miércoles, 6 de noviembre de 2013
LLAMADME MANIQUEO
Las opciones son dos, y ninguna más: someterse o rebelarse. Y la mera formulación de derroteros tan opuestos decanta por sí misma la voluntad de los hombres y las mujeres de hoy, pues inhibirse equivale a no hacerse preguntas, y quedarse quieto y con los labios sellados ante el cúmulo de despropósitos significa vivir ya, de hecho, bajo el yugo de todo lo que nos viene dado: ideologías y banderas, símbolos y creencias, tradiciones muy nuestras, filias y fobias, todo.
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