martes, 1 de enero de 2008

JUSTIFICACIÓN

Algunas veces se me ocurren cosas que siento la necesidad de expresar por escrito, o quizá es que persigo el molde exacto de la grafía para provocar ocurrencias y reconciliarme así con el yo que piensa. El caso es que, cuando esto sucede -y cuando mi fe admite que esas lucecitas que surgen de improviso y que acompañan mi trasiego por la fiesta íntima de la soledad creativa no respiran aún como poemas, ni como relatos, ni como nada definido en el canon de los géneros-, no siempre hallo el tarrito donde almacenar su esencia y seguir mi camino: muchas se quedan en meros garabatos extraviados en papeles y en servilletas de bar y en cuadernos sin nombre; o bien amenizan el prometedor arranque de ese nuevo diario de escritor en ciernes que a menudo proyecto y que apenas dura el impulso de dos páginas; o, lo más probable, se diluyen en la pereza que me embarga y naufragan sin transición, víctimas de su breve ráfaga de lucidez. De ahí que inaugure este blog, con la pretensión de alimentarlo como a los peces de mi pecera, en pequeñas dosis que no resulten mortales por empacho, pero retando de ese modo a mi maltrecha disciplina y a mi más que dudosa constancia. Confío en que quienes de vez en cuando vengáis a husmear por aquí, convocados por la complicidad o guiados por el azar, sepáis compadeceros de las incongruencias del día a día y seáis benévolos con los altibajos de la inspiración; y, por qué no, os invito desde ahora a deslizar alguna idea, cualquier comentario que enriquezca el devenir de esta alforja compartida. ¡Salud!

6 comentarios:

Sebastián Mondéjar dijo...

¡Qué sorpresa tan alentadora! Bienvenido, Pedro, a la blogosfera, que no es, en el fondo, ni más ni menos que eso: una inmensa red trenzada con retales de alforjas de todos los colores. No me cabe duda alguna de que los retales de la tuya la agrandarán y la fortalecerán. Al margen de que le dediques más o menos tiempo, tómatelo más como un estímulo (en realidad lo es) que como una obligación. Por lo pronto, me has dado una gran alegría y me siento un privilegiado al ser el primero en escribir un comentario en tu primera entrada. ¡Ya sabes que desde ahora mismo tienes parada y fonda en mi camino! ¡Salud y un fuerte abrazo!

Pedro López Martínez dijo...

Agradezco el sincero aliento de tus palabras, Sebastián, así como el consejo sabio que distingue entre el estímulo y la obligación. El privilegiado soy yo. Sin duda, retalesdemialforja tiene mucho que aprender de uncaminoenelaire. Salud, Poeta!

Miguel Ángel Orfeo dijo...

Un placer esta alforja, amigo Pedro. Se me ocurre decirte que fuera de los géneros, en los retales, peces, servilletas de bar o cuadernos sin nombre, las palabras respiran muchas veces con un brillo más puro: gracias por compartirlas.
Un abrazo

Pedro López Martínez dijo...

Muchas gracias a ti, Miguel Ángel, que has sabido entender que la literatura respira a menudo, y con brillo más puro, por los poros más imprevisibles, y por supuesto al margen de géneros y cánones. Que tu placer se prolongue. Ojalá no te decepcione. Un abrazo!

bnus dijo...

Todos, sea cual sea nuestro oficio, caemos, somos abandonados por las musas y nos estancamos más de lo que nos gustaría. Lo heroico, lo extraordinario y grandioso es cada vez que hacemos el esfuerzo de levantarnos y de seguir intentándolo. Yo sé que a tí lo de levantarse se te da bien, o acaso he ser yo la que te recuerde tus herocidades literarias? que ya son numerosas!
un abrazo y felices reyes profesor!

José Manuel dijo...

Qué placer otra vez ―siempre― leer algo tuyo, siquiera estas breves líneas. Ten por seguro que no dejaré de asomarme por aquí de vez en cuando para echar un ávido vistazo a estos retales que vayas dejando caer. Gracias por tu generosidad, una vez más.