domingo, 4 de agosto de 2019

08VII2019
Imagen: Alguna nube en el cielo azul.
Texto: Si para algo sirve la fotografía es para detener el instante efímero, que a veces parece arte aunque no lo sea. Siempre he preferido los museos al aire libre.

09VII2019
Imagen: Siete caracoles hacia línea de meta.
Texto: La fragilidad, la lentitud, el tiempo: todo es tan relativo y tan insignificante si acotamos cualquier imagen y la interpretamos desde parámetros cósmicos...

10VII2019
Imagen: Iglesia de Moratalla desde el cerro de San Jorge.
Texto: Tener un pueblo al que volver (como aquel Ulises, como don Quijote). Tener una referencia que no se mueve, un punto fijo donde alguien o algo aún te esperan.

11VII2019
Imagen: Gente en balcones con efecto distorsionado.
Texto: ¿Cuántos pedazos de nosotros habrá en los otros? La vida es un puzle a menudo grotesco donde las piezas solo encajan -o nos parece que encajan- cuando ya es demasiado tarde -o nos parece que ya es demasiado tarde.

12VII2019
Imagen: Interior de hotel y mujer que se aleja.
Texto: Un pasillo interminable y muchas puertas a uno y otro lado, y acaso solo una que se abrirá para ti. No sabes si vas o vuelves mientras miras en tu móvil una imagen de ti misma -ahora, de espaldas- avanzando por este mismo pasillo interminable. El instante teme que te gires y malogres el hechizo, que sorprendas el dedo inmediato que flexiona, que destruyas la foto que observas y te observa, que todo se evapore.

13VII2019
Imagen: Portada de Primeras impresiones, libro inédito.
Texto: Escribí mis textos iniciáticos, que alternaban prosas y versos, entre los quince y dieciséia años. Los mecanografié con la olivetti, en cuartillas dobladas; confeccioné luego unas tapas de cartulina y lo encuaderné todo con pegamento Imedio. Todavía puedo hojearlo y ojearlo, milagrosamente indemne, con una punzada anacrónica de vanidad. Es el único ejemplar de aquella artesana vocación literaria.

14VII2019
Imagen: Vaca mirando reja con tres personas.
Texto: A menudo la imagen busca las palabras, pero otras veces son ellas las que permanecen como huérfanas, a la espera de un trazo o de una ilustración que, mal que bien, las apadrine y justifique. Hace dos años escribí y divulgué un microrrelato al que hoy (esta mañana, móvil en mano) le he hallado maridaje.

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