domingo, 23 de septiembre de 2018

Procuro escribir todos los días -cuando digo escribir me refiero a crear una secuencia de palabras con voluntad de permanencia, susceptible de ser releída con agrado-, procuro hacer el gesto antiquísimo de abrir un libro con mis manos y recuperar, al azar, el universo de un fragmento apetecido, necesario. Pero no todos los días lo logro; a menudo se imponen inercias ajenas que van trabando los diversos flecos de mi pereza, dibujando su rostro definitivo.

1 comentario:

Juan Ballester dijo...

Pero es que, Pedro, eso también es escribir. El escritor -como el pintor- está siempre creando.