miércoles, 25 de marzo de 2009

LLEGA, CARAY

Llega el día en que los instantes huyen de cualquier estrategia, de cualquier tentativa de gestión: dejan de jugar a ser la marioneta de nuestras ilusiones y ya no se suceden en su inconsciencia de fuga mortal.
Llega el día -hoy, aquí- en que nuestro tiempo se postula no como proyecto de recuerdo ni como festín de la memoria futura, sino como perla -inédita- cuyo presente -absoluto- nos reconcilia milagrosamente con la eternidad.
Y eso es mucho, caray.

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