Ante la queja cada día menos velada de la hembra, el orgullo herido del macho -la camada en común ha tiempo voló del nido- le habló cual oráculo: -Nos hacemos mayores; tendrás que elegir entre frecuencia e intensidad. Y entonces ella no tardó en buscar, donde supo que hallaría, un cachorro alternativo de veinticinco primaveras que la frecuentaba intensamente. |
lunes, 18 de enero de 2010
RELACIONES INTERMITENTES (7)
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