.</div>
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30X2019<br />
<b>Imagen</b>: Esperando a mi hijo.<br />
<b>Texto</b>: Las horas muertas. <br />
La silenciosa espera delante de una taza, de unos ojos ausentes, de un libro olvidado de poemas, de un paisaje sin alma. <br />
La suma exacta de los sucesivos tiempos envasados al vacío, de los tiempos quirúrgicos y ajenos, de los tiempos incautados a la nada, de los tiempos que nunca vuelven, de los tiempos que por su peso caerán en saco roto, de los tiempos perdidos a conciencia y sin excusa, de los tiempos que sueñan a rebufo del destiempo, de los maravillosos tiempos sin tiempo. <br />
Las horas muertas que, jugando, se pueblan de palabras. <br />
Las horas vivas.</div>
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31X2019<br />
<b>Imagen</b>: Luces de neón: "La città era piena di rumore"...<br />
<b>Texto</b>: El ruido está en todas partes, cada vez más ensordecedor, más incisivo y más déspota. Se cuela por cualquier rendija, con permiso o sin él, huracanado o susurrante, y todo lo contamina y lo pervierte. Está en las calles, en los platós de televisión, en cada post de cada red social; pero también existe al margen del sonido, en las miradas, en las manos, en los gestos obscenos. A veces, sutilmente, se adueña del silencio, lo chulea y lo prostituye, lo devora como un cáncer, lo maneja y lo anula. El ruido se instaló hace tiempo muy dentro de nosotros.</div>
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01XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Desde la arcada del horno techado, en el huerto de mis padres.<br />
<b>Texto</b>: Me gustaría que, cuando deje de ser, cuando mi respiración no se nutra de este oxígeno y mi cuerpo abandone por siempre su espacio en este mundo, alguien se encargue de reducirme a ceniza y que esa ceniza se mezcle de nuevo con la tierra de algún lugar que me sea próximo; por ejemplo, con la tierra de este huerto de modestas vistas que inspira buena parte de mis afectos y memorias. <br />
Me gustaría ahora, sí, mientras lo pienso. Pero sé ciertamente que desde el instante en que deje de ser ya todo me dará lo mismo; es decir, nada, o incluso menos que nada.</div>
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02XI2019<br />
<b>Imagen</b>: <u>A</u> los abogados asesinados en la calle Atocha, con balcón.<br />
<b>Texto</b>: Me apena esta hornada de jóvenes cuya mejor disculpa es que son hijos de sus progenitores. <br />
Caminan enredados en cables de auricular, como zombis de un tiempo errático; todo lo encuentran a mano y todo les entretiene y todo les aburre; víctimas de los incontables reclamos, su pereza neurológica y su apatía apenas conciben el adoctrinamiento consumista al que son sometidos, el tramo fronterizo entre la verdad y la mentira, el factor anestesiante de su mundo virtual. Por no hablar de su desmemoria histórica, de su orgulloso desdén del pasado, de su ignorancia satisfecha y complaciente. <br />
Y los padres, sí, somos cómplices necesarios de su extravío irremediable.</div>
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03XI2019<br />
<b>Imagen</b>: Paisaje de carretera con curva y nubes.<br />
<b>Texto</b>: Nubes de ayer, nubes de otoño ya; sin embargo, la templanza preside días confusos y ambiguos, días que no terminan de definirse en el calendario de las estaciones. Pero ese intenso azul y esos cúmulos algodonados que amenizan el horizonte, y esta luz que cae sobre los olivos en el principio de la tarde, son ya un anuncio del cambio inmediato, un guiño de la naturaleza que se respira en cuanto vemos y escuchamos, la pudorosa sinestesia que hará suya cualquier observador de la belleza, cualquier artista receptivo, cualquier poeta.</div>
Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-29640998320612907552019-11-06T13:00:00.002+01:002019-11-06T13:00:42.005+01:0021X2019<br />
<b>Imagen</b>: Estatua de Pío Baroja en lo alto de la cuesta Moyano, en Madrid.<br />
<b>Texto</b>: Visto así, parece un estratega o un soldado de cualquier bando que
hubiese combatido en la primera o en la segunda gran guerra o, acaso más
verosímil, en la contienda entre españoles de las dos Españas, y que
hubiera sobrevivido al terror de los bombardeos y a las cunetas de la
vergüenza; pero no, se trata apenas de la efigie de un viejo vasco y
cascarrabias, de un hacedor de personajes que dialogan, de un hombre
pesimista y escéptico que escribió a mano millares de páginas que otros
leerán y otros les practicarán su autopsia analítica y otros memorizarán
sin entusiasmo para rendir cuentas en el examen de pasado mañana.<br />
<br />
22X2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi boletín de calificaciones de 2º de BUP.<br />
<b>Texto</b>: Qué fácil es hoy sospechar de cualquier desliz, publicitar sin reparo
aquel lejano devaneo seguramente inoportuno, denunciar ante las hienas
del mundo una solicitud vergonzosa, una indiscreción sin cálculo, un
error ya olvidado, una falta prescrita. Se acusa y se condena en un
mismo instante, sin que medie ningún trámite, sin que asista una pizca
de empatía, sin piedad.<br />
¿Quién no guarda un recuerdo indecoroso? ¿Quién no lleva una mancha en su expediente más secreto?<br />
<br />
23X2019<br />
<b>Imagen</b>: Mujer mirando el cristal fijo de la ventanilla, en un vagón de tren.<br />
<b>Texto</b>: La ventanilla del vagón es un vivero de imágenes y mundos, un lienzo
constante de paisajes que no cambian de sitio, de reflejos interiores
que llevan al cristal la magia evocadora y la poesía. La vida que
transcurre está impregnada de fugacidad y quietud al mismo tiempo. El
afuera y el adentro se resuelven en un plano único, inclusivo. <br />
No es lo que miras: es lo que piensas, lo que sientes...<br />
<br />
24X2019<br />
<b>Imagen</b>: Composición con reloj-despertador y disco "La Mandrágora".<br />
<b>Texto</b>: Escuché que españoles Franco ha muerto cuando yo tenía ocho años. A los
dieciocho descubrí y escuché La Mandrágora, aquel disco, aquella letra
de un tal Joaquín que versionaba el entierro apoteósico del caudillo y
dictador por la gracia de Dios: "Adivina, adivinanza".<br />
Impasible, hoy el mismo reloj dibuja sus horas.<br />
El tiempo esgrime, siempre, sus razones.<br />
<br />
25X2019<br />
<b>Imagen</b>: Mis padres, de espaldas, caminando hacia el olivar.<br />
<b>Texto</b>: Entre luces y sombras, la vida sigue su camino, a veces recto y liso
como una pista de velocidad, otras intrincado y pedregoso como una
prueba de obstáculos; y sin que nos demos cuenta se va adentrando,
recodo a recodo, pasito a pasito, en esos paisajes de otoño que tan
lejanos nos parecían. El sentido último, como quería Machado, solo se
encuentra caminando. Caminando, tal vez, de la mano de alguien.<br />
<br />
26X2019<br />
<b>Imagen</b>: Flecha de azul recortada por tres edificios.<br />
<b>Texto</b>: Cuando alguien ve o cree ver una señal del cielo, yo apenas intuyo,
aprecio y, en su caso, constato un fenómeno de la naturaleza, el
desenlace simple o complejo de mi percepción, de mis sentidos. Y si no
me asiste la ciencia, me doy un generoso margen de ignorancia o
descreimiento o de mero escepticismo. Definitivamente, ando muy perdido
en el camino de la fe; mucho me temo que arderé en cualquiera de los
infiernos de este o del otro mundo.<br />
<br />
27X2019<br />
<b>Imagen</b>: Panorámica del Paseo Alfonso X de Murcia, ahora peatonal.<br />
<b>Texto</b>: Importa menos lo que se mira -desde un paisaje a un objeto, incluso si
se trata de una persona y de su rostro- que la perspectiva que
adoptamos, el ángulo que buscamos al mirarlo. Y entonces nuestra
percepción inventa otro rostro, intuye o crea otro objeto, descubre otro
paisaje. Así, como otra manera de mirar lo mismo, entiendo el arte en
cualquiera de sus formas.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-26346660158068524352019-11-05T18:28:00.004+01:002019-11-05T18:28:46.431+01:0014X2019<br />
<b>Imagen</b>: Entramado de ramas y cables con la torre de la Mole de Antonelli.<br />
<b>Texto</b>: De las ciudades en las que estuve, Turín es la única a la que siempre
estoy queriendo volver -y solo he vuelto dos veces en veinticinco años-,
aunque sepa de antemano que se trata de una vuelta enfermiza, morbosa,
casi ficticia, henchida de toda la inmadurez y de todas las
contradicciones que hoy, en la distancia de los años, me atraen como un
abismo. Allí fueron el tormento de Salgari, la locura de Nietzsche, los
suicidios de Pavese y Primo Levi..., pero también mi cumbre de
soledades, mi melancólico oasis de libertad.<br />
<br />
15X2019<br />
<b>Imagen</b>: "La fiscalía del TSJ investigará la muerte de miles de peces".<br />
<b>Texto</b>: Cuando de repente algo se convierte en noticia -y sube a las cabeceras
de los telediarios y a las portadas de los periódicos y a las pantallas
nerviosas de los móviles- eclipsa la realidad, la tergiversa, porque su
ser insaciable rápidamente la sustituirá mañana por otra y atemperará el
estupor, o -insensibles consumidores de noticias- nos la acabará
haciendo tolerable. Tiempo al tiempo, parece decirnos entre líneas, casi
con una sonrisa cínica en los labios. La actualidad corre más rápido
que la verdad, aunque no llegue tan lejos.<br />
<br />
16X2019<br />
<b>Imagen</b>: Alfombra de hojas secas en un parque de Turín.<br />
<b>Texto</b>: Los parques, sobre todo si son urbanos, fueron pensados para pasearlos
en otoño, a una hora quizá vespertina, sintiendo el crujir de hojas
secas bajo las suelas y un rumor de soledades en los bolsillos, testigos
de un silencio solemne que tal vez, si nos acompaña la magia, se
impregnará de versos muy leídos hace tiempo -de Rubén o de Machado, o
acaso de Hölderlin, o acaso de Leopardi-, y de otros novísimos,
impredecibles, versos humildes que pugnan y se arremolinan a nuestros
pies.<br />
<br />
17X2019<br />
<b>Imagen</b>: Primer fotograma de la película <i>Mientras dure la guerra</i> (2019).<br />
<b>Texto</b>: Entrar a una sala de cine y salir de ella, dos horas después,
sobrecogido por una lúcida desazón, ebrio de un extraño regocijo
intelectual, devuelto a esa paradójica gratitud de las emociones más
primarias, como si en ese paréntesis suspendido entre imágenes bárbaras y
adhesiones cerriles, entre discursos incendiarios y estruendos y miedos
y fantasmas del ayer que no cesa, se hubiera renovado en mí un discreto
baño de convicciones. <br />
Extraordinario pulso a la Memoria y a la Historia. <br />
Sutilísimo Amenábar.<br />
<br />
18X2019<br />
<b>Imagen</b>: Cientos de libros adosados en un stand al aire libre.<br />
<b>Texto</b>: Cuando a un escritor respetado por la actualidad le entregan un cheque
de 601.000 € a cambio de una novela que ha escrito y, con astucia y
alevosía, se apresura a decir que es "el primer premio literario al que
me presento", miente dos veces; o miente una (porque al menos a este no
se ha presentado en competencia con nadie) y desahoga una ridícula
vanidad en la otra (porque a nadie le importa ya si antes se presentó a
premios).<br />
Es un misterio el éxito; qué poco tiene que ver con la posteridad o con la gloria, casi nada con el prestigio o con el mérito.<br />
<br />
19X2019<br />
<b>Imagen</b>: Castillo de Moratalla visto desde la casa donde nací.<br />
<b>Texto</b>: La casa donde nací tenía un bajo y dos plantas. En la más alta, en un
humilde cuarto de techos inclinados, estuvieron mi cama de adolescente y
mi mesita de estudio y mis primeros libros. Cuando me asomaba al
ventanuco veía el tejado de enfrente y la terraza de un vecino, y si
giraba la cabeza a mi izquierda, al fondo, la mole perpetua del
castillo. Los días de tormenta mi madre y yo nos acurrucábamos para
mirar desde ahí cómo caía el agua de las canaleras, mientras ella le
rezaba a santa Bárbara y entre los dos nos comíamos los terrones de
flores con azúcar (en la ciudad lo llaman palomitas de maíz, pero no es
lo mismo) que había preparado para gozar del espectáculo.<br />
<br />
20X2019<br />
<b>Imagen</b>: Tablón vertical para colgar llaves.<br />
<b>Texto</b>: Donde algunas personas solo vemos un surtido abundante de llaves que
cuelgan de un panel numerado, otras presentiremos de inmediato el
misterio que desprenden aquellas que no están, la aventura insensata de
las llaves que acaso alcanzó una mano temeraria; y ahora cualquiera de
esas llaves, o una muy concreta, abrirá la cerradura de una puerta
prohibida, chirriante, y el silencio denso de dentro se mezclará con la
luz intrusa de fuera, y un cuerpo sin culpa avanzará confiado en la
penumbra, y de repente el sollozo de una sombra sin cuerpo...<br />
En las llaves, quién lo duda, alienta un ebrio caudal de fantasía.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-65948076542118328922019-11-01T19:46:00.002+01:002019-11-01T19:46:23.029+01:0007X2019<br />
<b>Imagen</b>: Visitantes en un zoo, observados desde dentro de la celda acristalada.<br />
<b>Texto</b>: Aquí paso mis días y mis noches. Aquí descargan a diario toneladas
dosificadas de comida, un macho me busca y me encuentra en época de
celo, ciertos doctores revisan mi cuerpo y me ponen inyecciones. No
tengo que preocuparme de la caza ni de defender un territorio ni de
proteger a mis crías. Cuando me apetece tomo el sol, o bien me sumerjo
en el estanque. A veces vienen grupos de personas que me señalan con el
dedo y hacen gestos de asombro desde el otro lado del cristal. La vida
pasa lenta aquí.<br />
<br />
08X2019<br />
<b>Imagen</b>: En la terraza de la casa de los padres.<br />
<b>Texto</b>: Cada cual tiene su atalaya, un paisaje propio que despliega la modestia
de sus alas, el punto exacto desde el que solemos celebrar cuanto nos
fue dado. Para los otros no significará mucho, apenas nada, una baranda y
tras ella una calle y unas casas y unos cables eléctricos, y luego unos
árboles y el atisbo de una sierra y un cielo que oscilará entre el azul
radiante y el gris plomizo, entre la dicha de ser -de estar aquí, de
haber vuelto- y el dolor que a veces trae la vida. El alma se regocija
de este espacio.<br />
<br />
09X2019<br />
<b>Imagen</b>: Fotografía de mi rostro en una carta de póker.<br />
<b>Texto</b>: Nunca supe si las cartas están marcadas, si hay una conciencia que las baraja y las reparte dejándonos a nosotros, tristes mortales, la ilusión del azar, de los hados favorables, de la diosa Fortuna. Lo llamamos Fatalidad y, en algunos casos, Destino, que no son sino dos maneras de humillarnos frente a la nostalgia de un orden supremo, premeditado e insobornable, escrito en las estrellas con mano firme. Tal es el tamaño de la superstición, a la que tal vez habría que poner, también, la mayúscula.<br />
<br />
10X2019<br />
<b>Imagen</b>: Calle estrecha con arco moruno y niños jugando.<br />
<b>Texto</b>: En una callejuela de Marrakech, en los primeros años del siglo XXI, dos niños juegan a la pelota. Entonces un turista con trazas de turista se asoma a ese espacio de silencio prehistórico y capta la imagen. <br />Yo pude ser cualquiera de esos chicos y de algún modo lo fui, hace ya cuatro décadas, en una calle sospechosamente familiar, angosta como esta pero con leve inclinación, curvada por las fachadas aleatorias de las casas vecinales, con zócalos. Era la calle del Palomar, en un pueblecito de Europa con raíces también árabes, en un recóndito enclave fronterizo al sureste de la Península Ibérica.<br />
<br />
11X2019<br />
<b>Imagen</b>: Cartel pegado en el interior de la puerta de un retrete de hombres. <br />
<b>Texto</b>: Demasiado a menudo, el mensaje que leemos no se corresponde con la realidad que percibimos en la lectura; y entre esa realidad intuida y el yo que mira e interpreta las palabras suele interponerse una imagen paralela, amable o no, un mundo oculto y soterrado al que continuamente nos remite. La literalidad nunca es óptima. Lo referido siempre puede ser otra cosa.<br />
<br />
12X2019<br />
<b>Imagen</b>: Bandera española ondeando en un esablecimiento a pie de playa.<br />
<b>Texto</b>: Puedo entender el deseo de pertenencia de algunos, la turbia amalgama de azares que sustenta el principio de identidad colectiva, el acopio emotivo de vivencias y memorias y olvidos que condensa lo que soy y lo que somos en un himno común, en un símbolo que ondea sobre una tela de colores pactados. Lo que no me cabe en la cabeza es la ostentación gratuita y cerril, el regodeo cómplice, la fanfarronería exclusiva, esa especie de orgullo patrimonial que algunos gastan y que, además, me exigen a mí como garante de lealtad.<br />¡Ay, las banderas...!<br />
<br />
13X2019<br />
<b>Imagen</b>: Retrato de juventud, con barba, y libro de Cernuda en las manos.<br />
<b>Texto</b>: Me desconozco, no parezco yo, pero verosímilmente lo soy, debo serlo, detenido en el umbral de una década -los noventa- tan decisiva como todas, con el pelo en punta y una barba que nunca me he tolerado más allá de dos meses. En mis manos, abierto tal vez al azar o tal vez por una página premeditada, "La realidad y el deseo" de Luis Cernuda, ese volumen del Fondo de Cultura Económica que había recibido en préstamo, de manos amistosas, y que luego se quedó a vivir conmigo, habitando conmigo las casas que yo habito.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-42148301127878498272019-10-29T19:01:00.001+01:002019-10-29T19:02:13.255+01:00<div dir="ltr">
30IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Usuario de teléfono móvil con cigarrillo en el callejón del Gato.<br />
<b>Texto</b>: Hace un siglo, los héroes clásicos se pasearon por la calle de Álvarez Gato, en Madrid, para verse deformados en sus espejos cóncavos y servirle en bandeja a Valle-Inclán la teoría del esperpento, esa constante de la realidad española. Hoy no hay espejos, o no como aquellos endulzados de miserias grandilocuentes y castizas bohemias, pero esta España nuestra continúa igual de esperpéntica, igual de mediocre y cicatera y turbia que la que vio agonizar a Max Estrella.</div>
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<br /></div>
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01X2019<br />
<b>Imagen</b>: Lance futbolístico, con Federico salvando la entrada de un rival.<br />
<b>Texto</b>: Vivir junto a instalaciones municipales de uso deportivo afina extraordinariamente mi oído, de manera que muchas tardes de sábado y sobre todo los domingos a mediodía sé intuir las escenas de un evento -ellos lo llaman "fútbol-base"- sin asomarme siquiera a la ventana: los gritos desesperados de un entrenador, las paternas descalificaciones hacia un árbitro, las maternas amenazas a un muchacho rival, el entusiasmo orgiástico de un lance que quedó en un casi, la unánime jauría que emerge con un gol, la desolación silenciada del portero... Yo también, muchas veces, en otro tiempo, acompañé a mi hijo -de rojo en la foto- a distintos campos de juego. Yo también...</div>
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<br /></div>
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02X2019<br />
<b>Imagen</b>: Cuadro parcial de mujer negra mirando la Luna.<br />
<b>Texto</b>: Un marco delimita, acota el espacio en el que hemos de poner la mirada, fija la linde exacta entre lo que es mundo y lo que es traslación particular de mundo, señala el corte seco entre un fragmento de realidad -esto es, un producto para consumo estético, proclive al fallo despiadado de un crítico de arte y de cualquier curioso que pasa por ahí- y lo que carece de otra pretensión que ser la humilde pared de una casa o la pared privilegiada de un museo. <br />
Mi pequeña rebeldía consiste en salirme, en buscar otro enfoque, en inventar otro ángulo.</div>
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<br /></div>
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03X2019<br />
<b>Imagen</b>: Instantánea en fuga de puente sobre vía de tren.<br />
<b>Texto</b>: Hay días que se tuercen con vocación unánime. Principian como de costumbre, envolviendo cada cosa en su color de promesa; pero poco a poco sentimos que su hechizo se disipa, y surgen nubarrones altos que truenan y se acercan, y las horas se tornan peligrosas y turbias, y el misterio sencillo de la vida urde su red compleja, su terrible amenaza. Entonces solo sirve abandonarse, dejar que pase hasta extinguirse, esperar a mañana.</div>
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<br /></div>
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04X2019<br />
<b>Imagen</b>: Debajo de "El Pensador" de Rodin, emulando su pose.<br />
<b>Texto</b>: ¿Que qué estoy pensando? ¿Cuándo, ahora mismo o en aquel instante en que posaba bajo la obra de Rodin? ¿Y qué pensaba el artista cuando intuyó el motivo y le dio forma y le otorgó un título definitivo? ¿Cómo se piensa la belleza, el impacto de esa masa de bronce en un jardín a cielo abierto en el centro de París, el volumen congelado sobre el pedestal en ese paréntesis de contemplación gozosa? ¿Qué pensamos cuando no sabemos que pensamos?</div>
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05X2019<br />
<b>Imagen</b>: Captura de actores a orillas del Sena (marzo de 2014).<br />
<b>Texto</b>: En el teatro de la vida, no siempre es fácil distinguir entre quienes se ponen la máscara y actúan esgrimiendo su protagonismo y quienes, también disfrazados aunque apenas visibles, dictan el guion y preparan cada escena y reparten órdenes y filman, o quienes, todavía más allá, con extraordinaria lealtad, desde su apariencia pasiva, simplemente hacen el papel de público. <br />
Pero, el ojo y el dedo que hace años capturaron este insólito grupo a orillas del Sena, ¿pertenecen a la imagen o están fuera de ella?</div>
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<br />
06X2019</div>
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<b>Imagen</b>: Acaso mi mejor poema: "Helena (25-04-2016)". <br />
<b>Texto</b>: Cuando Helena, mi primogénita, saltó la cerca de los dieciocho años, cedí a la tentación de perpetrar un poema conmemorativo. Mientras lo hacía, entregado a la desnuda aventura creativa, disfruté de un éxtasis paradójico, de un algo que me trascendía como padre y como hombre. Llevaba demasiado tiempo sin emocionarme de tal modo al escribir unos versos, demasiado que no escribía unos versos tan sentidos, tan plenos de mí, tan ciertos. Creí que tocaba con la punta de los dedos mi trocito de techo literario, mi cielo poético, mi gloria.</div>
Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-22674616082397687222019-10-27T09:36:00.003+01:002019-10-27T09:36:42.009+01:00<div dir="ltr">
23IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Paso de peatones y, detrás, fachada de la estación de Atocha.<br />
<b>Texto</b>: Mucha, demasiada gente en todas partes, torrente de cuerpos que se esquivan sin mirarse, que avanzan decididos hacia cualquier cita o hacia cualquier catástrofe, que contagian su prisa a las aceras, que visten auriculares o portan maletas ruidosas o esgrimen su smartphone con una sola mano. Que no vuelven atrás porque no hay tiempo que perder. Que nunca se detienen si no es ante un semáforo. Que huyen de su instante.</div>
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<br /></div>
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24IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Cuatro "testigos de Jehová" apie de calle, junto a su expositor portátil.<br />
<b>Texto</b>: Llevan horas de pie. Arribaron al punto acostumbrado, desplegaron sendos expositores con promesas y folletos bíblicos, se echaron unos pasitos atrás y ahí siguen, hablando tal vez de nimiedades domésticas, exhibiendo su apostura amable y risueña, pacientes -iba a poner "impertérritos", pero hay palabras de plural insufrible-, sin un solo ademán de captación o reclamo, casi ajenos al cuadro que protagonizan en esta calle céntrica donde nadie se acerca. Mañana volverán con su misterio.</div>
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<br /></div>
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25IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Llave de luz doméstica, presentada en un marco.<br />
<b>Texto</b>: Entre los debates que más me tientan, que más provoco cuando el foro se presume proclive, hay sobre todo uno que acapara mi voluntad y zarandea mis neuronas: ¿Qué se ha de entender por "arte"? ¿Qué ley objetiva o criterio inmutable permite acotarlo y definirlo? ¿Cómo distinguir el "arte" de la mera artesanía, y cómo lo que es "arte" del producto que se oferta como tal y sin embargo no lo es? ¿Dónde empieza la impostura, la farsa consentida, el traje nuevo del emperador? Ahí es nada...</div>
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<br /></div>
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26IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Vista a ras de suelo de flecha de circulación pintada sobre el asfalto.<br />
<b>Texto</b>: Desde que nacemos nos señalan el camino -y es verdad que ya nacemos con buena parte del camino señalado-, nos encauzan por aquí y por allá y nos dicen continuamente que no, que por ahí no, que no hagas eso, que no te duermas todavía, que ya es hora de despertarse, que ese mueble o ese objeto no se tocan, que esa puerta debe mantenerse cerrada para ti. Y al cabo de los años somos nosotros los que señalamos y encauzamos y decimos continuamente que no. Hasta que un día, en un segundo...</div>
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<br /></div>
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27IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Manifestación legal contra el cambio climático.<br />
<b>Texto</b>: Me temo que la del calentamiento global del planeta es otra de esas guerras que sabemos perdidas antes de librarlas. <br />
Las gentes que ahí vemos, sobre todo familias con niños, se echaron a la calle de una ciudad del sur para gritar que no, que algo habrá que cambiar para que nuestros hijos y nietos hereden un espacio digno donde vivir. Hace dos semanas cayeron aquí mismo cantidades históricas de agua, y hoy, acabando septiembre y siendo las 20:00 horas, el marcador digital de la izquierda no miente: 31 grados centígrados. <br />
Evidentemente, la izquierda progre se habrá confabulado con la comunidad científica internacional.</div>
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<br /></div>
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28IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Dos dinosaurios de Darío se contemplan en un escenario de playa.<br />
<b>Texto</b>: En aquel tiempo de supremacía y terror todos los esfuerzos se empleaban en sobrevivir: se luchaba para comer, para aparearse y prolongarse, para defender unas crías y un territorio, para ser temido y respetado, para no morir tan pronto. De sol a sol y de luna a luna, el único descanso era el sueño, pero incluso ese sueño lo ocupaba a menudo la pesadilla de la extinción.<br />
Así, en parte, nuestro tiempo, el tiempo que viene. La humanidad -y lo que el hombre llama la Historia, por tanto- es solo un paréntesis, un breve parpadeo en el insondable ojo de lo que no comprende principio ni fin.</div>
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<br /></div>
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29IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Cassettes con canciones que uno escuchaba a mitad de los ochenta.<br />
<b>Texto</b>: La mayor parte de nosotros ya no cumpliremos los cincuenta o estaremos a punto de cumplirlos. "El cambio" y "la movida" nos pillaron mirando las nubes desde la ventana del instituto, escribiendo eslóganes rebeldes en el cuaderno de latín, suspendiendo las malditas matemáticas, emborrachándonos con cubalibres de pobres o accediendo a tientas, clandestinos, al reservado de una discoteca. Grabábamos nuestras propias cassettes o las buscábamos en bazares baratos. Ahora, si volvemos a escucharlas, nos asalta la sospecha agridulce de que nada de aquello fue en vano.</div>
Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-91422414248190609182019-10-26T18:31:00.000+02:002019-10-26T18:31:25.102+02:0016IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Candado con leyenda sentimental en una barandilla pública.<br />
<b>Texto</b>: Querer, como amar, son dos verbos que solo pueden tomarse en serio si se
conjugan en presente, porque el pretérito es siempre desleal y doloroso
y elegíaco, y el futuro lo sabemos frágil y voluble, pues confunde
cualquier promesa firme con la más descarnada ingenuidad. <br />
Quien
ama, fluye, como fluía el socorrido río de aquel Heráclito; o como este
otro río de aguas turbias que hace un rato contemplábamos -tú y yo-
desde el candado olvidado de ese puente.<br />
<br />
17IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Primera visión de Moratalla al entrar en la recta, viniendo de Caravaca.<br />
<b>Texto</b>: Cuando hablo de volver no me refiero solo a desandar una distancia para
recobrar determinada geografía, determinado espacio. En el viaje de
vuelta al pueblo -sobre todo cuando tomo la última curva y lo vislumbro a
lo lejos- se activa una íntima conmoción, una especie de salto anímico
que remonta mi yo actual y me devuelve a aquellos años en que la vida
fluía en su instante perpetuo, despojado de tiempo. Me sobrecoge un
apaciguamiento momentáneo, un remanso de paz que trasciende cualquier
promesa.<br />
<br />
18IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Jugada de dominó truncada por dos fichas de seis en los extremos.<br />
<b>Texto</b>: En el diálogo político, como sucede a veces en el juego, es preciso que
los adversarios se conviertan en aliados eventuales, sacrificando medios
pero salvando fines, para que el verdadero horizonte siga estando ahí,
alto y visible en su conjunto. Malo si las partes se revuelcan en el
lodo de las fichas marcadas, si son incapaces de indagar aquello que
debería unirlas en beneficio de la comunidad, aquello para lo que, ni
más ni menos, fueron designadas. Alguien, sabiéndolo, ha cerrado a
destiempo esta partida.<br />
<br />
19IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Efecto del agua en una fuente urbana. <br />
<b>Texto</b>: Primeras clases y primeras líneas en el agua. He notado que la
experiencia, por más que presuma de serlo, no redime sin embargo de la
incertidumbre que supone enfrentarse a nuevos rostros que, o bien te
observan sin ninguna emoción, o bien te retan desde una apatía profunda.
Muy pocos son los que, ya desde el principio, se elevan sobre su altura
para llenarse de palabras, de augurios, de inquietudes. Esa magia única
que se siente y se palpa en unos pocos alumnos es y será, al fin, la
mejor recompensa, el impagable privilegio de este oficio nuestro.<br />
<br />
20IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi madre, a mediados de la década del cincuenta.<br />
<b>Texto</b>: Les propongo, para ir abriendo paso al pensamiento crítico, que rebatan
la frase "una imagen vale más que mil palabras", que indaguen argumentos
o inventen situaciones que la revoquen, que aboguen en su contra por
escrito. Como ejemplo previo, les muestro la fotografía antigua, en
blanco y negro, de una joven que posa tal vez para un retratista
itinerante, con un fondo de pared humilde. Ninguna emoción, nada de
particular, una mujer de tantas... Entonces se me quiebra la voz con dos
palabras -no mil, ¡tan solo dos!- y leo el efecto en sus miradas: "Mi
madre".<br />
<br />
21IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Expositor de libros en la cuesta de Moyano, en Madrid.<br />
<b>Texto</b>: Siempre me ha fascinado el destino de los libros, sobre todo el de esos
ejemplares que cada día se exponen a la curiosidad o al capricho del
transeúnte y existen en promiscuidad, apilados a veces sin criterio,
bajo el rigor de la intemperie, devaluados por el paso del tiempo, a la
espera de unas segundas o unas terceras o cuartas manos que se decidan a
tomarlos de nuevo, a hojearlos, a encariñarse con ellos, a llevárselos a
una tranquila y bien aclimatada estantería de acogida.<br />
<br />
22IX2019<br />
<b>Imagen</b>: El actor argentino Ricardo Garín posando junto a una admiradora.<br />
<b>Texto</b>: Qué impostora es la fama, qué celosa de su propia imagen, qué engreída y
qué frágil y qué estúpida, qué incómoda cuando baja a la calle y busca
la soledad de un café con vistas a una plaza, cuando su presencia se
anticipa a su rostro y todos la señalan, le ofrecen sus manos y sus
besos, la requieren para perpetuar la fortuna de haberla visto tan
cerca, de haberla tocado incluso. Y, de la otra parte, qué sutiles los
hilos de la admiración, de la adhesión instantánea, qué endebles las
estructuras emotivas que sostienen el mito.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-59405533034500206902019-10-21T20:23:00.001+02:002019-10-21T20:23:11.853+02:0009IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Recodo urbano con casa antigua, deshabitada<br />
<b>Texto</b>: Va uno ensimismado, caminando por la acera de la ida o por la acera de
la vuelta en su itinerario habitual, tan repetido y tan cercano que el
solo gesto de ver lo que ahora ve y sorprenderse de repente y detenerse
para buscar un encuadre con su teléfono móvil y apropiarse de tres o
cuatro fotografías le produce un pudor anacrónico. <br />
La amalgama de
abandono y herrumbre -no siempre reñida con la belleza de la imagen-
firma cuadros sublimes en el recodo más insospechado de cualquier barrio
de cualquier ciudad.<br />
<br />
10IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Individuo con patines y antebrazos rosas, en calle Floridablanca.<br />
<b>Texto</b>: Queremos creer que no: que no todo se nos escapa, que no todo se nutre
de la insaciable fuga del tiempo, que no todo huye de nuestro yo de
ahora buscando una rendija que en un futuro nos abastezca de recuerdos,
que no todo lo que aquí sentimos y nombramos se está yendo
irremisiblemente hacia la boca del olvido para que al fin lo engulla el
torbellino de la nada. <br />
Queremos creerlo. Y atrapamos instantes -silencios, miradas, versos, melodías, atardeceres...- para fingir su eternidad.<br />
<br />
11IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Entrada a la catedral por plaza de los Apóstoles, con efecto de luz.<br />
<b>Texto</b>: La tarde agonizaba cuando me fijé en la bicicleta y luego en la figura
de su dueño, apostado en pose mendicante junto a la puerta del templo.
Salieron dos cuerpos que no nos vieron y detrás otro que tampoco,
mientras yo retrocedí unos pasos a la izquierda fingiendo que, como a
cualquier turista, solo me interesaba la fachada. Entonces,
providencial, una ráfaga que venía de dentro sesgó la imagen, eclipsó mi
objetivo. Pensé que basta un haz de luz para que el mundo recobre su
equilibrio.<br />
<br />
12IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Simetría gris de la torre de la catedral de Murcia.<br />
<b>Texto</b>: Abrí los ojos con la perezosa fe de escribir unas palabras con motivo de
la lluvia, y casi sin transición me paralizó el acento próximo de
Borges, recitando que "la lluvia es una cosa que sin duda sucede en el
pasado". <br />
Sin embargo, pese a los abundantes avisos oficiales, el
agua todavía no llegaba -tampoco mi antojadiza musa-, como si quisiera
desmentir al poeta argentino desde cualquier atalaya del inminente
futuro. <br />
Arriba, la faz adusta, impasible y siniestra, de la torre.<br />
<br />
13IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Nubes negras sobre línea de edificios, anocheciendo.<br />
<b>Texto</b>: La humanidad está abierta a la exploración de inauditas tipologías o
series de elementos, sean estas más o menos sensatas, originales,
absurdas o manidas. Eso sí, para patentar una nueva clasificación de
hombres y mujeres resulta imprescindible establecer previamente un
criterio: por ejemplo -se me ocurrió ayer, esta mañana-, según el modo
en que se contempla el fenómeno de las torrenciales lluvias. Y hay dos:
quienes miran el agua en el cielo, quienes miran el agua en el suelo.<br />
<br />
14IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Niño mirando a cámara desde un ojo de buey.<br />
<b>Texto</b>: En un siglo saturado de incesantes reclamos exteriores, de pantallas
imbecilizadoras y de ingenios reproductores de ultimísima generación, la
única resistencia -por ética y por estética- todavía posible es la
propia contención, el autocontrol del individuo o, más allá, el
escepticismo radical y la perplejidad combativa. <br />
No somos lo que
vemos, ni siquiera nos consta su verdad: somos lo que interpretamos y
aprehendemos a partir de lo que creemos haber visto.<br />
<br />
15IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Cartel de festejos en el vallado y puerta de la plaza de toros de Murcia.<br />
<b>Texto</b>: El maltrato animal elevado a la categoría de espectáculo público, de
festejo patrio que autorizan y avalan los propios municipios; o peor: un
bien de alta cultura -dicen- para dispendio de las elites refinadas, un
arte presunto que se glorifica en la arena de una plaza y que algunos
todavía legitiman al amparo de las sacrosantas leyes de la tradición y
las costumbres, al parecer irrefutables. <br />
No hay debate donde no hay derecho.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-28003538327973184922019-10-19T10:15:00.000+02:002019-10-19T10:15:11.390+02:0002IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Toma de la espalda de un usuario tomando a su vez una foto de grupo.<br />
<b>Texto</b>: Mirar al que mira, focalizar al que enfoca, capturar la imagen inclusiva
de quien captura y de quien se sabe capturado: un sano ejercicio de
distanciamiento que nos sitúa más allá o más acá, pero en un lugar de
privilegio, especie de observador pasivo que ignora si a su vez,
también, estará siendo mirado y focalizado y capturado por otro u otros
que se alinean a su espalda. <br />
Los espejos repetidos de Borges no son indiferentes a este vértigo.<br />
<br />
03IX2019<br />
<b>Imagen</b>: En un cristal, cartel con flecha hacia la derecha: "CITA DIARIA".<br />
<b>Texto</b>: Tengo el secreto hábito de descontextualizar, una inclinación que poco a
poco, con el desarrollo de ciertas técnicas no menos secretas y el
olfato que otorga la experiencia, se ha convertido en un talento. A
veces mi percepción juega con las posibilidades poéticas de un anuncio o
de un simple letrero, mientras que otras muchas intuye una perspectiva
sorprendente, una vuelta de tuerca, un rizar el rizo. En el vasto reino
de las analogías puedo ser un perfecto cínico. O un incomprendido.<br />
<br />
04IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Escenario de un concierto con múltiples líneas cegadoras de luz.<br />
<b>Texto</b>: De Bob Dylan fue el penúltimo concierto que presencié en directo. Se
puso tras el piano, interpretó parte de su viejo repertorio (casi sin
pausas para el aplauso) y desapareció como una sombra de sí mismo,
evitando cualquier guiño de complicidad. Nada de pantallas gigantes ni
juegos de luces: apenas un par de focos traseros iluminaban la escena.
El uso de teléfonos móviles, prohibido.<br />
El último concierto fue el
de un grupo imprescindible de los ochenta y acaso de los noventa. En
imagen -si no lo digo reviento- "Los Secretos", lo que de ellos y
nosotros queda.<br />
<br />
05IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Retrato a lápiz de Paco Ñíguez, de 1995.<br />
<b>Texto</b>: En la jerga de la enseñanza, un claustro es la reunión -previa
convocatoria- de la plantilla de profesores que integra un centro
educativo. <br />
En uno de mis primeros claustros -instituto de Mula,
hace casi un cuarto de siglo-, un compañero con inquietudes y
habilidades pictóricas improvisó en poco más de diez minutos un retrato a
lápiz, bastante fiel, de mi rostro de entonces. Lo conservo en marco,
colgado en la casa de mis padres, y cada vez que regreso a ella y lo
miro me pregunto qué permanece en mí de aquel muchacho inexperto que
empezaba a dar más clases de literatura que de lengua. <br />
Hace muchos años que no he vuelto a cruzarme en el camino de Paco Ñíguez, el desinteresado autor de aquella obra.<br />
<br />
06IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Avenida de entrada a la ciudad, por Ronda Norte.<br />
<b>Texto</b>: Durante los meses de verano cunde en el homo urbanitas, lo mismo en la
hembra que en el macho, la necesidad fingida o sincera de huir adonde
sea, a la playa o al campo o a cualquier otra ciudad que lo redima de su
hastío. Para ello, restaura expresiones del tipo "recargar pilas" o
"desconectar", pero en el fondo escapa de su cotidianeidad para,
probablemente, reinventarla en otro lugar. He aquí una de las puertas
del regreso.<br />
<br />
07IX2019<br />
<b>Imagen</b>: El planeta Tierra: globo para decorar despachos y aulas.<br />
<b>Texto</b>: ¿Desde qué ángulo nos mirará Dios? <br />
Pero, de serlo -si es que Dios
necesita ser para ser-, no adoptará un solo ángulo, sino todos a la vez.
Y, verosímilmente, tampoco tendrá que mirar para ver ni tendrá que ver
para saber, como no tendrá que distraerse con un puntito azul extraviado
en alguna de las galaxias que a lo largo de la eternidad se le
ocurriera o se le está ocurriendo o se le ocurrirá crear. Dios no
necesita vernos porque ya lo abarca y lo es todo, incluso lo que no es,
incluso el más absoluto olvido. <br />
¿Desde cuánto tiempo atrás -si es que el tiempo significa algo para Él- nos habrá olvidado Dios?<br />
<br />
08IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Farola de cuatro focos, con paloma imprevista.<br />
<b>Texto</b>: Según la ley de la causalidad -tan soberana como cualquier otra que
quiera postularse- ningún azar es caprichoso, de donde infiero con la
misma legitimidad que ningún azar es inocente. Entonces, pues, hay una
red casi infinita, un compromiso universal que a nada y a nadie salva.<br />
<br />Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-7119714797934806172019-10-10T22:10:00.001+02:002019-10-10T22:10:56.822+02:0026VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Diarios de Cesare Pavese y análisis de sus cartas, ambos en italiano.<br />
<b>Texto</b>: El 17 sale de la casa a la que ya no volverá. En la estación Porta Nuova
duda entre subir a un tren u hospedarse en el céntrico Albergo Roma. El
18 escribe en su diario: "Todo esto da asco. Una palabra. Un gesto. No
escribiré más". Todavía saca fuerzas para hilvanar a la desesperada unas
cuantas cartas: a su hermana, a una muchacha, a varios amigos... La
noche del 26, en la cima del éxito literario pero en el infierno íntimo
de la soledad y el desamor, en su cuarto de hotel, Pavese se atiborra de
somníferos e invoca los ojos de la muerte. Fue en Turín, agosto del 50.<br />
<br />
27VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Señales de tráfico flanqueadas por palmeras.<br />
<b>Texto</b>: Algunos días veo señales en todo lo que miro, mientras que otros me
ensimismo y me invade un profundo desinterés, una apatía cegadora. Pero
las señales siguen ahí, más o menos obvias, más o menos crípticas,
esperando que alguien las identifique y las descifre. Ellas se insinúan y
se yerguen con su vasta carga de significados: imperativas a veces,
otras flexibles, a menudo confusas y contradictorias. Solo la
interpretación crítica nos redime de su asedio.<br />
<br />
28VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Ruinas de un cortijo en la sierra de Moratalla.<br />
<b>Texto</b>: Fotografía del viernes pasado realizada sobre otra fotografía que revelé en papel hace nueve años. <br />
La frondosidad del árbol, la evocación romántica de las derruidas
paredes de piedra y hasta el azul del cielo me trasladan, sí, nueve
veranos atrás; pero también a los domingos innumerables de la niñez y la
adolescencia en que mis padres preparaban lo necesario para disfrutar
del día en ese paraje de monte donde no faltaba el manantial de agua
fresca. Y siempre, elevada en la distancia, cerca del camino, la imagen
perenne de la "casa de la muerte". Qué tiempos...<br />
<br />
29VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi larga sombra matutina entre las vías del ferrocarril.<br />
<b>Texto</b>: Ya propicien la nostalgia o el ansia de aventura, ya remitan a las
incertidumbres que jalonan el destino o a las fantasías con que se
entretiene la memoria, es indudable el prestigio de los raíles
ferroviarios y su imperio en la órbita de las evocaciones poéticas.
Difícil no mirarlos, al cruzar, con una sensación de fragilidad y
gratitud, como si en ellos pudiera leerse un fragmento de nuestro
albedrío, unas líneas que no sabremos descifrar pero que de algún modo
nos incumben.<br />
<br />
30VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Pose de mi padre en mitad en su huerto.<br />
<b>Texto</b>: A mediados de agosto me mostraba con orgullo los dos primeros tomates.
Desde hace lustros se reserva la mejor simiente, la pone a secar sobre
papel de periódico, la planta en minúsculos cubículos que humedece a
diario con un spray, luego lo traslada todo al espacio en el huerto que
rota de año en año, abona con estiércol que le procura algún vecino,
pone cañas cruzadas para elevar barracas donde se apoyen los tallos,
riega cuando lo cree necesario... Los tomates maduran -dice- en las
noches de luna; le salen grandes y algo deformes, pero su sabor no se
parece en nada a los del mercado. Con suerte, el milagro se prolongará
hasta noviembre. Es mi padre.<br />
<br />
31VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Mano de mi hijo sosteniendo un dinosaurio, su esqueleto de juguete.<br />
<b>Texto</b>: Me pregunto qué será de este mundo cuando la coherencia práctica y las
bendecidas leyes de las ideologías de derecha triunfen definitivamente
sobre las consabidas utopías y las elementales contradicciones
inherentes a la izquierda.<br />
<br />
01IX2019<br />
<b>Imagen</b>: Tarde luminosa de lluvia y sol.<br />
<b>Texto</b>: Con frecuencia, en un solo día e incluso en una sola hora (y a veces en
fracciones más cortas, como un abrir y cerrar de ojos) algo nos desliza
de la luz a la oscuridad o de la alegría a la tristeza, y viceversa, sin
que ninguna señal externa ni interna, nada perceptible ni imperceptible
a través de los sentidos, nos insinúe siquiera el atisbo de una causa
razonable, de un desencadenante sensato, de un porqué.<br />
¿Habría arcoíris cuando no existían aún hombres u otros seres para mirarlos?Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-52943547951945959872019-10-08T22:00:00.000+02:002019-10-08T22:00:03.004+02:0019VIII2019<br />
<b>Imagen</b>:Torre de catedral entre dos edificios altos.<br />
<b>Texto</b>: Atardecer de verano en la ciudad. Precoces luces de neón ciegan aquí y
allá la hegemonía del crepúsculo, que sin embargo se abre paso edificios
arriba y sube como un río de cielo vertical entre laderas de balcones.
La torre catedralicia incrusta su aguja afilada en las alturas mientras
yo la miro como todos la miran, mientras yo la veo como nadie la ve.<br />
<br />
20VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Grafiti sobre cemento a ras de suelo: "Los animales sienten". <br />
<b>Texto</b>: Si reaccionan al frío y al calor, al hambre y a la sed, a las caricias y
a los golpes, al dolor físico y al otro, es obvio que sienten. Pero la
cuestión de fondo, antigua, es determinar al fin si los animales también
tienen alma. En un insólito episodio de la historia de la filosofía, el
loco Nietzsche, inspirado por un personaje de Dostoievski, abrazó un
caballo para, probablemente, oponerse al juicioso y racional Descartes. A
lo mejor, pensándolo bien, el alma no se tiene: el alma se gana.<br />
<br />
21VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Fachada urbana con pintadas superpuestas, con efecto de espejo retrovisor.<br />
<b>Texto</b>: Desde Altamira y quizá desde antes, el hombre y quizá la mujer han
sentido la necesidad de representar sus sueños y sus miedos, su orden y
su caos, su percepción del mundo, en suma, para invocar a cualquier dios
o simplemente para sorprender a sus semejantes. <br />
Esta pared
fotografiada ayer en una calle céntrica de Murcia no es -siéndolo- más
asocial y deplorable y vomitiva que los cientocuarentaytantos caracteres
que algunos líderes cuelgan en su "muro" para excitar la intolerancia y
el odio de la masa, más manipulable cuanto más inculta.<br />
<br />
22VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Pasarela metálica sobre las obras de soterramiento vial.<br />
<b>Texto</b>: Era el último abril. Me hallaba en las inmediaciones de un aeropuerto
esperando a mi hija cuando el teléfono registró un correo: "Ha fallecido
nuestro antiguo compañero (...) El entierro es esta tarde, a las siete,
en el tanatorio (...)". Él y yo sintonizábamos, creo; solíamos hablar
de lecturas y autores; fue él quien me descubrió los diarios de Ribeyro,
por ejemplo. Supe de su destructiva enfermedad, al poco de jubilarse,
pero no habíamos vuelto a encontrarnos. <br />
Abracé a mi hija pensando
que esas serán las mismas o parecidas palabras que alguien usará para
informar a otros cuando el muerto sea yo.<br />
<br />
23VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Vieja construcción en un espacio que fue de huerta.<br />
<b>Texto</b>: Esas casas que envejecieron en la carne viva del ladrillo, destinadas
(por dejadez ajena o por su propio infortunio) a una indigencia
perpetua, anacrónica, sin que su hacedor o sus sucesivos moradores se
decidieran a vestirlas con una pudorosa veta de yeso o de cemento, con
una humilde capa de pintura barata. <br />
Así, como esas casas, tantos hombres y mujeres que pasan por el mundo...<br />
<br />
24VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Concierto de jazz en un recodo de la calle Mayor de Moratalla.<br />
<b>Texto</b>: La belleza -hablo del arte, de la singularidad que alegra el mundo, de
la música entendida como extensión del alma- cobra su naturaleza en el
rincón más insospechado, donde menos se la espera. Ellos llegaron con
sus bártulos, probaron y probaron el sonido, interpretaron sus temas
ante un público desacostumbrado y se fueron sin más. Pero ese espacio
hasta entonces insensible quedó bañado en luz, henchido de la eternidad
que todo instante implora. Hace, hoy, un año.<br />
<br />
25VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Evocación de terraza y mar, con cigarrillo en primer plano.<br />
<b>Texto</b>: No creo, como sostiene cierta filosofía, que nuestros sentidos nos
engañen en la percepción del mundo: al revés, prefiero pensar que el
mundo es una multiplicidad de realidades subjetivas que, en su conjunto,
acaso configuran eso que entendemos como la verdad objetiva. Me seduce
la idea de que el paisaje es una prolongación íntima del ser, un cristal
más o menos diáfano que recoge y devuelve el "ánima" de quien lo
observa.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-47093435680498151122019-09-13T17:21:00.000+02:002019-09-13T17:21:01.686+02:0012VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Cojín con letrero: "LO IMPOSIBLE sólo tarda UN POCO MAS".<br />
<b>Texto</b>: Va uno distraido, apreciando o rechazando cada reclamo del fantástico bazar de muebles y otros objetos aledaños (a menudo inútiles o meramente decorativos), y de pronto se topa con esa frase que alguien tuvo que pensar para que otro la aprobase y otro la imprimiese, multiplicándola en serie sobre el tejido del producto. Ninguno de ellos imagina que esa frase así escrita provocará meses después, en el salón de una casa de un país lejano, una riña mortal entre dos cuñados. La causa, el viejo debate de las mayúsculas y las tildes.<br />
<br />
13VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Tres palmeras, un ciprés y un edificio de varias plantas.<br />
<b>Texto</b>: "Alto soy de mirar a las palmeras", cantó la musa hernandiana, el genio solidario del hombre de las tres heridas. Inevitablemente -ya se alcen de un triste jardín de asfalto o surjan en la linde de un camino de huerta-, no habrá vez que al descubrir estos árboles del sur no acudan a mi memoria las once sílabas de ese verso proverbial, invicto, majestuoso y humilde al mismo tiempo.<br />
<br />
14VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Página de un ejemplar con el dibujo sugerido de un revólver.<br />
<b>Texto</b>: Es el poema con el que se cerraba <i>Libro ciudad</i> (XXIII Premio Vicente Gaos), editado por Renacimiento en 2006. Desde entonces, nadie -ningún lector, ningún miembro del jurado, ningún entrevistador ni reseñador ni crítico- se ha detenido sobre el efecto visual que quise imprimirle y que casi se anticipó a las palabras y a la factura premeditada de los versos. ¿Era tan difícil? Con qué poco se hubiera satisfecho mi vanidad y desencadenado mi empatía. Pero nadie, nadie.<br />
<br />
15VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Vista de la calle Trapería, casi desierta, desde una de las puertas de la catedral.<br />
<b>Texto</b>: El ecuador del mes se materializa en la huida casi unánime de la ciudad hacia la costa o a los pueblos de montaña. Los que aquí quedamos figuramos torpes sobrevivientes tras una profecía bíblica. En España lo santifica una de tantas vírgenes; allá en Italia usan "ferragosto" (vacaciones de Augusto), término laico que extiende su significado a los días centrales del mes. Desde mañana empieza el lento, prolongado regreso.<br />
<br />
16VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Visión lunar sobre los edificios de enfrente, con baranda.<br />
<b>Texto</b>: Luna de ayer, en mi balcón. Es la misma Luna de hoy, también la misma de mañana. Es la misma Luna que vio el primer homo sapiens, la misma que iluminó las noches de los dinosaurios, la misma que hechizará con su embrujo al bisnieto de un niño cuyo bisabuelo de su bisabuelo soy yo. Se contemple desde una terraza en Tokyo o desde un fiordo en Escandinavia, desde una duna saharaui o desde el balcón de mi casa, todas las lunas fueron y serán las misma Luna. Al menos mientras haya quien la nombre.<br />
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17VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Manos de mi madre haciendo pan por última vez.<br />
<b>Texto</b>: Disolver la levadura y preparar la creciente, cubrirla de calor para que suba, aguardar un tiempo, hacer nueve o diez pelotas que serán nueve o diez panes, espolvorear el hule y heñir cada una clavando los nudillos, darles forma y voltearlas sobre la artesa, marcarlas con un signo en el centro... Caldear el horno con la leña apropiada, barrerlo con un trapo húmedo, tirar un puñado de harina para ver si está a punto, introducir las piezas con la pala... Hoy hace un año que estas manos obraron el milagro; no imaginaban que sería su último amasijo.<br />
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18VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Homenaje a Federico García Lorca, en el aniversario de su muerte.<br />
<b>Texto</b>: Ya no se trata -no solo- de un ser humano al que se le arrebata la vida en nombre de un dios sectario y vengativo y de una patria patrimonializada. Ahora, a 83 años del asesinato, el símbolo se eleva sencillamente sobre la barbarie intolerable y gime aún desde un barranco o desde una cuneta, y clama contra el olvido desde los innumerables barrancos y cunetas de la geografía del odio. Me pregunto cuántos versos y escenarios, y qué metáforas de la dignidad, la libertad y la justicia fueron aniquilados con él en aquella hora siniestra.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-988550635345190342019-08-30T19:47:00.000+02:002019-08-30T19:47:00.849+02:0005VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Poema sobre mi madre.<br />
<b>Texto</b>: Aunque en borrador lo titulé "Lejanía", luego he dudado entre "Nada y todo", "Hacia el abismo" o "Mi madre". Sé que es muy triste, casi me ahogo en el charco de sus versos, pero me apetece compartirlo: la tristeza, si uno acierta a expresarla, a universalizarla, puede ser bella y reconstituyente. O quizás no; quizás ni lo uno ni lo otro.<br />
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06VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi hijo mayor saltando de cabeza al pozo de Somogil.<br />
<b>Texto</b>: Yo nunca aprendí a volar, no de tal modo, y ahora lo miro como todos lo miran: con admiración, con cierta envidia, siguiendo la perfecta inercia del cuerpo que se eterniza ahí, entre el impulso y el impacto, protagonista absoluto de la escena. Si hay una edad para la audacia -también para la incertidumbre, también para la desmesura emocional-, esa es la adolescencia.<br />
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07VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Libros de viaje apretados en el estante.<br />
<b>Texto</b>: Nuestro mundo entiende el viaje como destino de placer y de consumo, como simple desplazamiento o "tour", y a la postre lo sublima como ineludible sello de clase. Si uno admite que no gusta de viajar -esto es: proveer reservas, acarrear bultos, cumplir trámites, transitar con iguales, trasladar las propias costumbres y manías, patear ruinas y museos, filmar reliquias y eventos, volver...-, a su alrededor se hace un silencio embarazoso que pone en riesgo su reputación, su actualidad.<br />
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08VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Escultura de arena realizada en la playa de La Llana.<br />
<b>Texto</b>: Nadie sabe si duerme, si toma un baño de sol y arena o si es cadáver de náufrago ilegal arrastrado por las olas hasta una playa del sur de Europa, del sur de España, este mediodía, ante la indiferencia o la vergüenza de la comunidad internacional. Dentro de un rato se diluirá en la eternidad de la que vino, como si nada.<br />
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09VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Mis abuelos maternos, María Cruz y Jesús.<br />
<b>Texto</b>: Ahí están, reunidos falazmente en un solo retrato, acotados sus rostros en un marco sin duda pretencioso. Ella con todas sus manías, maldades y rencores; él con su vanidad fanfarrona, sus aires de grandeza y su error último, definitivo. Existieron seis décadas bajo el mismo techo, pero nunca convivieron. De aquella larga e inútil desavenencia hoy nada queda; apenas, sí, el apunte intempestivo del mayor de sus nietos.<br />
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10VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Torre de la catedral de Murcia con muchísimo cielo.<br />
<b>Texto</b>: El Mediterráneo, siglo XXI después de Cristo, un barco en misión humanitaria, 121 refugiados sin refugio pero todavía vivos, algún vocero desarmado que ejerce de ministro, algún <i>voxero</i> que esgrime su intransigencia y su vileza.<br />
Ahora, pues, que cada cual entienda lo que entienda, y que asuma su sitio en esta historia mirando a los ojos a sus hijos, a sus nietos.<br />
Desde la periferia, el cielo es mucho más amplio y más cierto.<br />
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11VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Cromos con la plantilla completa del F. C. Barcelona (1974-75 y 1975-76).<br />
<b>Texto</b>: Qué lejos de aquel tiempo, de aquel mundo en que todo era comienzo y promesa -ni siquiera futuro-, de aquella demorada inocencia que se alimentaba de cromos de colores y nombres vitalicios.<br />
Y, sin embargo, qué vívidas aún las sensaciones cuando el recuerdo las revuelve y las toca, las huele y las recrea, a partir de un objeto que se creía olvidado o de su imagen ya borrosa.<br />
Algunas veces somos donde fuimos.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-1751762957443076072019-08-21T22:57:00.001+02:002019-08-21T22:57:52.071+02:0029VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Instantánea (robada al televisor) con dos políticos sentados en acto oficial.<br />
<b>Texto</b>: ¿En qué consiste el poder? ¿Por qué se materializa de ese modo y se anuda corbatas elegidas tal vez por sesudos asesores de imagen? ¿Qué piensa o qué maquina o de quién se ríe mientras la actualidad sucede tan cerca de su ambición, tan tocada por su empeño insaciable? ¿Por qué se aburre tanto de sí mismo y de la farsa que continuamente representa? Y sobre todo, ¿por qué pone las manos así?<br />
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30VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Jóvenes divirtiéndose con un animal astado, con público en balcones.<br />
<b>Texto</b>: Pasarán décadas, acaso algún siglo más, no muchos. La mujer y el hombre se beneficiarán de los avances tecnológicos, añorarán otras formas de vida más originaria y primitiva, buscarán y hallarán otro lugar al que trasladar su inteligencia y su prepotencia, su creatividad artística y su vergüenza como especie, sus miedos ancestrales, sus deseos más limpios y sus dioses únicos y verdaderos. Pero hay una porción de la realidad que el ser humano, por más que se prolongue, nunca va a entender de sí mismo.<br />
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31VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Ristra artesanal con 43 cabezas de ajos, flanqueada por otras dos de panochas.<br />
<b>Texto</b>: La mía es una generación bisagra, un salto infinito entre el tiempo de mis padres y el de mis hijos. Nací sin ducha en el aseo, sin televisor ni lavadora, sin un solo libro. Puse pellas de comida a las gallinas del corral, partí olivas con mazo sobre una banqueta, me senté en amplio círculo a pelar almendras y a echar tomates en conserva, vi amasar el pan y preparar el horno de leña, conviví con ristras de pimientos y cabezas de ajo y panochas de panizo. Esta imagen -tomada ayer, en la casa del pueblo, obra efímera de mi padre octogenario- refleja por sí sola un mundo antiguo, prehistórico, imposible.<br />
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01VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Reflejado en el amplio espejo de una peluquería del barrio.<br />
<b>Texto</b>: Esperando -ahora, aquí- bajo la mirada icónica de Elvis en el ángulo superior izquierdo. Esperar a otros llena una parte incalculable de nuestro tiempo, lo que a menudo se traduce en fastidio y nos impulsa a gesticular la desesperación que nos domina. Lo que no sabemos es cuánto hacemos esperar a los otros; lo que ni siquiera sospechamos es si alguien nos está esperando ya en alguna remota posibilidad del más incierto de los futuros.<br />
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02VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Porche de la residencia de verano de la familia Rabal, hoy cerrada.<br />
<b>Texto</b>: Si Miguel Delibes no hubiera reaccionado ante la injusticia más elemental para evidenciarla en una novela; si Mario Camus no hubiera sentido la llamada imperiosa de las palabras para convertirlas en imágenes; si Paco Rabal no hubiera interpretado como nadie al más inocente de los santos; si el Azarías no hubiera alimentado y visto morir a su milana bonita en un instante que singulariza y simboliza todo el horror de una época... Entonces yo no me hubiera detenido ante una casa baja de Calabardina para sorprender la fotografía que buscaba. <br />
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03VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Pino asomado al dominio del valle de Murcia y otros pueblos colindantes.<br />
<b>Texto</b>: "Lo que más hay en la tierra es paisaje": con este endecasílabo (así traducido del portugués) echa a rodar la novela que inaugura el singularísimo estilo narrativo de José Saramago, el mismo que a mí me deparó tantas páginas de felicidad como lector. En efecto, miremos adonde miremos, el mundo está impregnado por todas partes de esas líneas y colores y de esa armonía inexplicable -de esa belleza, en suma- con la que solo el arte compite a veces. A este árbol no le faltan vistas.<br />
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04VIII2019<br />
<b>Imagen</b>: Atardecer de primavera en Cehegín.<br />
<b>Texto</b>: Parecía como si todo en la terraza hubiera sido preparado siglos atrás: la mesa y los cubiertos, la postal decadente con tejados de antaño y una torre de iglesia, la lenta sinfonía del crepúsculo. Hasta la Luna había descendido para posar su redondez, su magia. Solo faltábamos nosotros, la aventura del dos.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-80043848035177580112019-08-17T12:03:00.000+02:002019-08-17T12:03:37.957+02:0022VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Mi hijo pequeño con su colección de animales de plástico.<br />
<b>Texto</b>: Sabemos que el sentido del orden no se ciñe a una fórmula universal, que todo depende del criterio y la intención, y que lo que para unos es el desarrollo perfecto otros lo interpretan como un simple juego de simetrías o de secuencias geométricas que disimulan el caos. Pero la duda que me ronda esta tarde es si se hereda la percepción individual del orden, si de padres a hijos se transmite un modo concreto de disponer una serie de objetos en un espacio dado.<br />
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23VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Vieja construcción derruida en un paraje de monte con pinos.<br />
<b>Texto</b>: Siempre ha llamado mi atención el abandono y la ruina de esos cortijos y caserones que, en otro tiempo de carencias y miserias de toda índole, debieron ser privilegiados y prósperos. ¿Cómo pasaban los dueños sus días y sus noches, en invierno y en verano, con sol y con lluvia? ¿En qué ocios y quehaceres cíclicos se les fue yendo poco a poco la vida lentísima de entonces? ¿Cómo acabaron sus hijos y los hijos de sus hijos y los que habrán llegado después? La decadencia es un tejado hundido, una pared de piedra derribada, una pintada gamberra.<br />
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24VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Yo en una calle de Granada, abril de 1990.<br />
<b>Texto</b>: Hace casi treinta años, con la carrera casi terminada y una bolsa de sueños literarios, aquel muchacho de pelo largo e indumentarias de vaquero se dejaba hacer una fotografía (portada indefinida para un disco de sones rebeldes y letras protestonas) en una calle de Granada. Hoy es apenas un tic de mi memoria, el instante y mi pose detenidos, congelados en una imagen que nació melancólica y que tal vez nunca sospechó una reflexión así, tantos años después.<br />
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25VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Inspirada en la serie de cacas y mierdas de mi buen amigo J. J. Ballester.<br />
<b>Texto</b>: A fe mía que cuando abrí esta ventana, hace menos de un mes, me hice el propósito de no hablar de políticas ni de políticos. Pero lo del otro día en La Rioja (de sonrojo subido), lo de hoy en Madrid (ahora mismo, en el Congreso de los Diputados) y lo de mañana en Murcia (léase la triple alianza de los balcones y las banderitas, esto es, la caricia indiscreta de la derecha más rancia con la más modernita y guay y con la más de siempre jamás por dios y por España) han doblegado mi voluntad y alterado mis sufridas vísceras. Lo siento...<br />
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26VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Esquina de comercio "low cost" con persiana bajada.<br />
<b>Texto</b>: Cuando la visualicé, yo llevaba las manos en el volante, pero inmediatamente supe que quería esa composición, ese encuadre, ese reparto de colores y textos, ese revoltijo urbano de una realidad cada vez más artificiosa y ajena. Así que urgí a quien iba en el asiento de al lado -mi hijo, el mayor- y en tres segundos manipuló su teléfono, y en otros tres la reenvió al mío. Ahora, convertida en objeto enmarcado y ávido de público, cada cual verá una motivación distinta donde antes -antes de ser foto- acaso no hubiera visto nada que mereciera verse.<br />
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27VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Horizonte con asfalto y líneas de velocidad por delante.<br />
<b>Texto</b>: Como todo el mundo sabe, el viaje suele ser un periplo de ida y vuelta. Aunque un mismo destino y una misma carretera se hayan repetido en uno y otro sentido durante casi una vida; aunque se ejecute la conducción ya mecánicamente, sin pensar, sin paisaje, dejándote llevar por la inercia motora del vehículo, hay algo que todavía preside y distingue lo más recóndito de mis percepciones: la sensación de expectativa al ir, la sensación de alivio al volver.<br />
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28VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Grupo de siete amigos con reses bravas pastando por detrás.<br />
<b>Texto</b>: Todo se nos evidencia de repente muy azaroso y sin sentido, muy accidental, muy trágico. De izquierda a derecha, de pie: Pepe, Quines y Diego; agachados: Elías, Fede, yo y Andrés. Fotografía tomada en la finca La Canaleja, un 10 de julio por la tarde, quizá en 1990 o 1991. Hace casi veinticinco y no sé si otros quince años o más, respectivamente, que dos participantes de ese instante faltan ya en el partido de la vida.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-50617004615649032742019-08-05T18:46:00.001+02:002019-08-05T18:46:30.386+02:0015VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Exclusiva del hombre de la reja en Moratalla.<br />
<b>Texto</b>: Nunca he compartido eso de que una imagen vale más que mil palabras; en todo caso, dependerá de la imagen y, cómo no, de las palabras. Por mi parte sé decir que en alguna ocasión sí he sentido que una sola palabra valía tanto o más que mil imágenes. Ahora, el <a href="http://vegamediapress.com/not/15160/exclusiva-del-hombre-de-la-reja-en-moratalla/">microrrelato</a> al que me referí ayer, que viene a completarse con la foto.<br />
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16VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Pozo de Somogil desde el sendero de llegada.<br />
<b>Texto</b>: Hay marcos, encuadres y miradas por los que el tiempo no pasa. Ese de ahí permanece fijo en la retina de mi infancia; mejor dicho, en el recuerdo sublimado de aquella infancia que hoy rastrea el hombre que he venido a ser. Nada vuelve, todo se desliza en su universal fugacidad; pero a veces, durante una fracción de segundo, puedo sentir la emoción de un instante que no se ha movido de su sitio.<br />
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17VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Orla de alumnos y profesores de Filología Hispánica, promoción de 1985-1990.<br />
<b>Texto</b>: El rompecabezas del azar -la casualidad o la causalidad o lo que algunos llaman pomposamente "el destino"- cruzó nuestras juventudes durante un lustro completo. De algunos nunca supe más allá de su rostro; de otros me llegó alguna noticia irrelevante; con muy pocos mantuve contacto amistoso, hasta que casi se extinguió en cualquier recodo del camino. A veces me pregunto qué otras vidas no vividas acechaban al alumno de la cuarta fila, segundo por la izquierda.<br />
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18VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Baldosas con lluvia en el patio de abajo de la casa.<br />
<b>Texto</b>: No me canso de mirarlas, como si en el desorden aparente que tan bien conoce mis pisadas se escondiera algún mensaje oculto, alguna clave con que descifrar el ser que soy y el ser que seré y, sobre todo, el insondable no-ser, ese que antecede a la fecha exacta de mi nacimiento y que retomará su eternidad y su nada a partir de esa otra fecha no menos exacta, definitiva pero incierta.<br />
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19VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Foto de rigor vestido de parvulito, con un bolígrafo prestado.<br />
<b>Texto</b>: No hay día que no sienta que necesito escribir, o lo que es lo mismo: el tiempo y la soledad de la escritura. Sé que hay quienes me juzgan egoísta y quienes me tachan de extravagante; y sé que el grueso de los que ni me tachan ni me juzgan no lo entenderían aunque vivieran mil años. Los días que no escribo me derrumbo en un abismo íntimo, imperdonable.<br />
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20VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Luna llena en la palma de mi mano.<br />
<b>Texto</b>: Cuando hace cincuenta años dos americanos pisaron la Luna, yo tenía solo dos, así que no me enteré de aquella gesta. Más tarde leí la novela de Julio Verne y, esporádicamente, varias veces (la vida da mucho de sí) he tocado la Luna con mis dedos. Para conmemorar la efeméride dejo aquí unos versos (cosecha propia, claro) de la serie "Haykus lunares":<br />
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¿Sabe la Luna<br />
que la luz que la llena<br />
da en mi ventana?<br />
<br />
El primer hombre<br />
miró la misma Luna<br />
que yo contemplo.<br />
<br />
Luna gozada,<br />
¿en qué tregua del tiempo<br />
guardas mi instante?<br />
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21VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Perfil de mi madre, su rostro, en la terraza de la casa.<br />
<b>Texto</b>: No es solo quedarse poco a poco sin recuerdos, existir en la zozobra de un tiempo caótico, sin horarios ni fechas, la extrañeza dolorosa de rostros familiares, el olvido de sí... Lo peor del Alzhéimer es que nos arrebata la mirada, la verdad limpia del otro, la emoción sin palabras.<br />
<br />Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-58767908702813159322019-08-04T17:14:00.000+02:002019-08-04T17:14:01.270+02:00<div dir="ltr">
08VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Alguna nube en el cielo azul.<br />
<b>Texto</b>: Si para algo sirve la fotografía es para detener el instante efímero, que a veces parece arte aunque no lo sea. Siempre he preferido los museos al aire libre.</div>
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09VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Siete caracoles hacia línea de meta.<br />
<b>Texto</b>: La fragilidad, la lentitud, el tiempo: todo es tan relativo y tan insignificante si acotamos cualquier imagen y la interpretamos desde parámetros cósmicos...</div>
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10VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Iglesia de Moratalla desde el cerro de San Jorge.<br />
<b>Texto</b>: Tener un pueblo al que volver (como aquel Ulises, como don Quijote). Tener una referencia que no se mueve, un punto fijo donde alguien o algo aún te esperan.</div>
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11VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Gente en balcones con efecto distorsionado.<br />
<b>Texto</b>: ¿Cuántos pedazos de nosotros habrá en los otros? La vida es un puzle a menudo grotesco donde las piezas solo encajan -o nos parece que encajan- cuando ya es demasiado tarde -o nos parece que ya es demasiado tarde.</div>
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<br /></div>
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12VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Interior de hotel y mujer que se aleja.<br />
<b>Texto</b>: Un pasillo interminable y muchas puertas a uno y otro lado, y acaso solo una que se abrirá para ti. No sabes si vas o vuelves mientras miras en tu móvil una imagen de ti misma -ahora, de espaldas- avanzando por este mismo pasillo interminable. El instante teme que te gires y malogres el hechizo, que sorprendas el dedo inmediato que flexiona, que destruyas la foto que observas y te observa, que todo se evapore.</div>
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13VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Portada de <i>Primeras impresiones,</i> libro inédito.<br />
<b>Texto</b>: Escribí mis textos iniciáticos, que alternaban prosas y versos, entre los quince y dieciséia años. Los mecanografié con la olivetti, en cuartillas dobladas; confeccioné luego unas tapas de cartulina y lo encuaderné todo con pegamento Imedio. Todavía puedo hojearlo y ojearlo, milagrosamente indemne, con una punzada anacrónica de vanidad. Es el único ejemplar de aquella artesana vocación literaria.</div>
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14VII2019<br />
<b>Imagen</b>: Vaca mirando reja con tres personas.<br />
<b>Texto</b>: A menudo la imagen busca las palabras, pero otras veces son ellas las que permanecen como huérfanas, a la espera de un trazo o de una ilustración que, mal que bien, las apadrine y justifique. Hace dos años escribí y divulgué un microrrelato al que hoy (esta mañana, móvil en mano) le he hallado maridaje.</div>
Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-64885028721958872062019-08-04T17:06:00.001+02:002019-08-04T17:10:54.423+02:00Hace un mes que no paso por aquí. Aunque de natural reacio, abrí cuenta en una "red" de esas que llaman "social" y empecé a inyectarle cada jornada una imagen fotográfica (siempre mía) y un texto de acompañamiento (también mío, siempre). El soporte permite la ejecución inmediata de la idea, la diligencia técnica y la respuesta pronta del público que pulula por estos espacios de la virtualidad. El juego de imágenes y textos da mucho de sí, a veces no se sabe quién provoca a quién ni adónde conduce, y a mí me sacude la pereza y me garantiza algunos renglones vivificadores de reflexión cotidiana, un oasis de palabras que necesito como el agua que bebo y como el aire que respiro. No obstante, como desconfío de la intemperie de esos territorios fugaces y además debo fidelidad al blog <i>Retales de mi alforja</i>, me prometo trasladar aquí cada semana, de siete en siete, a toro pasado, aquellos textos imperiosos y sucesivos, aunque ya destetados de su originaria imagen (que sustituiré por un título sugerente). A ver qué tal.Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3860395004807665512.post-6549197431732494832019-07-03T12:49:00.001+02:002019-07-03T14:09:34.121+02:00<p dir="ltr">Hago cuentas de mis correrías crepusculares durante el primer semestre del año. Lo desgloso aquí con ánimo de presunción, para recrearme en la constancia y en sus frutos, y confío en que los tres lectores -tres- que todavía intuyo en este sitio excusen la debilidad de los datos. Añado que prefiero correr solo, por un circuito fijo que no me distrae ni me obliga a corregir azares, sin ninguna ortopedia ni ingenio auricular, sintiendo en plenitud el ritmo de mi cuerpo y el ciclo de mi respiración, pensando.<br>
Entre el 7 de enero y el 25 de junio salí a correr treinta y dos veces: siete en enero y siete en febrero, seis en marzo, tres en abril, cinco en mayo y cuatro en junio. Los días 12 de abril y 6 de junio alcancé mi tope: dos horas completas sin detenerme. En total he cubierto 2557 minutos, esto es, 42.6 horas, a una media de ochenta minutos por sesión. De la distancia recorrida no sabría decir, salvo que calculo, grosso modo, que cada vuelta de diez minutos equivale a unos 1700 metros, lo que supone unos 10.2 kilómetros por hora. Entonces son... ¿434.5 kilómetros en seis meses? No sé si es mucho o poco, pero no esperaba más de mis fuerzas ni de mi maltrecha perseverancia.</p>
Pedro López Martínezhttp://www.blogger.com/profile/04897977681354984736noreply@blogger.com0