jueves, 25 de junio de 2015
Sacar la basura es trabajo de hombres. Me lo dijo hace años, en otro edificio y casi en otra vida, un jubilado con el que cierto atardecer coincidí en el ascensor, cargando cada cual con su respectiva bolsa de desechos. A los pocos meses aquel vecino enfermó, y en menos de dos años había fallecido. Después yo mismo he repetido alguna vez que sacar la basura es trabajo de hombres, siempre en circunstancias similares, siempre para no claudicar ante las incomodidades del silencio, siempre con el mismo resignado gesto de complicidad en el vecino de turno. Y esa simple frase, siempre, me trae el recuerdo de aquel hombre que una tarde remota coincidió conmigo en el hueco de un ascensor, en otro edificio, en otra vida.
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