miércoles, 27 de noviembre de 2013

SOBRE GUSTOS Y DISGUSTOS

Me gusta el olor de las tomateras que aún cultiva mi padre en su huerto lejano; pero no me gusta el tufo de colonia cara en una fiesta de famosos que recaudan fondos contra la pobreza. 
Me gusta el chapoteo de la lluvia cuando salpica en la ventanita abierta de mi alma dormida; pero no me gusta el ruidillo triste que importuna al silencio cuando la soledad se queda a solas conmigo.
Me gusta contemplar las altas palmeras de mi ciudad, pues rivalizan con las farolas y con las torres de cemento; pero no me gusta acercarme y rebasar con mi coche el montículo sanguinolento de un animal atropellado a ciento veinte kilómetros por hora en una carretera secundaria.
Me gusta cómo sabe el pan que sabe hacer mi madre, porque sabe a pan, y porque sé que un día la ausencia de mi madre tendrá también ese sabor; pero no me gusta la aspereza turbia que me dejan en la boca la mentira o la envidia o el odio, ni las pequeñas venganzas que yo mismo practico en secreto.
Me gusta el amparo breve y definitivo de las manos de mis hijos cuando los dedos míos se me enfrían sobre el teclado angustiado de la vida; pero no me gusta el peso ajeno de mi reloj si señala la hora exacta en que trece corazones sin patria perecerán ahogados a menos de dos millas de la costa española.

1 comentario:

Juan Ballester dijo...

Me gustan tus gustos como me gustan tus disgustos...