martes, 5 de junio de 2018

Se inicia el relato con la narración de un sueño rarísimo, inverosímil, que el personaje ha tenido o está teniendo. Pero ese personaje despierta al fin, con cierto alivio, casi liberado, y prosigue con su vida, cotidianamente, ahora observado por la mirada benévola, cómplice, del lector. Hasta que, poco a poco, con tiento, ese mismo lector se deja engullir por un suave recelo y comprende, mucho más adentro, la verdad rigurosa de sus primeras intuiciones: aquel sueño se está cumpliendo de hecho en la realidad del personaje, sueño y realidad que, también, verosímilmente, salpican a ese lector ya atrapado en su tela de araña.

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