viernes, 15 de noviembre de 2019

04XI2019
Imagen: En el retrovisor, los dos picos de la sierra de los Frailes.
Texto: Me fui del pueblo a los dieciocho, y desde entonces no hago otra cosa que regresar para volverme a ir. Llevo casi dos tercios de mi vida yéndome y volviendo, volviéndome y yendo, arrastrando conmigo emociones cada vez más contradictorias pero rigurosamente lógicas, como en aquel verso cuyo ritmo se instala en mi cerebro cuando tomo la primera curva a la izquierda y necesito echar un último vistazo por el retrovisor: "Me voy, me voy, me voy, pero me quedo"... Hay paisajes que viajan en nosotros.

05XI2019
Imagen: Esqueleto de un modesto rascacielos que no llegó a concluirse. 
Texto: Hice esta fotografía como casi todas las que hago: guiado por el generoso impulso de la intuición, sin plan previo ni discurso que desencadenase mi objetivo, pero con la ligera certeza de que detrás de esa estructura detenida en sus veinte plantas de cemento acechaba un determinado ánimo, una emoción secreta y contenida, un disgusto íntimo. Ahora la contemplo de nuevo y sé que, inconscientemente, cuando la hice, en realidad estaba justificando una palabra que no acababa de encontrar: "sórdido", "sordidez".

06XI2019
Imagen: El libro más antiguo de mi biblioteca, en Cátedra.
Texto: Este ejemplar de "Verso y prosa" en edición de su autor, Blas de Otero, fue, si no me engaño, el primero que entró de mi mano en la casa paterna, el que inauguró mi modesta biblioteca allá por el año 1979. Poco a poco fueron llegando más, al principio con moderación presupuestaria, después con avaricia de bibliófilo, compulsivamente, y desde hace un tiempo con renovada sobriedad y criterio. De aquel libro aún me emociona tocar su cubierta, acariciar sus páginas. De él podría recitar unas cuantas estrofas de memoria.

07XI2019
Imagen: ¡Buenos días, buenos días!
Texto: Recuerdo con bastante pulcritud que estaban jugando sobre la jarapa de su cuarto, verosímilmente a finales de 2001. A Helena la tumbé de espalda, y Federico, que aún no se mantenía en pie, se lo senté encima con la advertencia de que lo tuviera bien sujeto. Busqué el ángulo propicio, les dije que me miraran y apreté el botón de aquella cámara traída desde Tenerife. Ahora esa fotografía impremeditada y esos ojos de entonces que me miran y sonríen son los que me saludan cada mañana, cada despertar, cuando se hace la luz en el lado izquierdo de la cama.

08XI2019
Imagen: Escalera de acceso a un parque de Turín.
Texto: Es un misterio la inspiración -esa eterna aliada de la oportunidad y del talento-, pero lo es más su permanencia sostenida. En alguna página de Kafka y en alguna nota autobiográfica de Pessoa se desvela el trance definitivo de cierta noche irrepetible, el delirio perfecto de unas pocas horas en que, sin transición, se insinuó la idea y se gestó la obra.
Hoy, con fulgor inefable, mientras preparaba desayunos, se me encendió una luz con hechuras de novela: no una trama, no aún, sino una tesis simbólica que solo aguarda la excusa de unos personajes que la ejecuten, de una peripecia digna. Como aquella otra que imaginé hace lustros y que no me decido a escribir, también esta merecería el pulso y la tenacidad, o tal vez la ciega convicción, de algún Saramago.

09XI2019
Imagen: Parra podada de la casa de mis padres, figurando cornamenta.
Texto: Me preguntas si votaré mañana, y qué voy a votar. Te digo que sí, que votaré mañana, y que depositaré mis papeletas con mucha más inquietud que otras veces. Creo que la madurez política se logra cuando uno termina de saber dos cosas que ya intuía: de qué mundo viene, en lo personal y en lo social, y qué mundo y qué clase de país sueña para sus hijos.
Así que votaré, y lo haré según principios que para mí son o deberían ser universales. Votaré contra la intolerancia y la exclusión, contra los privilegios sin escrúpulos, contra la falacia identitaria, contra el totalitarismo represivo y regresivo, contra la sospecha y la amenaza y la persecución, contra la ignorancia bárbara, contra la fuerza bruta. Votaré contra los muros, contra las alambradas, contra el horror y contra el miedo. Votaré contra el olvido.
Votaré, sí, aunque solo sirva para, por unas horas, contrarrestar mi pesimismo.


10XI2019
Imagen: Lámpara esférica en un restaurante de moda.
Texto: La realidad tiene demasiadas caras, demasiados puntos de vista, ángulos, perspectivas, recovecos, lagunas, pliegues, apariencias, engaños, invenciones. No se muestra tan fácil, no se quiere fija en un lugar concreto, y a menudo incluso se camufla en la ficción, su mejor aliada. O quizá existe en todas partes a un tiempo y se alimenta de sus mil matices, de sus contrastes y antagonías, de sus íntimas contradicciones, de la excitante amalgama de promiscuidades que, al cabo, inopinadamente, la consagran como Verdad.

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