domingo, 27 de octubre de 2019

23IX2019
Imagen: Paso de peatones y, detrás, fachada de la estación de Atocha.
Texto: Mucha, demasiada gente en todas partes, torrente de cuerpos que se esquivan sin mirarse, que avanzan decididos hacia cualquier cita o hacia cualquier catástrofe, que contagian su prisa a las aceras, que visten auriculares o portan maletas ruidosas o esgrimen su smartphone con una sola mano. Que no vuelven atrás porque no hay tiempo que perder. Que nunca se detienen si no es ante un semáforo. Que huyen de su instante.

24IX2019
Imagen: Cuatro "testigos de Jehová" apie de calle, junto a su expositor portátil.
Texto: Llevan horas de pie. Arribaron al punto acostumbrado, desplegaron sendos expositores con promesas y folletos bíblicos, se echaron unos pasitos atrás y ahí siguen, hablando tal vez de nimiedades domésticas, exhibiendo su apostura amable y risueña, pacientes -iba a poner "impertérritos", pero hay palabras de plural insufrible-, sin un solo ademán de captación o reclamo, casi ajenos al cuadro que protagonizan en esta calle céntrica donde nadie se acerca. Mañana volverán con su misterio.

25IX2019
Imagen: Llave de luz doméstica, presentada en un marco.
Texto: Entre los debates que más me tientan, que más provoco cuando el foro se presume proclive, hay sobre todo uno que acapara mi voluntad y zarandea mis neuronas: ¿Qué se ha de entender por "arte"? ¿Qué ley objetiva o criterio inmutable permite acotarlo y definirlo? ¿Cómo distinguir el "arte" de la mera artesanía, y cómo lo que es "arte" del producto que se oferta como tal y sin embargo no lo es? ¿Dónde empieza la impostura, la farsa consentida, el traje nuevo del emperador? Ahí es nada...

26IX2019
Imagen: Vista a ras de suelo de flecha de circulación pintada sobre el asfalto.
Texto: Desde que nacemos nos señalan el camino -y es verdad que ya nacemos con buena parte del camino señalado-, nos encauzan por aquí y por allá y nos dicen continuamente que no, que por ahí no, que no hagas eso, que no te duermas todavía, que ya es hora de despertarse, que ese mueble o ese objeto no se tocan, que esa puerta debe mantenerse cerrada para ti. Y al cabo de los años somos nosotros los que señalamos y encauzamos y decimos continuamente que no. Hasta que un día, en un segundo...

27IX2019
Imagen: Manifestación legal contra el cambio climático.
Texto: Me temo que la del calentamiento global del planeta es otra de esas guerras que sabemos perdidas antes de librarlas.
Las gentes que ahí vemos, sobre todo familias con niños, se echaron a la calle de una ciudad del sur para gritar que no, que algo habrá que cambiar para que nuestros hijos y nietos hereden un espacio digno donde vivir. Hace dos semanas cayeron aquí mismo cantidades históricas de agua, y hoy, acabando septiembre y siendo las 20:00 horas, el marcador digital de la izquierda no miente: 31 grados centígrados.
Evidentemente, la izquierda progre se habrá confabulado con la comunidad científica internacional.

28IX2019
Imagen: Dos dinosaurios de Darío se contemplan en un escenario de playa.
Texto: En aquel tiempo de supremacía y terror todos los esfuerzos se empleaban en sobrevivir: se luchaba para comer, para aparearse y prolongarse, para defender unas crías y un territorio, para ser temido y respetado, para no morir tan pronto. De sol a sol y de luna a luna, el único descanso era el sueño, pero incluso ese sueño lo ocupaba a menudo la pesadilla de la extinción.
Así, en parte, nuestro tiempo, el tiempo que viene. La humanidad -y lo que el hombre llama la Historia, por tanto- es solo un paréntesis, un breve parpadeo en el insondable ojo de lo que no comprende principio ni fin.

29IX2019
Imagen: Cassettes con canciones que uno escuchaba a mitad de los ochenta.
Texto: La mayor parte de nosotros ya no cumpliremos los cincuenta o estaremos a punto de cumplirlos. "El cambio" y "la movida" nos pillaron mirando las nubes desde la ventana del instituto, escribiendo eslóganes rebeldes en el cuaderno de latín, suspendiendo las malditas matemáticas, emborrachándonos con cubalibres de pobres o accediendo a tientas, clandestinos, al reservado de una discoteca. Grabábamos nuestras propias cassettes o las buscábamos en bazares baratos. Ahora, si volvemos a escucharlas, nos asalta la sospecha agridulce de que nada de aquello fue en vano.

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