viernes, 24 de julio de 2015
Como decíamos ayer... sigo desautomovilizado, y ya va para tres semanas. Entre el coche que feneció y el que el destino me reserve, a ratos me siento enorme, desposeído pero extrañamente libre, como en la cita aquella que citaba la Yourcenar al final de las Memorias de Adriano: "Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre". Una cita espléndida, purísima, creo que de Flaubert, que perdura en mí desde que una mujer me la dijera de memoria en el fragor infame de los diecisiete años.
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