lunes, 18 de enero de 2010

RELACIONES INTERMITENTES (7)

Ante la queja cada día menos velada de la hembra, el orgullo herido del macho -la camada en común ha tiempo voló del nido- le habló cual oráculo:
-Nos hacemos mayores; tendrás que elegir entre frecuencia e intensidad.
Y entonces ella no tardó en buscar, donde supo que hallaría, un cachorro alternativo de veinticinco primaveras que la frecuentaba intensamente.

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