martes, 18 de diciembre de 2012

YO Y EL UNIVERSO

En el margen superior derecho de la página de Sociedad, apartado Astronomía (en un recorte que le arrebaté al diario, no sé a cuál, y que llevo en el bolsillo de la chaqueta un par de semanas o un par de meses), releo en su modestísima tipografía este titular de repercusiones imprevisibles: “Ha sido descubierta una ‘supertierra’ que podría ser habitable”. De ser cierto el anuncio, se me antoja que podría venir en portada y ser la gran noticia del día, qué digo del día, es acaso la noticia de mayor trascendencia cósmica que el Hombre haya podido conocer en el último mes y en el último año, o incluso en lo que llevamos de milenio. Me deslizo hasta el desarrollo del cuerpo informativo (apenas dos nutridos periodos oracionales en su cuadradito de arriba, a la derecha) y mi pasmo y mi incredulidad aumentan por momentos: “Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un exoplaneta a solo 42 años luz de la Tierra, según un estudio que será publicado en Astronomy & Astrophysics. El astro está situado en una zona habitable, ni demasiado fría ni demasiado caliente, en la que sería posible el agua y una atmósfera estable”. ¡Un exoplaneta habitable a 42 años luz! No sé qué será un exoplaneta ni soy capaz de administrar en mi cerebro el abismo espacio-temporal que significan 42 años luz, pero me maravilla que un grupo humano haya acertado a mirar tan lejos. Supongo que me llamaría la atención y que por eso recorté con la mano la esquina de la página, a escondidas del dueño del bar, y que luego me indignaría con otros titulares más terrenales mientras apuraba mi tasa de café, sin reparar en la insalvable desproporción entre el Universo y yo, o viceversa.  

2 comentarios:

Juan Ballester dijo...

A mi también me impresionan esas noticias del espacio, de los planetas... Me encanta mirar las roquitas de Marte y pensar en su realidad... En fin, salud, como sueles decir.

JUan

Pedro López Martínez dijo...

Acabo de releerme y me encuentro con "mi tasa de café". Podría ser una errata benéfica, "tasa" por "taza"; pero no, quise escribir "tasa" y salió "tasa", si bien es cierto que mi tasa diaria de café equivale aproximadamente a una taza y no más. Lo que significa que si alguien quiere leer "taza" estará interpretando lo mismo. (¡Qué cosas tiene el lenguaje!).

Salud, Juan!