viernes, 29 de abril de 2016

HELENA [25-04-2016]

Todo cobra sentido si pronuncio tu nombre.

Poco a poco te elevas a las alas del mundo,
y poco a poco reinas en mi orgullo discreto.

Lentamente, tu certeza se olvida
de todas las ausencias que rasgan mi memoria,
y emociona mis canas
cada abril de dieciocho que ríe por tu cintura.

Fragilidad de mapas en la mano del tiempo.

De las vidas posibles que confirman la mía,
que me toman la sangre y me la expanden,
la tuya es la primera,
la que no se detiene,
la que siempre será mi desenlace.

Si pronuncio tu nombre todo cobra sentido,
todo cumple la inercia de esa mitad de mí
que en ti se justifica.

lunes, 25 de abril de 2016

Llega el día en que tu hijo ya tiene cuerpo para ponerse una de tus chaquetas, informal, de entretiempo, una que tú apenas has usado o que la coges para traslados ocasionales. Él no ha traído la suya, hace un poco de fresco y esta parece que no le queda mal; incluso coindice con el gusto fluctuante de sus quince años. Ya en el coche, tantea una libretita con notas sueltas y lee en voz alta -¡con cuánto pudor lo escuchas!- lo que algún día garabateó tu mano. ¡Vaya!, más retales olvidados en el bolsillo generoso de las ocurrencias:
"De todos los oficios, el de arquitecto es el más parecido al de novelista, salvo que el novelista no se desentiende de nada una vez ha diseñado el plano y se vuelca personalmente en los detalles últimos".
"Un relato que salte de sueño en sueño; esto es, que refleje el entramado de sueños que están viviendo de forma simultánea varias personas que duermen (por ejemplo, en una acampada, en un albergue...)".
"...la remota expectativa de un espíritu cómplice...".
"No confundir objetivos con resultados".
También sendas contraseñas de algún acceso electrónico que ya no recuerdas (A13589, ja230ni) y una relación de palabras (?) puestas en vertical, en este orden: pedantería, vehemencia, soberbia, pusilánime, elocuencia, jactancia, histriónico.

lunes, 18 de abril de 2016

APENAS

Tal día como hoy,
en el futuro inconcebible
que anticipan los astros,
nadie sabrá de mí ni de mis pasos,
nadie tendrá noticia de las fechas
que acotaron mis horas en la Tierra.

Apenas... el lejano fulgor
de cierta estrella que se apagó hace siglos
dirá de mí que la miré un instante
-embelesado y niño y casi eterno-,
que en un instante me dictó estos versos,
su vuelo fugitivo hacia la nada.

jueves, 7 de abril de 2016

J. Martínez de Paco dixit:  
Escribir es siempre pretencioso, pero a fin de cuentas un gesto íntimo que en determinadas ocasiones se torna, además, inevitable, necesario. Publicar, en cambio, es transigir a la vanidad para provocar el efecto patético del elogio o, como mal menor, para satisfacer la tristeza burocrática de un currículum, de un cartel anunciador en la feria literaria. Pero lo más ridículo, al cabo, es leer solemnemente para otros lo que uno ha escrito -hablo de la parafernalia del micrófono, del botellín de agua, de la erótica del púlpito-, porque entonces se revela la farsa toda en la amplitud social del evento, y aquel impulso pretencioso desciende al submundo de las frivolidades, a los terrores de la complacencia.