lunes, 23 de marzo de 2009

IL VIAGGIO A ROMA

"Vorrei essere nato al contrario
per poter capire questo mondo storto"
J. MORRISON

(hallado en el escaparate de una tienda, a mano)

* * *

Bajo el cielo de Roma
todo murmullo es tiempo,
trasiego peregrino
de las voces antiguas.

Una ritual presencia
de palomas discretas
fija el tiempo en la tarde
bajo el cielo de Roma.

(en una terraza con vistas a Piazza d'Espagna)

* * *

Esta ciudad, más que andarse, se desanda.

La tentación del abismo, de perderse en el ojo del huracán o en lo ignoto que me habita.

Viajar a Roma con La inmortalidad de Kundera también tiene su guasa. (A propósito: "Uno puede quitarse la vida, pero no puede quitarse la inmortalidad").

En todas las estatuas -también en las de tiranos- se posó alguna vez una paloma blanca.

Hace falta mucha fe -toda la que yo no tengo- para gritar a estos mercaderes que se salgan del templo, entre otras cosas porque el templo es suyo.

Bostezo, dolor de pies: incapacidad para sentir en plenitud el valor de lo observado: alergia a los museos.

¿Por qué, a propósito de Roma, escribe Pavese que "esta ciudad no tiene recuerdos"?

(Via di Ripetta 66, 1º)

* * *

Roma ruinosa de robustos restos,
pedregales suntuosos y columnas
huérfanas hoy de sus pasadas glorias:
aquí las procesiones de turistas
miran por la ventana de su péntax
para captar apenas su derrota,
el destino severo, insobornable,
que aguarda sigiloso como el tiempo.
Esta Roma que piso fue mi duda.

(iniciado en el Foro, concluido en el Coliseo)

4 comentarios:

carmen dijo...

1. No se debe olvidae que, al fin y al cabo, blancas o negras, las palomas son ratas voladores.
2.Hace falta mucha fe para desprenderse del asco y comprender que el templo NO pertenece a los mercaderes. NO, NUNCA.
3. ¿Incapacidad para sentir en plenitud? Por eso te dije que Roma es mía:

"¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención!"

Carmen Ortega Castejón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carmen Ortega Castejón dijo...

El viaje, como recorrido por el que nos lleva la vida, ya sea anodina, temeraria, o cualquiera otra de las muchas posibles, se produce de dentro para fuera y nunca a la inversa, o por lo menos así lo entiendo yo. El viaje va con nosotros, y nos permite arribar a lugares que nos acerca o nos aleja de nosotros mismos y que nos permite reconocernos como viajeros. En el viaje se produce el encuentro, el reconocimiento, la reconciliación con esa parte de nosotros que a menudo dejamos arrumbada en cualquier esquina de nuestra alma. Es por eso que a mí, como a vosotros, Mamen y Pedro, Roma también me pertenece. Desde hace veinticinco años Roma camina en mí, forma parte de mi viaje, de los que soy, de mis renuncias y mis compromisos, de esa decisión que me hizo convertirme en adulta cuando tan solo quería ser una adolescente despreocupada.

Sebastián Mondéjar dijo...

¿Has estado en Roma a título personal o de viaje de estudios con el instituto? Yo sólo conozco su aeropuerto, en donde hice escala hacia Atenas hace ya muchos años, pero tengo muchos amigos que han estado allí y la han hecho suya... Yo creo que Roma nos pertenece un poco a todos...

Me gusta mucho la primera cuarteta del primer poema, y esa idea del tiempo detenido en la presencia ritual de las palomas. También la primera frase del segundo texto y la sensación de pérdida, de ignorancia o, más aún, de desconocimiento (e incluso de saturación y desdoblamiento) que se desprende de tus reflexiones.

Tal vez Pavese quiso decir que no es posible recordar lo que "se vive"..., que todo lo que Roma fue aún sigue vivo... Tú mismo vienes a corroborarlo en esas dos primeras cuartetas.

El último verso del último poema (en esa secuencia de nueve endecasílabos están condensadas todas las Romas que has vivido en este "viaggio") también me gusta especialmente...

Más que a Roma, se diría que has viajado un poco más hacia ti mismo.

¡Ave!