martes, 5 de noviembre de 2019

14X2019
Imagen: Entramado de ramas y cables con la torre de la Mole de Antonelli.
Texto: De las ciudades en las que estuve, Turín es la única a la que siempre estoy queriendo volver -y solo he vuelto dos veces en veinticinco años-, aunque sepa de antemano que se trata de una vuelta enfermiza, morbosa, casi ficticia, henchida de toda la inmadurez y de todas las contradicciones que hoy, en la distancia de los años, me atraen como un abismo. Allí fueron el tormento de Salgari, la locura de Nietzsche, los suicidios de Pavese y Primo Levi..., pero también mi cumbre de soledades, mi melancólico oasis de libertad.

15X2019
Imagen: "La fiscalía del TSJ investigará la muerte de miles de peces".
Texto: Cuando de repente algo se convierte en noticia -y sube a las cabeceras de los telediarios y a las portadas de los periódicos y a las pantallas nerviosas de los móviles- eclipsa la realidad, la tergiversa, porque su ser insaciable rápidamente la sustituirá mañana por otra y atemperará el estupor, o -insensibles consumidores de noticias- nos la acabará haciendo tolerable. Tiempo al tiempo, parece decirnos entre líneas, casi con una sonrisa cínica en los labios. La actualidad corre más rápido que la verdad, aunque no llegue tan lejos.

16X2019
Imagen: Alfombra de hojas secas en un parque de Turín.
Texto: Los parques, sobre todo si son urbanos, fueron pensados para pasearlos en otoño, a una hora quizá vespertina, sintiendo el crujir de hojas secas bajo las suelas y un rumor de soledades en los bolsillos, testigos de un silencio solemne que tal vez, si nos acompaña la magia, se impregnará de versos muy leídos hace tiempo -de Rubén o de Machado, o acaso de Hölderlin, o acaso de Leopardi-, y de otros novísimos, impredecibles, versos humildes que pugnan y se arremolinan a nuestros pies.

17X2019
Imagen: Primer fotograma de la película Mientras dure la guerra (2019).
Texto: Entrar a una sala de cine y salir de ella, dos horas después, sobrecogido por una lúcida desazón, ebrio de un extraño regocijo intelectual, devuelto a esa paradójica gratitud de las emociones más primarias, como si en ese paréntesis suspendido entre imágenes bárbaras y adhesiones cerriles, entre discursos incendiarios y estruendos y miedos y fantasmas del ayer que no cesa, se hubiera renovado en mí un discreto baño de convicciones.
Extraordinario pulso a la Memoria y a la Historia.
Sutilísimo Amenábar.

18X2019
Imagen: Cientos de libros adosados en un stand al aire libre.
Texto: Cuando a un escritor respetado por la actualidad le entregan un cheque de 601.000 € a cambio de una novela que ha escrito y, con astucia y alevosía, se apresura a decir que es "el primer premio literario al que me presento", miente dos veces; o miente una (porque al menos a este no se ha presentado en competencia con nadie) y desahoga una ridícula vanidad en la otra (porque a nadie le importa ya si antes se presentó a premios).
Es un misterio el éxito; qué poco tiene que ver con la posteridad o con la gloria, casi nada con el prestigio o con el mérito.

19X2019
Imagen: Castillo de Moratalla visto desde la casa donde nací.
Texto: La casa donde nací tenía un bajo y dos plantas. En la más alta, en un humilde cuarto de techos inclinados, estuvieron mi cama de adolescente y mi mesita de estudio y mis primeros libros. Cuando me asomaba al ventanuco veía el tejado de enfrente y la terraza de un vecino, y si giraba la cabeza a mi izquierda, al fondo, la mole perpetua del castillo. Los días de tormenta mi madre y yo nos acurrucábamos para mirar desde ahí cómo caía el agua de las canaleras, mientras ella le rezaba a santa Bárbara y entre los dos nos comíamos los terrones de flores con azúcar (en la ciudad lo llaman palomitas de maíz, pero no es lo mismo) que había preparado para gozar del espectáculo.

20X2019
Imagen: Tablón vertical para colgar llaves.
Texto: Donde algunas personas solo vemos un surtido abundante de llaves que cuelgan de un panel numerado, otras presentiremos de inmediato el misterio que desprenden aquellas que no están, la aventura insensata de las llaves que acaso alcanzó una mano temeraria; y ahora cualquiera de esas llaves, o una muy concreta, abrirá la cerradura de una puerta prohibida, chirriante, y el silencio denso de dentro se mezclará con la luz intrusa de fuera, y un cuerpo sin culpa avanzará confiado en la penumbra, y de repente el sollozo de una sombra sin cuerpo...
En las llaves, quién lo duda, alienta un ebrio caudal de fantasía.

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