martes, 21 de octubre de 2008

SIETE RESPUESTAS A SIETE PREGUNTAS

P: ¿Cómo se compatibiliza la enseñanza con la creación literaria?
R: Compatibilizar la creación, del signo que ésta sea, siempre es difícil, porque implica sacrificios y renuncias, y porque la propia naturaleza del ser creador necesita vivir instalada permanentemente en un ámbito propicio, de expectación exclusiva. La enseñanza de la Lengua y la Literatura es quizás la opción menos mala, pues permite el contacto con personas que todavía están descubriendo el mundo y las palabras que lo nombran con una inocencia gemela a la del artista. Parafraseando a un personaje, también profesor, de Coetzee, digamos que la enseñanza es un medio de ganarme la vida, y que con ella aprendo la virtud de la humildad, porque me ayuda a comprender cuál es mi lugar en el mundo.

P: ¿Es verdad, como se dice, que ya no se puede dar clase en los institutos por el gamberrismo que hay dentro y fuera de las aulas?
R: El clima social de los institutos se ha deteriorado mucho, y la culpa es de todos, incluidos los que en apariencia nada tienen que ver con los institutos. La condescendencia de las familias, los palos de ciego en las sucesivas leyes educativas, el entorno socio-económico basado en la facilidad, los roles imitados de esos falsos triunfadores del deporte o de la música o de cualquier otra parcela... todos son factores que determinan situaciones realmente insostenibles. Creo que alumnos y profesores somos las primeras víctimas de un sistema que no funciona, donde impera la frivolidad y la apatía; pero las familias y después la sociedad serán quienes sufran en el futuro inmediato esa carencia esencial que, repito, tiene que ver con todos.

P: Haga de crítico de su propia obra y dígame qué clase de escritor es usted.
R: Hablar de la propia obra es un acto de orgullo encubierto que, por eso mismo, resulta excitante para el artista. Al final, lo que importa de uno son sus obras, así que cuando hablo de mis obras estoy hablando de mí, y esto me lleva a intentar conciliar el orgullo con la humildad (extraña aleación que debo a la herencia de mis padres). Por eso procuro ser un escritor honesto, coherente con ese destino que arranca de las raíces, y en consecuencia comprometido con la verdad esencial de lo que hago, sin concesiones a la facilidad o a los moldes más actuales y aceptados. Soy muy perfeccionista y al propio tiempo nada conformista, y quizás por eso mis cuatro libros de poesía (y el quinto y sexto, inéditos) han tirado por caminos tan distintos para desembocar en ese yo poliédrico que los hermana sin remedio.

P: ¿Se acabó aquello de que la poesía es un arma cargada de futuro?
R: Mientras haya un ser humano sobre la tierra, la poesía seguirá siendo un arma cargada de futuro. No porque quiera restaurar el romanticismo belicoso de ese verso de Celaya, sino porque el uso de las palabras para decirnos lo que somos y lo que queremos ser, lo que nos une, lo que sentimos, lo que pensamos, lo que ignoramos... todo eso, forma parte del barro que nos hace personas, y es algo a lo que no podremos renunciar. Estoy convencido de que el mundo sería mejor si el mundo escribiera y leyera más poesía; éste es el argumento más optimista que conozco para seguir creyendo en el futuro de la poesía como arma.

P: Dígame el nombre de dos o tres escritores de esta tierra que merezcan ser leídos.
R: Hay varios escritores en esta tierra que merecen ser leídos; hablo de los que siguen vivos. Dar dos o tres nombres sería injusto, porque quedarían fuera de nómina otros dos o tres (no más, en mi modesta opinión). Lo grave de la situación, de puertas adentro, es que no se sabe por qué hay algunos nombres que, sin más talento que su obcecación, estorban publicitariamente a esa media docena que sí que lo tiene (hablo del talento), y que afortunadamente persiste en él a pesar de los favoritismos provincianos, que los hay, y que huelen mal pero que muy mal. En esta tierra se ejercen los cargos y los oficios con un personalismo excesivo, y es en este punto donde afloran los celos, las envidias, las navajas traperas y los bandos literarios. Yo presumo de independencia, de no tener, por ahora, débito personal con ningún mandarín de la cultura, y así espero seguir por mucho tiempo.

P: ¿Sánchez Bautista o Sánchez Rosillo, Pérez Reverte o Miguel Espinosa?
R: La pregunta, con perdón, está mal formulada, porque Bautista y Rosillo no son dos poetas cuyos estilos y estéticas puedan oponerse según un juicio crítico objetivo. Son diferentes hasta el punto de que no cabe comparación posible entre ellos. A Bautista lo he leído poco, pero sus tonos clasicistas me parecen muy dignos de ocupar un lugar fundamental en nuestra historia literaria reciente. De Rosillo lo he leído casi todo, respeto su coherencia poética y lo tengo por un autor de mucha altura en el panorama nacional actual; lo que no significa que le encienda velas, porque sé que mi camino es otro. En cuanto a Reverte y Espinosa... Para mí hay una distancia considerable. Yo a Miguel lo tengo en una estantería junto a Kafka, Pessoa, Borges o Saramago. Y Pérez Reverte está donde tiene que estar.

P: Dígame algo, sólo si le apetece, de la política cultural de la Región de Murcia.
R: Ignoro los recovecos de la política cultural de esta Región, que seguramente los hay (cómo no). Pero, ya lo he dicho, como todo termina siendo un afán personalista, me temo que esa política se traduce en un dispendio de favoritismos y, en nuestro caso, en la triste farsa de la consagración de falsos vates. La política casi siempre se sirve de la cultura, que se deja seducir a cambio de casi nada. Al revés es más difícil: la política nunca se deja seducir por la cultura, porque ésta es de naturaleza subversiva, al menos la gran cultura, no esta suerte de folclorismo regionalista que hoy tanto se lleva y se aplaude. Presiento que en materia cultural la actitud más digna de un político sensible sería "no menealla", no meter las narices, dejarla florecer a su aire.

18 comentarios:

José Manuel dijo...

No sé si este cuestionario te ha sido formulado por algún avisado periodista o si, por el contrario, en lugar de esperar que caiga la breva para luego soltar aquello de “me alegro de que me haga esa pregunta”, has decidido hacerte a ti mismo las preguntas más certeras, las que mejor te permiten decir justo lo que quieres. En cualquier caso me quedo especialmente con las primeras líneas, por lo que me atañe. “Compatibilizar la creación... difícil... sacrificios y renuncias... instalada permanentemente... expectación exclusiva.” Inmediatamente pienso en mi situación actual, una actualidad que en realidad se remonta a los últimos diez años (más o menos los de mis hijos), y una carta de Kafka a Felice impresionante, que transcribo: «Una vez me dijiste que te gustaría estar sentada a mi lado mientras escribo; pero date cuenta de que en tal caso no sería capaz de escribir (tampoco es que lo sea mucho en general), pero en ese caso es que no podría trabajar en absoluto. Escribir significa abrirse desmesuradamente; la más extrema franqueza y la más extrema entrega, en las que todo ser ya de por sí cree perderse, en su trato con los demás, y ante las que, por lo tanto, se echará para atrás mientras esté en sus cabales pues todo el mundo quiere vivir mientras vive , esta franqueza y esta entrega, repito, no son ni de lejos suficientes para la creación literaria. Lo que se transfiere desde esta capa superficial a la escritura si la cosa no marcha de otro modo y las fuentes más profundas permanecen calladas no es nada, y se derrumba desde el instante mismo en que un sentimiento más verdadero sacude ese suelo superior. Por eso nunca puede es¬tar uno lo bastante solo cuando escribe, por eso nunca puede uno rodearse de bastante silencio cuando escribe, la noche resulta poco nocturna, incluso. Por eso no dispone uno nunca de bastante tiempo, pues los caminos son largos, y es fácil extraviarse, hasta le llega a uno a entrar miedo a veces, y siente desde ya, sin violencia ni seducción alguna, ganas de emprender la retirada (ganas que siempre se pagan muy caras con el tiempo), ¡cuánto más si, inopinadamente, la más querida de las bocas le diera a uno un beso! Con frecuencia he pensado que la mejor forma de vida para mí, consistiría en encerrarme en lo más hondo de una vasta cueva con una lámpara y todo lo necesario para escribir. Me traerían la comida y me la dejarían siempre lejos de donde yo estuviera instalado, detrás de la puerta más exterior de la cueva. Ir a buscarla, en camisón, a través de todas las bóvedas, sería mi único paseo. Acto seguido regresaría a mi mesa, comería lenta y concienzudamente, y en seguida me pondría de nuevo a escribir. ¡Lo que sería capaz de escribir entonces! ¡De qué profundidades lo sacaría! ¡Sin esfuerzo! Pues la concentración extrema no sabe lo que es el esfuerzo. Lo único es que quizás no perseverase, y al primer fracaso, tal vez inevitable incluso en tales condiciones, no podría por menos que hundirme en la más grande de las locuras: ¿Qué dices a esto, mi amor? ¡No retrocedas ante el habitante de la cueva!»

Pedro López Martínez dijo...

Aclaro que esta entrevista me la hicieron a propósito de la concesión del premio de poesía Vicente Gaos y de la ulterior edición de "Libro ciudad" (Renacimiento, 2006), y que fue publicada tal como la transcribo en el diario Nueva Línea, de Murcia, el miércoles 5 de julio de 2006. El texto está muy meditado porque me pasaron las preguntas y yo me tomé mi tiempo para responder; luego las devolví cumplimentadas a vuelta de correo electrónico, con lo cual yo puse exactamente lo que quería y ellos no me jodieron ni una tilde (que jode). Creo que en todos sus términos mantiene la suficiente actualidad, y yo, por supuesto, me ratifico en cuanto dije. Por cierto, ¿a ver quién se atreve a entresacar el texto exacto que sirvió de titular a la página, y que es la única decisión que no me consultaron?

Por otra parte, coincido contigo en la elección de ese fragmento de Kafka. Es maravillosamente desgarrador, y exagera menos de lo que pudieran sospechar quienes no sienten la necesidad imperiosa de la escritura y todo a su alrededor les impide una dedicación plena. Es un texto que ya conocía, desde donde dice "Con frecuencia he pensado que la mejor forma de vida para mí (...)" hasta el final, gracias a la intercesión de Jorge Martínez de Paco y al manuscrito suyo que manejé cuando puse en orden sus papeles póstumos (éste entre ellos) en "El verdadero artista", inédito que tampoco a ti te es ajeno, Superviviente. ¿Lo recuerdas?

Salud!

Sebastián Mondéjar dijo...

La entrevista toda, con sus siete respuestas y sus siete preguntas, es desde luego redonda, y da mucho de sí. Te diría un montón de cosas, pero prometí ser breve. Sólo algo respecto a la pregunta número cinco: yo creo que merecen ser leídos absolutamente todos los escritores de esta tierra; otra cosa es cuántos serán recordados (y por qué).

¡Salud!

Vargas dijo...

No es fácil elegir un titular para esta entrevista. Su densidad favorece la elección entre muchos. Si el periodista fue malévolo lo mismo eligió "La enseñanza es un medio de ganarme la vida", o "Los favoritismos provincianos huelen mal pero que muy mal"; o incluso, "La política cultural de la Región es un dispendio de favoritismos". Un titular anodino (aunque cierto, como todos)sería "El clima social de los institutos se ha deteriorado mucho". Otros posibles serían "Lo que importa de uno son sus obras", "Cuando hablo de mis obras estoy hablando de mí", "Procuro ser un escritor honesto"; o "El mundo sería mejor si el mundo escribiera y leyera más poesía", que me parece muy oportuno al ser el motivo de la entrevista la publicación de un libro de poemas.Y hay otros tantos. En fin, yo qué sé.

Pedro López Martínez dijo...

Sí, Sebas, quizás todos merezcan ser leídos, y seguro que luego sólo algunos merecerán ser recordados; y, sobre todo, recordados por qué.

Y en cuanto al dispendio de posibles titulares, Antonio, es el tuyo un ejercicio sanísimo que nos ayuda a comprender mejor el proceso sutil de descontextualización, o de manipulación tácita, que a menudo se arroga el periodista, pues en efecto todos los que tú ofreces son muy proclives, pero cada uno jugando sus bazas con argumentos bien distintos. Pero aún no has dado en la diana; así que me reservo la solución para dentro de un par de días, a ver si alguien, entre tanto, se gana el premio: un mojito vespertino en un céntrico local de copas de la ciudad de Murcia. (No vale echar mano de hemerotecas, eh).

Salu-dos!!

José Manuel dijo...

Pues no sé, cualquier disparate. Pensando el mojito se me ocurren varias opciones:

a) El creador también necesita instalarse.
b) Hay cosas peores que ser profesor.
c) El artista se excita con orgullo.
d) Mis padres me dieron una aleación y mi hermana un poliedro.
e) No podría renunciar a darme los barros.
f) Algunos escritores huelen mal, pero que muy mal.
g) Un político sensible no debería meneársela.

Ya veréis: seguro que la realidad habrá sido aún más atroz.

José Manuel dijo...

Pensándolo mejor, cambio la f) por: Algunos escritores huelen fatal. Me gusta más, es como más impactante. Os juro que me he reído de buena gana mientras escribía el comentario, y perdóname, Pedro, por tomarme un poco a broma lo más sagrado, pero recuerda: tú nos has provocado. Me temo que la promesa del mojito va a ser muy estimulante.

carmen dijo...

Yo leí en su día la entrevista así que por mucho que me tiente un mojito, me acabo de tomar uno por cierto, me abstengo de intervenir.
Supervivente, te veo muy subidito.
Sebas, te ha durado poco el talante cañero, además terminaste por descubrir el juego ¡Qué penita!

Sebastián Mondéjar dijo...

Pues yo abogo más por un titular del tipo "Mientras haya un ser humano sobre la tierra, la poesía seguirá siendo un arma cargada de futuro" o "La cultura se deja seducir por la política a cambio de casi nada".

Pedro López Martínez dijo...

No, no y no.

A Superviviente: yo también me he reído mucho con tus apuestas; pero me temo que ese ingenio tuyo se extinguió hace tiempo en las azoteas del nuevo periodismo.

A Sebastián: tus titulares se aproximan bastante, incluso en extensión y en el sentido de lo noticioso, pero el entrevistador se decantó esta vez por algo menos genérico, más... ¿subjetivo? A saber por qué.

A Mamen: el mojito no es más que la excusa, y lo que importa al fin es la compañía.

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Seguramente me equivoque, pero yo apuesto a que el periódico era afín al gobierno territorial y que el titular elegido pertenece a la respuestas dadas a la segunda pregunta, algo así como "el sistema educativo no funciona". En cualquier caso, creo que estuviste valiente: en estos casos, los premiados suelen ser diplomáticos e incluso lanzar flores a las instituciones que le han galardonado.

Pedro López Martínez dijo...

Tampoco, Orfeo. No fueron por ahí los tiros, aunque reconozco que tu razonamiento es aplicable en el 80 ó 90 por ciento de los titulares que se leen en la sección "Sociedad/Cultura/Espectáculos".

Para ayudaros a afinar un poco, sí os diré que el texto lo han extirpado de las respuestas a las preguntas impares, y que es una oración completa, con sujeto y predicado, vaya.

Isabel Martínez Llorente dijo...

Como dice Superviviente, la promesa del mojito es estimulante. Así que Pedro, voy a aventurarme, porque qué le voy a hacer, me gustan los mojitos.
Veamos: teniendo en cuenta las pistas numerosas y los titulares que ya has descartado (ventajas de ser de las últimas), elegiría entre dos. Uno podría ser "En esta tierra se ejercen los cargos y los oficios con un personalismo excesivo". Y el otro, y casi por el que más apuesto... (a ver si acierto que ya huelo la hierbabuena) "Yo presumo de independencia, de no tener, por ahora, débito personal con ningún mandarín de la cultura". El primero porque en él se habla poco de poesía, y a veces los periodistas descontextualizan al entrevistado, ¿tal vez para llamar la atención? La segunda es una respuesta contundente. Estaría bien en un titular...

A ver, a ver... que nos tienes intrigados.

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Si el titular es largo y textual, entonces coincido con Isabel en el asunto de la independecia y los mandarines. Si finalmente acertamos, y como por desgracia yo no puedo acudir a la degustación de tan sabroso galardón, sírveselo a ella doble y que se lo tome a mi salud. Pero, a ver, descúbrenoslo ya, que nos tienes en ascuas.

Pedro López Martínez dijo...

Pues sí, tenía que ocurrir antes o después y... ¡ha ocurrido! Isabel ha encontrado el titular (lo damos por válido aunque haya dos o tres palabras de la entrevista que el entrevistador suprimió, pero en esencia es lo mismo). El texto exacto fue:

PRESUMO DE NO TENER, POR AHORA, DÉBITO PERSONAL CON NINGÚN MANDARÍN DE LA CULTURA

Así que, enhorabuena a Isabel, que además ha justificado con pericia sociolingüística sus dos opciones.

Y en cuanto a ti, Orfeo, te aseguro que nos hubiera encantado compartirlo también contigo, pero "La distancia es la distancia", aunque también podríamos titularlo "No hay distancias", u "Otra vez será".

Gracias a todos por participar (incluida Mamen y su inhibición ética).

Salud!

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Isabel es la legítmima vencedora, por supuesto, pero yo reivindico mi mojito honorífico. Aunque ya haya sonado la campana, expongo mi razonamiento: lo que más les sedujo a los periodistas del titular fue ese "por ahora" que pudiera prestarse a malignas interpretaciones.

Salud, y "no hay distancias"

José Manuel dijo...

!Tachaaan!
(Es por hacer 17 y plusmarca.)

Isabel Martínez Llorente dijo...

Gracias, gracias...
Sería estimulante una velada en común, sé que daría para mucho. Pero al parecer, las carreteras que nos acercan también nos alejan... en fín, la vida misma. Orfeo, si hay que tomarse dos mojitos, se toman. Sin problemas. Por eso del honorífico.
Pedro, una gran iniciativa. Te felicito. Y una gran entrevista, con respuestas contundentes. Sí señor.
Fdo. Isabel (al ritmo del "ron" cubano)