lunes, 27 de julio de 2015

Hay un sosiego que es anterior a todo, que late en todo y que sobrevivirá a todo. Es un presentimiento que todavía no tiene nombre ni, por consiguiente, realidad, pero que se impone como una certeza absoluta mientras contemplo el cielo con sus astros en la noche eterna de mi verano cuarenta y ocho.

No hay comentarios: