martes, 26 de mayo de 2009

INTERMITENCIAS CON SU ETCÉTERA

La humildad es la dosis de soberbia que necesita el sabio para no sentirse mediocre.
La modestia es la sobredosis de humildad que necesita el mediocre para soñarse sabio.
La ignorancia no concibe los estadios de humildad ni comprende las sutilezas de la modestia, mas a menudo deviene mezquina.
La mezquindad se arroga la humildad del sabio y la modestia del mediocre, pero jamás reconocerá parentela alguna con la ignorancia.
Entre tanto, sale y se esconde el mismo sol -el de los unos y el de los otros-, el mismo sol sale y se esconde, sale y se esconde, sale y se esconde, sale y se esconde, sale y se esconde, sale y se esconde...


7 comentarios:

Vargas dijo...

Como la ignorancia es muy atrevida, mezquinamente me reconozco humilde. Modestia aparte.
Por cierto, no sé si será la primavera, pero tanto el título como el final de tu entrada me han traído a la memoria un cuentecillo. Puesto que soy como arriba he dejado dicho, ahí va:

INTERMITENCIAS DEL AMOR

-Dime una verdad. Dime una mentira. Dime una verdad. Dime una mentira...- le pedía muchas noches su amante a don Pinocho.

Sebastián Mondéjar dijo...

Habría que definir, al menos, dos o tres intermitencias más: la soberbia, la mediocridad, la sabiduría... En eso -y en "cultivar la vida"- Oriente le lleva años luz a Occidente. Las cosas no son tan categóricas. El sol sale y se esconde para todos, pero nunca es el mismo sol, ni es el mismo sol para todos, ni nosotros somos los mismos...

En fin, ¡quien no se consuela es porque no quiere!

Y ahora, siguiendo la estela de Vargas, ahí va mi pequeña aportación personal (una frase corta que escribí hace mil años y que acabo de recordar):

"Que yo soy tonto sólo lo sé yo".

!aunítnoc dulaS¡

Pedro López Martínez dijo...

Pese a la intermitencia obvia de mis apariciones en esta ventana, sabed que sigo por aquí y que os agradezco vuestra fidelidad, a ambos dos -Antonio, Sebastián- ytambien a quienes, me consta, abren de vez en cuando los retales para comprobar que la alforja va menguada. Llegarán tiempos mejores.

Anónimo dijo...

"Genus irritabile vatum"

Y no recordará, ¡oh maestro entre los maestros!, a aquella "niña" de 14 años que le admiraba y le admira (ahora ya con 21) por haberle descubierto la "irritable raza"...
Yo le recuerdo y le leo, que sus libros han estado en mis estanterias de todos los pisos compartidos por los que he pasado.
Intentado que familiares y amigos y novios y etc los leyeran (y comprendieran), algunas veces sin mucho éxito.
No me importa que no recuerde mi nombre, o el color de mi pelo, o si era baja o gorda, sólo quiero que sepa que después de tanto tiempo, una alumna sigue fascinada con aquellas clases de literatura (aunque siempre pensé que con usted lo de "lengua y literatura" era una excusa y que nos enseñaba otras cosas ocultas bajo ese nombre).

Siempre suya,
Marta.

Pedro López Martínez dijo...

Caramba, Marta... He tenido algunas Martas al otro lado del pupitre y... ¿Marta Bernal, de La Alberca? Perdona si te confundo, pero de las tres o cuatro que barajo y haciendo esos años que dices que hace, creo que sí, que eres ella, o que ella eres tú. Me alegro de que hayas dado con este rincón de retaleros (hoy bastane poco abonado, son las circunstancias de la inspiración) y te animo a seguir aportando tus impresiones, que, según creo recordar, eran ya en aquellos años poco dadas al discurso convencional o decididamente disidentes. Dime sólo si eres tú, para salir de dudas.

Pedro López Martínez dijo...

Vaya, perdona mi torpeza. Acabo de caer en la cuenta de qu puedo mirar tu perfil en google, y asi lo he hecho. Ahora casi estoy seguro de que eres quien creí: no por la foto, sino por la subyugante rebeldía de lo que has ido dejando últimamente en tu blog. Lo seguiré con interés, no lo dudes.
Salud!
Y salud y saludos también para los demás (los amigos de siempre), a quienes no he enido tiempo ni ganas de agradecer por enésima (ya va sonando pasteloso) vuestra compasiva perseverancia. Intentaré regresar con más frecuencia a este punto de encuentro.

Anónimo dijo...

Sí, soy Marta Bernal de La Alberca... Es raro ver que esa es mi etiqueta ("Marta Bernal de La Alberca"), pero me alegra que me recuerde, y que me recuerde de esa manera.
En fin Pedro, espero que las musas lleguen pronto (y que nos lleguen a todos)
Un abrazo,
M.