miércoles, 17 de octubre de 2012
TEORÍA DEL FÁTUM RELATIVO
El niño percibe la desgracia desde una posición de presente,
sin sobredimensionarla más allá de su instante o de los instantes sucesivos que
la siguen, sin internarse aún en el laberinto del mañana. El adulto, en cambio,
eleva rápidamente los reveses de la vida al rango de fatalidad, asentándose en
un punto del tiempo que se expande en todas direcciones como un explosivo, sea
para tratar de corregir el pasado a través de sus augurios, sea para someterse
a un futuro que ya es sinónimo de destino aciago, de condena ineludible.
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