sábado, 13 de febrero de 2010

RELACIONES INTERMITENTES (8)

Quitándose un zapato y luego el otro, el hombre escucha la pregunta, su dardo envenenado.
[..]
Anudándose un zapato y luego el otro, el hombre mide las palabras, su voz responde:
-Pues claro que hay una diferencia entre aferrarse a la tierra y tocar el cielo; nadie más que yo puede entenderlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también lo entiendo perfectamente.
Lo más curioso es que el personaje llegue a esa conclusión sin zapatos, con la desnudez por bandera.
Enhorabuena por tu relación intermitente (8). Muy ilustrativa.

Pedro López Martínez dijo...

Gracias, anónimo retalero.
En esta sección de "intermitencias" procuro (lo habrás comprobado si has leído las siete anteriores) crear relatos mínimos que se amparen en la sugestión, casi en el símbolo, esto es, donde lo no-dicho o sugerido juegue un papel fundamental en la lectura.
Aquí la clave, como apuntas, está en los zapatos, elemento que nos aferra a la tierra; pero en el intervalo en que el personaje no los lleva puestos el lastre desaparece, la imaginación vuela con los puntos acotados, casi se puede tocar con él ese cielo figurado.
En fin, no sé qué hago yo explicando lo que no debe explicarse.