domingo, 9 de noviembre de 2008

A INÚTIL MODO DE DEFENSA INÚTIL (III)

Los nueve versos de la primera estrofa emulan un breve diálogo lírico (impostado, huelga glosar la obviedad) donde no hay ni una sola palabra que zozobre en el azar de esta tormenta. Verbigracia: que lamente ella -ah- y acto seguido añada él -uf-; que se cuantifiquen la pose y la perilla y el endecasílabo sin alas; que la pose tenga que ser falsa -en mis tiempos, Sebas, amigo, hasta el mal poeta ostentaba licencia para cazar algún epíteto, y supongo que todavía-; que la perilla se torne ilusa venciendo un desplazamiento metonímico que toca de lleno a quienes confían en que el hábito acabe haciendo al monje -aclaro que, lejos de ridiculizar estilos masculinos, la tal perilla, aquí, sólo es símbolo propiciatorio, genuina pista para mejor indagar el derrotero de una determinada estética-; que los dos endecasílabos embalconados -la vida desde la barrera, desde la sombra del balcón: se diría que es desde ese observatorio desde donde convoca a sus musas el nuevo orden experiencial- hablen de sí mismos con una solvencia métrica y un derroche de recursos que sobrepasa la expectativa de un texto como éste, tan desasistido de retóricas, de un texto cuyo afán paródico y parapoético casi repele la pirueta del efecto lírico; que, a despecho de los insípidos terruños culinarios, triunfe hic et nunc la audacia del neologismo en la forma "unisonaron"; que los aplausos seudoorgásmicos que zarandean a las moscas de todos los recitales actúen como ese movimiento de muleta baja que deja al morlaco en posición para recibir la espada de la verdadera experiencia, que es tan simple y tan directa como el castizo verbo que le sale al quite.
Tampoco en la segunda estrofa se entromete ningún elemento aleatorio o que aspire a camuflarse tras la gratuidad facilona, desde esa "Y" solitaria pero precisa en su atavío fálico (lo siento, Mamen, pero es así como la ven mis ojos) hasta el ineludible "follaron", que halla su momento de gloria en la 507 y que luego ejerce de cierre y de sentencia sórdida, casi desfallecida en el presagio del tópico menos lírico -tristitia post coitum-, voz de uso admitido que aún sabrá escandalizar los castos oídos de quienes sostienen que el alimento de la poesía -¡oh Ella, tan sublime!- no ha de permitirse términos de segunda o de tercera categoría: eso de que siempre hubo clases también es trasladable al Real Diccionario de la Académica Lengua. No obviaré el deliberado contraste que se pactó entre la simplicidad vulgarizada de un motivo exclusivamente sexual y la vehemencia aristocrática de esos que se quedan abajo fumando su pipa y consumiendo sus licores procaces, adulando al favorito o la favorita de la fiesta y fatigando en aprosado verso de alternancia siete-once los dos misterios resolutos que decantaron la magnitud de su obra, hace lustros o hace semanas, lo mismo da. Si follaron "de nuevo" es porque el tiempo es cíclico y todo vuelve y en definitiva nada importa, debemos admitir que los protagonistas se conocieron la misma mañana del encuentro, que se miraron de reojo y dieron en imaginar lo imaginable, a veces el imaginario es mutuo, y que en tal caso la farsa de abajo tiene entonces su reflejo fiel en la farsa de arriba, serán las esferas aquellas de algún Platón, y a nadie escapa que en el ideal de un solo polvo están reunidos todos los polvos que en el mundo han sido, no me atrevo a colegir si también estarán los que naufragaron como sueño, que ésa es otra.
La secuencia que mejor fluye en esta segunda estrofa es la que ocupa los últimos seis versos, que a base de pinceladas atiende a la descripción del encuentro: pura poesía, y ello pese a que deje mucho que desear... Junto a la rudeza inesperada del condón ausente, la desesperanza consabida de los apareamientos fortuitos que deben mucho de su inicial fervor al morbo de la presunción de adulterio; junto al rubor de manos que transitan a tientas para que no haya ojos de un lado ni del otro (¿por qué ha de ser maduro él y joven ella, en qué giro sutil se resuelve ese enigma?), el desenfreno vertical que apela a la fantasía acrobática de las seducciones extramaritales. Y así llegamos al polémico "poetisos", vocablo de dudoso cuño al que Orfeo le confiere cierta carga sexista, y al que Mamen le adjudica un plus de prepotencia, paternalismo y misoginia que inevitablemente salpica al buen nombre de quien se decidió a ponerlo. Bien es cierto que no hubo inocencia en su elección, pero tampoco se previó que su modesta pólvora iría a remover tantas susceptibilidades. Al primer ilustre a quien le leí "poetisos" fue a Pablo Neruda en sus memorias, y ya entonces lo usaba él en un tono despectivo, sí, pero en absoluto antifemenino o sexista, pues lo que la palabra aporta es el género neutro de quienes, hombres o mujeres, cultivan ese verso fláccido que se autoabastece de emotividades epidérmicas. Que a alguien no le guste que el femenino oficial del poeta sea la poetisa no significa que su uso, hoy en día, esté ideologizado; y en cuanto al poetiso de marras, en efecto suena a chiste, acaso un mal chiste, pero en definitiva no es más que un juego de derivación que apunta, o eso me parece a mí, a quienes rentabilizan su ambigüedad sexual levantando sobre la tal estrategia el universo exculpatorio de toda su poética. Lo releo y lo releo, y no consigo interceptar en este artefacto-bagatela ninguna connotación que tenga que ver con el sexo -la prepotencia y el paternalismo sí los presiento como elementos incómodos, mas indisociables del aparato crítico que el texto activa-, y sí, en cambio, la urgencia léxica de marcar el abandono neutro de los cuerpos que se acoplan casi en serio, porque "poetos" sí que hubiera sonado fatal.
Concluyo: este poemilla, o lo que quiera que sea, quiso hacer su modesta denuncia de la impostura impostándose él mismo, sirviéndose de una escena de guiñol que llama a las cosas por su nombre, muy seguro de que donde se está forjando el verdadero poema de este encuentro intergeneracional de poesía muy actual es unas plantas más arriba, en el interior deslucido de la 507, y no en la letanía inmemorial de unos versos que repiten su cansancio para medrar el vano aplauso y el devaneo de la adulación en la farsa del éxito. Y nada más. Pero, antes de poner el punto definitivo, me vais a permitir el convencimiento de que aquel polvo paralelo y el verbo que lo sustenta, al recordarlo para otros, será al cabo la única verdad de esta historia.

15 comentarios:

carmen dijo...

A I,II, y III ¡dios mío!

carmen dijo...

¿Por qué mi comentarios siempre salen con un cubito de baura debajo? Esto es demoledor para mi maltrecha autoestma.

Pedro López Martínez dijo...

Carmen, ¿sería mucho pedir (supongo que sí, que a estas alturas sería mucho pedir) que les explicaras a I, a II y a III la dimensión exacta de ese divino posesivo?
Y autoestímate, mujer, o busca a tu alrededor a quien lo haga por ti.
Saludibesos!!

carmen dijo...

Querido Pedro, como te comenté la semana pasada vengo arrastrando una gripe que me tiene muy espesita. Quizás sea por eso que tras leer lo detenidamente que mi maltrecha salud me permite I,II y III tengo que decir que me pierdo. Y no es por la falta de brillantez en tu estilo (ya me avisó Superviviente tras leer el desaparecido II, a él le pareció magnífico), no, esto tiene que ver con el hecho de que a un poema, y a casi todo me temo, yo solo sé enfrentarme mediante la intuición y la emoción. Recuerdo una lejanísima mañana en la que la profesora de lengua dijo: Copiad: "Los violines tristes del otoño..." A medida que avanzaba el poema a mí me faltaba la respiración ¡cuánta belleza en una pocas, exactas, certeras palabras! No comprendía la inexistente reacción de mis compañeras que parecían copiar la lista de los reyes godos, después vino la autopsia de ése prodigio, conforme lo descuageringábamos perdía su aroma, mientras señalábamos sus acentos se quedaba sin acento.Por suerte para mí, la cansina voz de una maestra sin ilusión me había inoculado un veneno para el que no hay antídoto: la devoción por la Belleza hecha palabra y ya se sabe, no hay que tocar la Rosa. Por eso solo pude exclamar "dios mío" ante la disección del artefacto al que tú mismo niegas ahora la categoría de poema. Empecé a sentir lástima por la bagatela cuyo destino ha sido convertirse en hijo de Saturno.
En fin, como últimamente estamos un poquillo susceptibles te aclaro que mis palabras pretenden ser un homenaje para ese poema que a fuer de ser vituperado por todos yo he llegado a apreciar y a percibir con una cierta emoción. BB

Pedro López Martínez dijo...

Mamen, lo que dices sobre la intuicion y la emocion es lo mas sensatoque se puede decir de un poema, incluso de un seudopoema como este, y te aseguro que yo mismo me apropio de esa conviccion y aviso a mis alumnos antes de empezar a practicarle la autopsia en clase. Pero ocurre que en este caso me he sentido un poco en la obligacion de "defenderlo" publica e inutilmente (como reitero en el titulo), quizas un estupido compromiso que surgio sin pretenderlo, como otros tantos compromisos que adquirimos en la vida y que luego se nos pegan a las suelas de los zapatos. Debo añadir que aunque la hondura perceptiva de Superviviente vea brillantez en el estilo (que es pura tecnica, o cierta facilidad, o habil manejo de los hilos de la diseccion critica), yo puse el punto final con una sensacion sucesiva (en I, II y III) de agotamiento mental y de hermoso tiempo perdido en alentar lo inalentable (aunque si justificable), una sensacion que, hasta ahora, nunca me habia experimentado en este blog. Por otra parte, quiero agradecer vuestra sinceridad, pues, como me advierte un amigo en correo privado, esa misma sinceridad debe servirme para valorar con mayor orgullo los piropos que a menudo me lanzais.

(Pido un monton de excusas, tantas como tildes debiera llevar este comentario, por la ausencia de tildes; pero resulta que estoy tecleando en un ordenador ajeno que (misterios de la tecnica) no sabe ponerlas, lo que no se si sera una confabulacion del sistema educativo que nos rige).

Salud!

Sebastián Mondéjar dijo...

Muchas gracias, Pedro, por este triple esfuerzo defensivo, no tan inútil como el título nos vaticinaba.

Me han impresionado, de nuevo, tu claridad y tu precisión mental y verbal. Pero tengo la impresión de que, por mi culpa, hemos llevado este retal demasiado lejos; quiero decir que tampoco se trataba de hacernos un traje con él...

Estoy pensando que tal vez le concedimos demasiado protagonismo al poema al verlo publicado en solitario y en el blog, donde a veces las cosas adquieren una relieve desproporcionado. De haberlo leído en otro contexto, sin ir más lejos inserto en 'Necedarius, viceversas, etc.', no habríamos llegado a tanto. Allí hay poemas que apuntan en esa misma línea (véase el titulado 1.21) y que remiten a César Vallejo, a Julio Cortázar, incluso a Lezama Lima, por no decir al gran Góngora... Yo también he seguido (y sigo aún a veces) sus estelas.

En fin..., creo que la experiencia ha sido buena (aunque he llegado a preocuparme) y que ha quedado demostrado que meternos caña, espolearnos de vez en cuando, decirnos a las claras las cosas que no nos gustan, puede llegar a ser un ejercicio sano y productivo. Así que confío en que jamás te cortes (ni os cortéis vosotros, retaleros) conmigo. Los blogueros, por lo general, somos muy dados a los halagos mutuos.

Sobre "glorificados polvos", lodos vanguardistas y otras muchas cuestiones que has citado podríamos hablar mucho, pero no me quiero extender más.

Al margen de todo, no me has convencido de casi nada porque de casi todo lo que has argumentado ya estaba convencido yo. Sirva como prueba de mi indignación y disidencia esta copla del 22 de abril de 2004 que encontré precisamente ayer en una de mis libretas:

"Públicamente aclamados,
ignorados en secreto;
artistas de calendario,
poetas de medio metro."

!odreP, dulaS¡

!ortseun ol a sortosoN¡

PD: Muy lúcida tu intervención, querida Carmen.

Sebastián Mondéjar dijo...

Vaya, Pedro, estábamos escribiendo al unísono, y creo que nuestros respectivos comentarios se complementan muy bien.

Respecto a nuestro sistema educativo, hoy, en la página 37 de El País viene una reseña muy interesante sobre un manifiesto firmado por docentes titulado 'No es verdad'. Lo puedes leer íntegro en El País.com.

José Manuel dijo...

La pirotecnia fastuosa del virtuosismo preciosista siempre me ha parecido un espectáculo muy entretenido y cosa de mucho mérito, con independencia del objeto al que se aplica ese derroche de destreza. Sin embargo, lo que más me llamó la atención cuando leí la primera versión de la entrada II (poco antes de ser misteriosamente borrada) fue que me pareció advertir entre líneas una defensa sincera y corajuda de un texto cuyo mérito bastante para tomarte ese trabajo era sencillamente tu autoría. Esa circunstancia promovía el mero artificio y todo su aparato a una categoría que, según algunos, el motivo original no merecía. Tal vez si además te hubiese animado la fe de una causa mejor hubieras hecho un pleno de los tuyos. Otra vez será.

Pedro López Martínez dijo...

¡Cuánta razón, José Manuel! ¡Cuánta razón...!

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Como dije en su momento, el poema en cuestión me sigue pareciendo una "bagatela muy bien ejecutada", y ahora debo añadir que mejor defendida, sin entrar a valorar la sinceridad de la defensa o que se trate de un brillante ejercicio de abogacía literaria. Pero a mí tampoco me convence, tan sólo prueba que te sobra el talento incluso para empresas argumentativas imposibles, pues ya el mero hecho de que impresione más la disección que lo diseccionado resulta revelador.
Por otra parte, y lo siento por mi admirado Pablo Neruda, la palabra "poetisos" no se salva, a mi juicio, de su carga sexista, pues si ya en su original femenino se incurre en la injusticia de la generalización (me refiero a la flacidez que apuntas) la masculinización del término no puede nunca ser puramente neutra, siempre alude a. Y, por último, jamás hubiera adivinado en la "y" solitaria ningún símbolo fálico; tal vez peque de cierto infantilismo, pero para mí no es más que un tirachinas sin gomas...¿ni esperanzas?
Un saludo cordial para todos y ánimos para Mamen (dice mi abuela que la gripe son tres días de subida y tres de bajada, así que seguro que ya te queda poco)

Pedro López Martínez dijo...

Gracias, Orfeo. Ejercer de abogado del diablo, cuando uno y otro son el mismo, no es tarea fácil, y tú y los demás lo habéis entendido con un deje conmiserativo que casi me halaga cuando dices que me "sobra el talento incluso para empresas argumentativas imposibles" (ufff). Lo del tirachinas sin gomas es genial, y si escarbas un poco está más cerca de mi fálica Y de lo que imaginas.
Salud!

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Escarbando, escarbando, encuentro un chiste, ese del chino y la adivinanza de qué tenía este entre las piernas. Pues mira, sí, vas a tener razón...

carmen dijo...

Escarbando, escarbando encuentro esta noche de puritita casualidad una canción dedicada a una planta y, querido Orfeo, me parto el pecho.

Pedro López Martínez dijo...

Abundando en la dulce estela de los despropósitos, o no tanto, me viene a las mientes un anónimo de cualquier siglo que dice así:

"Hablando del hymeneo,
una joven dijo así:
-Es un gusto, según creo,
pues primero va la hy
y después viene el meneo".

Miguel Ángel Orfeo dijo...

¡Glub!