viernes, 21 de agosto de 2009

PALABRAS OSCURAS

Pecado, arrepentimiento..., acaso las dos palabras más concienzudamente perversas y dañinas de la herencia judeocristiana. No me gustan nada: a decir verdad, son dos vocablos que detesto con la visceralidad, lamentablemente limitada, del lenguaje que uso. ¡Cuánto sufrimiento inútil -pecado, arrepentimiento- habrán generado en los mismos que las pronuncian y en aquéllos contra quienes son pronunciadas!

4 comentarios:

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Y luego están los adictos al sacramento de la confesión, que pecan constantemente, oh, Señor, para saciar su vicio. ¡Y ay si el adicto es prócer de un imperio!

Un saludo postvacacional, amigo Pedro!

carmen dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
carmen dijo...

carmen dijo...
Creo que durante siglos, y teniendo en cuenta que rara verdad es absoluta, sea cierto el daño que la noción de pecado y arrepentimiento ha causado en millones de almas.
Pero no son ahora esos tiempos.
Ahora, AHORA, es posible que como especie, no quiero entrar en individualidades, no sea descabellado un serio exámen de conciencia, dolor de los pecados y, lo más importante, propósito de enmienda

Pedro López Martínez dijo...

Renovados saludos para todos -amigo Orfeo, amiga Carmen, retaleros de a pie-, y también para los eventuales enemigos, que nunca descansan y que, sin saberlo ellos, nos dan vida.
Salud!